Mi razón ; Shinsou Hitoshi

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Capítulo 26; Campamento

Parte 2

Ya era de día y todos estaban en pleno fortalecimiento de sus quirks, hasta que un grito femenino llamó la atención de todos.

—¿Aleska?— Se preguntó a sí mismo preocupado por su novia.

Pero no pasaron ni dos segundos hasta que viniera corriendo hacia ellos.

—¡Profesor!— Dijo al borde de las lágrimas.

—¿Ahora qué?— Comentó de mala gana.

—No está mi celular.— Exclamó angustiada.

—¿Y?—

—¿Cómo que "¿Y?", conchetumadre?— Repitió enojada.

—¿Estás segura de que lo buscaste bien?— Trató de desviar su atención.

—Obvio que sí, pero no está, revisen las mochilas de todos, alguien me lo ha robado, pinche delincuencia.— Dijo exaltada.

—No vamos a perder el tiempo en cosas insignificantes.— Se dio la vuelta.

—¡Vuelva aquí!— Gritó, Hitoshi la sostuvo.— ¡Pinche gobierno puto!— Gritó al cielo.

—Aleska, calmate.— Suspiró.

—Pero, mi celular.— Lagrimeó.

—Luego lo buscamos, ¿Bien?— Trató de calmarla.

Ella asintió, pero de pronto su rostro se iluminó.— Chuta, verdad, se lo había prestado a la Uraraka, esa maldita, voy a buscarla.— Se fue en dirección de la muchacha, el chico sólo suspiró y fue con el maestro de la clase A.

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—Se ve delicioso.— Comentaron mientras comían de sus platos.

—Oye, Mina.— Le susurró Hagakure.

—¿Qué pasa?—

—¿No crees que a Aleska-chan le gusta Shinsou?— Preguntó mientras ambas los veían.

Estaban sentados juntos mientras comían, la chica le hablaba y él se limitaba a asentir y verla de reojo.

—Tienes razón, ¿Crees qué necesite ayuda?— Ambas asintieron listas para meterse en la vida personal de otra persona.

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—¡Oye, Aleska-chan!— Dijo la de piel Rosada acercándose, estaban en grupo caminando a donde tendrían una prueba de valor.

—¿Mm? ¿Pasa algo?— Se quitó un auricular.

—¿A ti te gusta Shinsou-san?— Preguntó la invisible.

Sólo que no contaron con que lo diría tan alto que todos alrededor los escucharán, algunos se pusieron rojos porque también lo habían notado, en especial el nombrado.

—¡Idiota!— Dijo dándole un golpe en la cabeza a la chica.

—¡Perdón!— Se disculpó adolorida y avergonzada.