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Capítulo 2; Clases de español.

¡Shinsou! ¡Buenos días!— Dijo sentándose en su carpeta, que estaba al lado de la de su buen amigo. Eran los últimos de sus columnas.

—Buenos días.— Dijo normal.

—Creí que no iba a llegar a tiempo.— Río mientras sacaba su celular.

—¿Todavía te dejan usar eso?—

—Claro, aún hay palabras que no conozco.— Dijo refiriéndose al japonés. — Además de que esas cosas me confunden, por eso debo usar el traductor algunas veces.— Aclaró.

—Pero tú lo usas para revisar tu Instagram.— Dijo apoyando su cabeza en su mano, bostezando. — ¿O me equivoco?—

Lo observó seria directo a los ojos.— Aprovecha el bug, jajaja saludos.— Volvió su vista al celular. Él sólo suspiró.

—¡Atención!— Oyeron al presidente de la clase al frente. — La señorita Midnight tuvo un contratiempo de camino aquí, asi que tendremos las 2 horas libres.— Se escuchó la alegría en todos los alumnos de la clase de estudios generales.

—¡YES!— Exclamó la castaña mientras giraba su rostro hacia su compañero.

—Ni creas que voy a hacer de fotógrafo aquí. — Dijo leyendo esa expresión en el rostro de la castaña.

—Vamos, Shinsou...— Dijo moviendo su brazo tratando de convencerlo.

—Pero para mantenernos ocupados y en orden, el vicepresidente y yo decidimos que usaremos esto como un momento de aprendizaje.— Se oyó la disconformidad en los alumnos. Mientras la castaña seguía sacudiendo el brazo del peli-morado. — Pero serán clases de español que nos dará nuestra compañera Areshka.— Todos voltearon a ver a la nombrada, quien tambien había oído su nombre y se había quedado congelada.

—¿Qué?— Dijo aún con sus manos en el brazo de Shinsou, pero con la vista al frente.

—Creemos que sería interesante tener una clase de español, aunque sea podrías enseñarnos unas palabras. — Dijo el vicepresidente.

El de ojeras notó la sonrisa malvada que se formó por unos segundos en el rostro de la latina.

—Está bien.— Sonrió inocentemente ignorando al peli-morado, quien sabia que esto no iba a terminar bien. Pasó al frente mientras guardaba el celular en su bolsillo y los otros dos se sentaban en sus respectivos sitios.—¿Qué palabra les gustaría saber?— Sonrió dulcemente de costado.

—Yo, yo.— Levantó la mano el típico chico coqueto de la clase.—¿Cómo podemos saludar a una chica bonita?—

—Algo como ¿Hola linda?— El  asintió. — Para eso tienes que decir: Hola conshesumadre.— Dijo asintiendo.

Houla...—Trató de repetir lo dicho por la castaña.

Conshesumadre.—Terminó la frase.— Vamos, todos digan hola conshesumadre.— Todos menos el peli-morado repetían lo que decía la latina, él creía recordar esa palabra de la boca de la muchacha la vez que habian ido a comer pizza y el orégano habia caido al vaso de esta, así que no se confiaba.—¡Muy bien! ¿Otra sugerencia?— Dos levantaron la mano al mismo tiempo.— Las damas primero.— Dijo cediendole la palabra a la chica.

—Esto... ¿Cómo le dices a alguien que te gusta?— Dijo sonrojada.

—Eso depende, si te gusta física o sentimentalmente. —

—¿Cómo es en la primera?— Preguntó otro. La mayoría se estaba interesando en la supuesta clase.

—Bueno, cuando te gusta alguien físicamente, allá decimos algo que traducido sería eres muy lindo.— Asintieron.— Así que en español es: estas como para comerte con pan, para decirle a un chico o chica. — Dijo segura de sus palabras.— Ahora repítanlo.—

Al de ojos morados le parecía muy divertida la situación, no sabía si estaba tomándoselo en serio o si sólo jugaba con sus compañeros.

—Bueno, tú tenías una pregunta. — Dijo dandole la palabra al que habia levantado la mano antes.

—Es más sobre las acciones. —Ella asintió interesada.— ¿Cómo podemos quedar bien ante una latina o latino?—

—Esa es una muy buena pregunta amigo mío, aunque tiene que ver más con nuestra cultura.— Se acercó a él. — Como muchos ya deben saber nos dejamos llevar, nos atrae lo que vemos. Aqui son un poco... ¿Rígidos?— Pensó en la palabra adecuada.— Nosotros somos más sueltos y un poco descarados.— Shinsou levantó una ceja fingiendo asombro, aunque ella no lo vería.

—¿Entonces cómo son las latinas con los chicos? — Preguntó interesada otra, para el momento todos estaban atentos a lo que decía la castaña.

—Mm, como decirlo.— Pensó la palabra perfecta, aunque afectiva fue la que pasó por la cabeza del de ojos morados.— Somos muy coquetas.— Dijo con un poco de vergüenza. — Somos coquetas con nuestros movimientos y palabras.— Se rascó la nuca nerviosa.— Aunque más la primera si el chico nos gusta, a los latinos se les conquista por la vista, y a las latinas por el oído.—

—¿Cómo asi con los movimientos?— Preguntó otro, aunque el de atras le dio un golpe en la cabeza.— Auch.—

—Esas cosas no se preguntan.— Le dijo el compañero de atrás.

—No, está bien.— Dijo relajando el ambiente.— Sé que muchas cosas que son normales para mí son tabú para ustedes... A mí no me ofende, pero si alguien se siente incómodo no tenga miedo en decirme.— Nadie habló, todos, hasta Shinsou tenían curiosidad — Bueno, entonces está bien. Me refiero a mi cuerpo cuando digo movimientos.—

—¿Entonces bailas para atraerlos cómo las aves en celo?— La castaña estalló en carcajadas al darse cuenta de que estaba dandoles una clase en vez de tomarles el pelo, el resto rió contagiado. El peli-morado se sonrojó al pensar que tal vez casi había funcionado con él.

—Eso es en las fiestas.— Dijo calmando su risa.— En el dia a día somos como... Aventadas.—

—¿Aventadas?— Preguntó alguien.

—Sí, no sé como explicarlo bien, lo siento... — Sonrió. Sonó el timbre que indicaba que ahora tenían clase con Present Mic.— Bueno, se acabó la clase, gracias por prestarme su atención. — Dijo haciendo una leve reverencia, mientras los demás aplaudían.

—Lo hiciste bien.— Dijo Shinsou cuando la castaña se sentó en su carpeta.

—Gracias.— Dijo sonriendo.

—Aunque espero que no pongan en práctica lo primero que les enseñaste.— Le dio una sonrisa ladina.

Ella comenzó a reír, se echó en la carpeta para no delatarse.—¿A qué te refieres, Shinsou?— Preguntó fingiendo ignorancia.

—No te hagas la que no sabe, Aleska.— Dijo retándola.

—¿Me estás retando?—

—Tal vez.— La castaña volvió a reír al encontrar coincidencia en un chiste que había visto en internet.

Suspiró. — Necesitaba relajarme, me puse muy seria con lo último que les enseñé. — Dijo calmándose.— Creo que me contagiaron su entusiasmo

—Creo que serías una buena maestra.— Dijo entre broma.

Nah, odio a los niños.— Comentó antes de que el profesor entrará al salón.

Viendo la pequeña sonrisa en el rostro de su amigo, dándose cuenta que adoraba a ese asiático.

Mi razón ; Shinsou HitoshiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora