Capítulo 12

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La situación en la manada de los Jung era caótica, ya todos sabían sobre el estado del omega. Jaehyun era alguien que había dejado huella en todos y cada uno de los miembros de esa manada, así que la noticia no la tomaron bien. El omega se ganó sus corazones siendo él mismo con ellos y aunque fuera un omega y las leyes no los permitían liderar la manada Jung siempre habían dicho que no había nadie mejor para liderarlos que Jaehyun, porque era alguien en quien podían confiar ciegamente.

Por eso ahora toda la manada se encontraba sumida en un increíble silencio, los padres de Jaehyun entendieron que los miembros quisieran ver al joven pero el omega debía descansar y no agitarse porque sinó aceleraría aún más el proceso y el resto de la manada lo entendió, pero aún así se presentaron ante el líder para preguntar por el chico.

Y Jaehyun lo supo, aquello lo conmovió y lo entristeció porque él solo quería que su manada fuera feliz y ahora todos estaban tristes debido a su situación y él jamás quiso causar aquello, pero lo comprendió porque él también estaría muy triste si obtuviera esa noticia de cualquier miembro de la manada, después de todo ellos siempre fueron una gran familia.

Jaehyun estaba sentado en su cama y su madre junto a él cortándole algo de fruta ya que ya ni eso podía hacer, sus brazos y manos temblaban sin control cada vez que los alzaba un poco. Podía ver como su madre intentaba ser fuerte para él, ya que Jaehyun ya no podía, su cuerpo se debilitaba a cada día que pasaba.

Su madre posó el plato con la fruta cortada sobre su regazo "Puedes preguntar por él, sé que quieres saber porqué lo hice" Jaehyun ofreció una débil sonrisa a su madre que lo miró con los ojos cristalizados, casi a punto de romper en llanto.
"¿Por qué me mentiste? Dijiste que él ya había encontrado a su destinado..." su voz se quebró y ya no pudo aguantar más sus lágrimas, veía como su hijo cada vez estaba más débil y ella no podía salvarlo y aquello le rompía por dentro.
Jaehyun posó sus ojos sobre la fruta que se encontraba en su regazo "Yo siempre supe que él era mi destinado, Taeyong no" cerró los ojos cuando empezó a sentir aquel escozor tan familiar y suspiró pesadamente "Yo lo amó y quizás por eso nunca quise obligarlo a que viera algo que él negó desde un principio" y por eso ahora se encontraba sobre esa cama a punto de morir "Cuando amas a alguien solo quieres que sean felices y Taeyong ya era feliz con su pareja humana, no necesitaba saber que éramos destinados" su sonrisa se tambaleo y pudo sentir cómo las cálidas lágrimas descendían por sus mejillas con libertad.
Su madre cogió sus manos y las apretó para hacer que el omega la mirará a los ojos "¿Y qué hay de ti? Tu felicidad acaso es menos importante que la suya" ella bufó desesperada, intentaba entender a su hijo pero se le hacía difícil cuando su pequeño se moría.
El omega limpió las lágrimas de su madre con ternura "Mamá no me arrepiento de la decisión que tomé" cerró sus ojos e inspiró suavemente recordando los pocos minutos que paso junto al alfa "Porque encontré a mi destinado y lo pude conocer y sé que él será feliz junto a ese humano, así que todo está bien" rió sin fuerzas y estalló en llanto cuando su madre lo abrazó fuertemente contra su pecho "Le amó mamá, por eso lo hizo, porque él no me amaba y era feliz con su pareja... Yo sobraba..." aquello hizo que su corazón se estremeciera, decirlo en voz alta era mucho más doloroso que saberlo, era como aceptar que no había otra realidad más que en la que él se encontraba y así era.

Su madre lo consoló hasta que se calmó y por cansancio cayó en los brazos de morfeo sin resistencia, la mujer observó a su pequeño lobo ahora dormir plácidamente pero podía aún ver el rastro de las lágrimas que el chico había derramado y sentía en su interior el dolor que su hijo estaba sufriendo y ella solo quiso que todo aquello acabase y que Jaehyun fuera feliz. Jamás estaría de acuerdo con la decisión de él pero la aceptaría ya que el omega ya era mayor para tomar sus propias decisiones. Y aunque aquella decisión la mataba en vida debía aceptarla por igual.

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