El silencio que aturde, el silencio que grita, el silencio que cuestiona.
El silencio... Es el espacio vital de un emigrante.
El silencio no es la ausencia de palabras, no es la ausencia de sueños.
El silencio es un narrador omnisciente, que mira todo pero que no dice nada.
El callar las alegrías, el callar la tristeza, eso es el silencio de los emigrantes.
El silencio de un emigrante es tan potente, que el volcán de lágrimas estalla rompiendo grietas, pero grietas de tristeza y de ausencias, de nostalgias, de lamentos.
Pero el silencio de un emigrante se transforma en esperanza, de saber que todo tiene su hora y su tiempo, ese silencio que esconde una victoria, una sonrisa.
La mezcla de emociones es el coctel para que un emigrante comience a correr.
El silencio no es miedo, es una valentía revestida de perseverancia y de fe.
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El silencio de los emigrantes
Historia CortaNarro la experiencia de ser emigrante, pero sin renunciar a tu esencia humana.
