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-HEY HEY HEY!- Dijo, más bien gritó, un búho loco al ver llegar al Nekoma, extendiendo los brazos al aire para que le chocarán los cinco.

-HEY- y, como no, su querido bro se los chocó.

-Supongo que tendré que enseñaros Tokio- el libero del Nekoma sonrió.

-No hace falta, mi tío vive aquí y de vez en cuando vengo a visitarle, pero si queréis iros vosotros yo me quedo con Iwa-chan y os llevamos el equipaje- el capitán del Sheijo rechazó su oferta amablemente.

A su equipo no le hizo falta escucharlo dos veces y se fueron sin mirar atrás. Los ojos de Iwaizumi echaban chispas, y al setter no le hizo falta girarse para saberlo, pero aún así lo hizo, y al verlo desvió la mirada y comenzó a silvar, intentando desviar la atención.

-¿No te las podías arreglar tú solo?- se calmó un poco y cogió del suelo alguna que otra bolsa.

-No, porque Iwa-chan es más fuerte que yo- le respondió tranquilo, dándole más bolsas a Iwaizumi, hasta que él se quedó con una, concretamente la suya y su mejor amigo las del resto del equipo- y porque sin manos no me puedes pegar- añadió con picardía Oikawa.

Para su respuesta, Iwaizumi volvió a poner cara de enfado

-¿Tu quieres que te arree no?

-Tranquilo Iwa-chan, solo será hasta que lleguemos a nuestra cabaña, sígueme.

El día iba pasando y ambos estaban dando vueltas como tontos por toda la ciudad. El as sabía que se habían perdido desde el momento en el que decidieron comenzar el camino por un "atajo", pero no dijo nada, quería tener la satisfacción de escucharlo de su boca.

-Estoy cansado- se quejó Oikawa, sentándose, al contrario que Iwaizumi, que se quedó de pie.

-no te vuelvo a seguir más. A la próxima guío yo.- malhumorado, miró hacia el cielo.

-Guíar por una ciudad tan grande no es fácil, ¿sabes?- su mejor amigo arqueó una ceja.- demuestralo si estás tan seguro.

Iwaizumi, aunque no conociera las calles, siguiendo su instinto de cazador de bichos encontró la cabaña, aunque para eso ya era muy tarde y cuando llegaron se encontraron a todos ahí, enfadados

A Iwa-chan no le hizo mucha falta matarse a disculpas, pues una de las suyas vale más que 1000 de Oikawa, por eso mismo, él se libró del sermón, y Oikawa no.

-¡Vas a lavar todos los platos!- le regaño uno de los de tercero, y a Iwaizumi se le escapo una sigilosa risa.

El capitán no pudo hacer más que obedecer, al fin y al cabo, él era el culpable. Mientras tanto, se iban formando parejas para las habitaciones, puesto que eran de dos.

-¿Como han quedado las habitaciones?- Oikawa salió de la cocina, secándose las manos con un trapo viejo.

-Tu dormiras con Iwaizumi- Kindaichi no esperó a su respuesta y se metió en la suya con Kunimi.

-Iwa-chaaaan me pido la de arriba- emocionado, Oikawa se metió en cualquier habitación, trayendole sin cuidado cual fuera, y cerró de un portazo.

Todos suspiraron y miraron a Hajime, sintiendo compasión.

-Siento pena por Iwaizumi- se rió uno de segundo.

-Yo no aguantaría con él ni dos días.- obtuvo por respuesta otro de sus compañero

A Iwaizumi le molestaron esas palabras, pero como estaba demasiado cansado por caminar tanto, se calló y entró en su habitación.

-Eres demasiado infantil- dijo nada más cerrar la puerta para ponerse el pijama.

dificil de olvidar [iwaoi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora