🍁 CanMexUs (1/2)

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Título: Le flux de l'amour (El Fluir del amor) primera parte.

Personajes: CanMexUs
(Canadá x México x USA)

Categoría: One-Shot

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No soy capas de comprenderlo, no soy capas de descifrar ese enigma en su mirada oscura, cada vez que lo observo se me complica leer sus movimientos. Es tan difícil de predecir. Y es más difícil el entender su afición hacia Estados Unidos de América...

Eduardo, ¿que es lo que piensas cada vez que miras a Alfred?

A veces e tenido algunas ideas, que lo que sientes hacia él es admiración o simplemente desprecio, también puede ser simplemente una amistad de hace años o solo una rivalidad. Pueden ser muchas cosas que no soy capas de acertar, o simplemente no me quiero hacer a la idea de la realidad.

Estás perdidamente enamorado de tu verdugo, estás completamente enamorado por tu propia perdición.

Tal vez exageró al expresarlo de ese modo, pero ¿quién es capas de amar a alguien que solo te a traído dolor en toda tu historia? Y el cual te a robado mucho.

Eduardo, es posible que no me tomes en cuenta, pero, yo realmente te amo y se que e sido un complemento tonto por apoyar más a mi hermano en cuestiones económicas en vez de apoyarte a ti.

Pero te pido, no, más bien te ruego, deja a Alfred y ven conmigo. Me esforzaré para darte todo lo que quieras, todas las comodidades del mundo las tendrás a tu alcance, no te faltara nada material ni sentimental.

Es posible que sea algo drástico y muy lanzado de mi parte, lo sé, pero ¿Quisieras ser el dueño de este corazón que solo late por ti? Prometo cuidarte, respetarte y amarte incondicional mente.

Pero, por favor, dame una respuesta y no te acerques a Alfred. Se que él planea algo donde tu estas incluído, y eso no me agrada para nada.


Esos eran los pensamientos de un canadienses, quien solo miraba a sus dos compañero del norte discutir y molestarse como siempre.

Cada vez que los veía de ese modo sentía su pecho doler, una sensación que no le gustaba ni un poco pero del cual ya se había acostumbrado desde hace años.

La junta del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, conocido en sus siglas como TLCAN, trataba siempre de lo mismo. Se reunían para charlar algunas cosas importantes sobre su tratado comercial, para después darle inicio a las peleas y bromas verbales sin sentido entre Eduardo y Alfred, para después solo dejar a Matthew observando sin hacer nada.

—Será mejor irnos Komangekuro-san, nosotros no somos irelevantes en este lugar.— musitó el canadiense mientras se ponía de pie, ya no quería ver lo que estaba sucediendo en esos precisos momentos. A demás de presenciar que algo iba a suceder, algo malo para él.

Alfred de un modo a otro grito a los 4 vientos las palabras que Matt a intentado gritar más de una vez a alguien especial. Palabras que dejaron a un impresionado y sonrojado mexicano.

—¿Quien eres?— el oso polar solo alzó la mirada mientras dejaba de momento la botella de miel a un lado.

Matthew no respondió a la pregunta, solo acaricio la cabeza de su peludo amigo.

—I'm sorry Ed, pero... ¿Qu-que dices al respecto?— el gringo tenía una sonrisa nerviosa, sus manos jugueteaban con torpeza entre sí y su tono de voz era apenas audible, algo sumamente extraño en él.

—Pues...— Eduardo rasco su nuca estando cada vez más rojo al pasar los segundos. —Pinche gringo cabron, si esto es una de tus bromas juro que no te perdonaré.

Que cosas dices México-san, Estados Unidos te a echo daño y siempre lo has perdonado...


Canadá pasó de largo de ellos dos, pero avanzaba a un paso lento. Una parte de él quería escuchar la respuesta que daría el moreno esperando a que sea una negativa, pero la otra mitad sabía de antemano que aceptaría dicha propuesta.

—Ed— Alfred atrajo al moreno a su cuerpo abrazándolo con ternura y con un poco de fuerza. —No es ninguna broma, tu me gustas más de lo que te imaginas, te amo desde el día que te conocí. Cuando Inglaterra y España nos mostró al contrario como sus colonias.

Vaya, ¿También te atrajo en ese tiempo Alfred? Supongo que era de suponerse. Entonces no fui el único enamorado de "Nueva España".


—Y de verdad, en verdad te amo.— Alfred tomo la mano derecha de Eduardo, con cuidado y ternura deposito un pequeño beso. —y te lo vuelvo a preguntar para que me creas, ¿Te gustaría ser la nación a la cual deseo hacer feliz para el resto de mi vida? Ser mi pareja hasta el final de nuestra existencia...— en un gesto tierno, el norteamericano pego su frente con la del moreno.

Canadá tenía la mano en el picaporte de la puerta, sabía la respuesta pero no quería irse hasta escucharla, sin importar que su mano y todo su cuerpo comenzará a temblar cada vez más y más por culpa de la impotencia.

—Te odio Alfred, te odio tanto por haberte robado mi corazón— México abrazo al gringo con fuerza, con claras intenciones de casi fundirse en un solo ser. —Mi respuesta es un si, quiero ser esa nación a la cual la hagas feliz.

No se escucho el sonar de la puerta cerrándose, y mucho menos el crujir de un corazón terminando de romper se en miles de fragmentos.

A pesar de saber la verdad, a pesar de todo este tiempo transcurrido, tenía la pequeña esperanza de ser más que un simple amigo para Eduardo.


Las lágrimas fluían con simpleza por sus mejillas, dejando claras evidencias de su antigua existencia para terminar perdiéndose entre la barbilla.

Komajiro removía algunas de esas lágrimas con una de sus patas, acto que a Canadá le enterneció.

Ahora solo tenía que dejar a Eduardo ser feliz con su hermano y antiguo rival de amor.

Tenía que dejar ir al hombre que compartía casi el nombre con Alfred.

—Como siempre, Estados Unidos de América obtiene todo lo que quiere.

||APH|| ‡..."Feuille d'érable"...‡ 🍁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora