🍁 Canadá + UsMex (2/2)

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Título: Le flux de l'amour (El Fluir del amor) segunda parte y última.

Personajes: Canadá + UsMex
(Canadá + Estados Unidos x México)

Categoría: One-Shot



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—Te vez muy bien con ese traje blanco Ed.

—Gracias Matt, me alegra saber que estas conmigo en estos momentos muy especiales para mi— el moreno abrazo con fuerza a su rubio amigo.

—Y a mi me gusta saber eso...

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La ceremonia estaba dando comienzo, Ed tenía un extraño velo de novia puesto, y en sus manos tomaba un bello ramo de flores de colores pastel. Frente a él estaba Alfred, quien poseía una gran sonrisa radiante y un notorio sonrojo en sus mejillas.

La capilla se encontraba completamente llena por todas las naciones que pudieron hacerse presentes. A los costados de las bancas, habían adornos florales que dejaban en el ambiente un exquisito aroma. El lugar parecía sacado de un cuento de hadas con la belleza de su antigüedad.

El padre sólo seguía a pie de la letra su trabajo en unir dos almas en sagrado matrimonio, y el chico fanático del Arce sólo miraba la escena desde la primera fila. Él se había dispuesto en ser el padrino de los anillos al tener el dilema de ser "dama" o caballero de honor de alguno de los novios. Algo que fue gracioso para muchos, pero, para él sólo fue una astilla clavada en el corazón por claros motivos.

Cuando menos se percato, la ceremonia había acabado y ahora, los ahora esposos, se estaban dando un beso de unión.

Ahora Eduardo es pertenecedor del apellido Jones...

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La música era muy fuerte y ruidosa, incluso no podía escuchar sus propios pensamientos.

Algunos ahí presentes se encontraban ya bajo los efectos del alcohol, otros simplemente bailaban o charlaban con sus amistades más cercanos. Era un momento que no se debía olvidar por nada del mundo.

El rubio sólo miraba a la pareja feliz casada en la pista de baile, observaba al mexicano reír a unison de Alfed, y sin mencionar que los besos entre ambos se hacían de esperar en momentos como esos.

—Matt, ¿Te encuentra bien?— la voz de un inglés apenas y se lograba escuchar.

—Buenas noches señor Inglaterra— el rubio de lentes sonrió por pura inercia. —y si, me encuentro muy bien.

Arthur solo observo un momento al chico frente a él, pero a la vez parecía como si alguien le estuviera hablando al oído por la expresión en su rostro de concentración.

—Acompañarme, quiero hablar contigo un momento.— el rubio de iris parecidos a una esmeraldas, se llevó al rubio tomándolo de la muñeca.

Ambos adultos se abrieron paso entre la gran multitud que se había creado, tardaron un par de largos minutos en salir de ese bullicio. La celebración se estaba llevando a cabo en una superficie alta, justo al lado de una gran mansión la cual poseía un gran jardín y unas hermosas vistas de toda la ciudad si te acercaba hasta la orilla; la cual era protegida por una barandilla de piedra.

Arthur llevó al rubio a una banca de piedra junto a una especie de mirador, donde habían muchas rosas rojas y blancas, donde la luna dejaba ver su hermoso ángulo y del cual bañaba con su suave luz cada rincón de esas extensas tierras. Y claro, sus melenas se mesian suavemente con la brisa primavera.

Ambos rubios tomaron asiento uno al lado del otro, el silencio se hizo presente pero no era para nada incómodo. Hasta que el mayor decidió al fin hablar.

—Dime la verdad Matthew.

—¿Cuál verdad?— el recién nombrado solo volteo a ver a su antiguo tutor y hermano mayor, el cual llevó una mano a la cabeza de un dormido Komajiro para acariciarlo.

—La verdad de toda esta situación, es claro que no te encuentras bien. ¿Acaso tiene que ver con México?

Esa pregunta le había caído como balde de agua fría sobre su cabeza. Y a acto seguido, no supo como responder.

—Matt, no mereces sufrir por Eduardo. Eres un excelente chico.— Inglaterra fijo su mirada a la ciudad, dejando al oso polar dormir tranquilo. —No debes de sufrir más por alguien que no te supo valorar.

—Es fácil decirlo señor Arthur, pero es muy difícil de hacerlo...— al fin se digno en formular palabra alguna. —Se que fue mi culpa en lo contarle, fue a causa de mi miedo a ser rechazado de porque lo perdí. Él no tiene la culpa de nada...

—Yo no lo estoy culpando, solo te estoy diciendo que ya no vale la pena— Arthur abrazo al menor para atraerlo a su cuerpo, coloco la cabeza de Matt en su hombro y con sumo cariño acariciaba su espalda. —Estaré aquí por si quieres llorar y desahogarte, yo seré en estos momentos tu pañuelo de lágrimas. Pero ya no lo ocultes más.

El anglosajón depósito un beso paternal en la frente del canadienses, tan solo escuchar esas palabras causaron que sus defensas se debilitarán. Y como si fuera un bebé recién nacido, se rompió en un llanto profundo.

Esa fue la primera y única vez donde lloro por alguien, esa fue la primera y única vez donde demostró su debilidad a alguien. Donde el viento se llevaba las penas de esa joven nación y del cual volvía a sentirse un pequeño en búsqueda del cariño.

Para su suerte, su llanto incesante no fue escuchado por nadie, todo gracia por la estruendosa música que resonaba en cada lugar de ese interior.

Pero, ¿Que haría ahora? Si su corazón solo latía por ese moreno amante de los tacos.

||APH|| ‡..."Feuille d'érable"...‡ 🍁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora