capitulo 1: encuentro, parte 1

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Pov Julieta

-vaya, que suave eres- dijo con una voz ronca el chico que había amortiguado mi caída, mientras pasaba descaradamente su mano por mi trasero.

-no me toques- le dije apretando los dientes e intentando apoyarme en las rodillas.

Había salido corriendo despavoridme después de que Dan me había enviado un mensaje diciendo que Nick había golpeado a su hermano mayor, Sam.

Pero en mi elegante corrida- nótese el sarcasmo- termine tropezando y antes de que callera por los tres escalones termine –instintivamente- amortiguando mi caída  con el cuerpo del desafortunado infeliz que casualmente estaba subiendo.

Termine cayendo a ahorcajadas sobre él. Pero por suerte no me lastime.

-y si no lo hago, que harás- me cuestiono el chico de cabellos castaños. Mi piel se erizo cuando su voz re tumbo a tan solo unos milímetros de mi oído. Trague saliva, genial, lo que me faltaba un imbécil reteniéndome cuando sucede una emergencia.

No le respondí y me termine de apolar sobre mis rodillas, el pantalón se me deslizo por mis caderas y envié mi mano así la parte trasera, tome el pasador con mis dedos índice y gordo. Los sostuve para evitar que se viera la parte trasera de mis pantis.

Maldito pantalón, me queda demasiado grande- aun que es normal, después de todo ni siquiera es mío, sino de mi hermano mayor-

-podrías por favor, quitar tu inmunda mano de mi trasero- repite con molestia Al imbécil mirándolo por primera vez a los ojos. Pero antes de que pudiera ver bien su rostro, sus labios chocaron contra los míos.

Un elefante estaba saltando en mi estómago mientras miles de fuegos artificiales explotaron en  mi interior, más un millón de nauseas e ira, mucha ira. Este capullo quien se creía.

Puse ambas manos en su pecho e Intente alejarme de sus carnosos labios. Él no se movió ni un  milímetro. El muy hijo de su… Él no se movía, solo tenía sus labios apretados levemente contra los míos. Sus ojos cerrados y algunos de sus cabellos y los míos entre nuestros rostros.

Él no se movía por el rato en que estuve forcejeando. Su aroma me iba llenado, su olor a agridulce y a la vez acido. El olor a loción para afeitar, el olor que desprendía de su cabello Y el sabor a menta de sus labios. Me llenaron por un momento y me sentí embriagada. Pero después retome mi cordura.

-suéltame- gimoteo empujando con todas mis fuerzas contra su ancho y fuete pecho. El me soltó haciendo que callera sobre mi trasero- que dolor- me queje sobando mi trasero. El chico se levantó del suelo y cuando dirigí mi mirada así el, me tomo de la cintura y me puso de pie. Me plasmo un beso casto sobre los labios, haciendo que miles de corrientes eléctricas pasaran por mi espina dorsal, el me sacudió el trasero (pero que rayos). Cuando abrí nuevamente los ojos lo vi alejarse y doblar en la esquina de un pasillo- pero que…- dije confusa. El muy hijo de su madre me toca el trasero sin MI CONCENTIMEIO, me besa (dos veces), me vuelve a tocar el trasero y ni disculpas pide…ese hijo de su…arg.

Sacudí mi cabeza intentan sacarme de la cabeza al capullo y volví a concentrarme en lo importante, Nick.

Pov Romeo.  

Su cuerpo era más suave de lo que me imaginaba, tenía más cuervas y su trasero... Dios su trasero.

-vaya, que suaves eres- dije de forma inconsciente. Su aroma me estaba matando. Dios estábamos demasiado cerca. Ella se posicionó sobre sus rodillas.

Estaba muy sorprendido cuando la vi corriendo y tropezar haciendo que callera por las escales. Y yo como un acto impulsivo y de pronto me vi lanzado a atraparla antes de que su cuerpo impactara contra el suelo, haciendo- por fortuna mía- que quedara a horcajadas sobre mí. Su mata de camello negro olía tan bien.

Que bien que había decidió largarme de la cafetería antes que la pelea de eso dos chiquillos se pusieran feas y terminara en algún problema –por alguna razón al director se le metió en la cabeza que todos los problemas en este agujero eran causa mía-

-no me toques- se quejó el angelito caído ‘de las escalera’

-y si no lo hago que aras- le susurre a unos milímetros de su oído. Aspire el olor de su cabello. Lavanda.me encanta la lavanda.

Ella me ignoro y se removió entre mis brazos, se posó sobre sus rodillas totalmente, evitando así que el contacto glorioso que su cuerpo y el mío estaban. Ella envió su mano hacia su espalda y sentí como evitaba que su pantalón –que no le favorecía para nada a ese trasero- se le callera. Mi palma seguía en su trasero, apretando y sintiéndolo. Era demasió bueno para ser real.

-podrías por favor, quitar tu inmunda mano de mi trasero- repito molesta. Alzando su mirada así mi rostro. Por alguna razón sentí la necesidad de evitar que me viera. Y el hecho de que su rostro estaba a tan solo un centímetro del mío, no me lo dejaba fácil.

Como un acto de reflejo para evitar que sus ojos chocaran contra los míos, la bese. Bueno, no fue un beso realmente, solamente estampe de una forma demasiado bruta mis labios contra los suyos. Y eso no era un beso, mis beso son ardientes y feroces, oh sí, yo soy un buen besado.

Sentí como se tensaba y respiraba irregularmente. La piel se me puso de gallina. Joder esto era el mejor beso-o lo que sea- de mi vida. Esperen ¿qué? no, claro que no. ¡Joder que me pasa!.

Ella intento alejarse de mí, poniendo sus pequeñas y delicadas manos sobre mi pecho. Esto me hizo tensar y apretar mi agarre en su trasero. Nos quedamos así un rato. Sus labios contra los míos, sin algún moviente. Solo respirando contra la boca del otro. Mientras ella  intentaba con pocas fuerzas alejarse de mí.

Ella dejo de forcejear por un momento y sentí como suspiraba contra mi boca, haciendo que miles de choques de eléctricos pasaran por mi cuerpo- por todo mi cuerpo-

Ella retomo su actitud de- aléjate-de-mi-o-te-mato. Y de un empujo se alejó de mí. M sentí vacío pero  la deje, y ella termino cayendo sobre su suave y esponjoso trasero. Su cabello caí en una bella cascada hasta el suelo. ¡O dios! en qué clase de idiota me volví, como que cascada, es solo cabello, un hermoso y suave…arg. Concéntrate romeo.

 Me levante rápidamente y con la intención de largarme de allí antes que esos pensamientos vuelvan a mi cabeza, pero cuando la vi allí, sobándose el trasero, me sentí culpable, ¡joder!...  la tome de la cintura la puse de pie –no pesaba nada. Eso era malo- cuando le deje sobre sus pies, mi corazón se estrujo. Su cintura era demasiado delgada, podía sentir sus huesos contra mi piel. Ella era muy baja, su cuello se veía tan delgado y sus muñecas, dios, será que esta niña no comía-esperen como que niña, yo no digo jamás ‘niña’, jamás pienso en alguien del genero opuesto como niña, no al menos que sea mi hermanita- ¡rayos, concéntrate romeo!

 Algo en mí se sintió destrozado, verla si me dolía en el alma y no entendía el  por qué. Cuando ella alzo nuevamente sus ojos así los míos me vi impulsado nuevamente a besarla. Un beso casto en sus labios. Mi corazón se aceleró cuando ella no hizo amague alguno de alejarse, me  obligue a alejarme de ella, por alguna razón no quería que supiera de mí, no quería que viera mi rostro.

Y sé que no lo vio, porque si lo hubiera hecho estaría sumamente feliz de responderme  el beso. Así son las chicas, asquerosas pero necesarias.

Me aleje a paso decidió hasta el final del pasillo y cuando doble en la esquina me estampe contra la pared. Mi corazón estaba a mil. No lo entendía, no entendía por qué mi cuerpo reaccionaba de tal manera. Yo no era sí. Yo veía alguien caer y pues la dejo que  caiga y se levante solo, yo no soy un caballero de armadura brillante, pero allí, cuando la vi correr torpemente y tropezar, algo en mi reacciono. La necesidad de protegerla. –no claro que no- solo debe ser porque la vi demasiado delgada. Si eso debe ser. Aparte, esa chica jamás la había visto  antes…será nueva. Arg, no importa, no importa, solo importo yo y nadie más.

Me dirijo asía el salón de música negando e intentando sacarme de la cabeza aquella chiquilla.

Romeo y Julieta: más allá de los tatuajesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora