Capitulo 36

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ALICE

El departamento era genial, se parecía bastante al de Zack, pero con menos habitaciones. Ya estaba amueblado y también quedaba bastante cerca de donde trabajo. Era mi primer día y tuve que venir hasta aquí sola porque prácticamente estaba sola en la ciudad a excepción de Jack que según Zack el llegaría todos los días a ver como estaba, pero no se digno a buscarme en el aeropuerto. Era las once de la noche, ya había hablado con la constructora y comenzaba a trabajar mañana en la mañana, ahora estaba sentada en el sofá frente al televisor con la mitad de una pizza esperando a mi cuidador, pero no llegaba. Esperé media hora más y justo cuando ya me disponía a irme a dormir escucho unas llaves y segundos después Jack estaba entrando por la puerta.

Estaba vestido totalmente de negro y en su cinturón llevaba envainada un arma, en su camisa estaban las letras U.E.I muy pequeñas. Se veía cansado y casi dormido por completo, estaba entrando muy cuidadosamente como si no quisiera hacer ruido, cerró la puerta y se giró enfrentándose con mi mirada.

- Pensé que ya estabas dormida - su voz se notaba un poco ronca.

- Estaba a punto de hacerlo - él se acercó, se sentó a mi lado y soltó un suspiro cansado - te dejé un poco de pizza por si quieres.

- Gracias - tomó un pedazo y lo llevo a su boca - ¿no te importa si me quedo a dormir? - lo miré confundida - es que ya es tarde y mi casa queda muy lejos de aquí y estoy casi que dormido por completo.

- Si claro, puedes dormir aquí - Jack llego a nuestro lado y le maullaba a Jack.

- Que lindo - dijo y lo tomó entre sus manos - ¿como se llama? - me avergonzaba decir que se llamaba igual que él, pero si le mentía sabia que en algún momento él lo descubriría así que le dije en voz muy baja su nombre.

- Jack - él me miró y sonrío.

- Dime - miré al gato y después a él y pareció entender lo que quise decirle - oh ya... Se llama igual que yo - acariciaba al gato que ahora estaba acurrucado en sus piernas - es muy raro tener un tocayo animal. Yo tengo una perrita llamada como tú.

- ¿En serio? - él asintió sin mirarme - si, se siente muy raro tener un tocayo animal. Jack es muy cariñoso con los perros, si quieres puedes...

- Buena idea - dijo levantandose del sofa y tomó el resto de la pizza - llevaré esto al cuarto de visitas, si no te importa - le hice un gesto en señal de que podía y él se fue.

Me puse mi pijama y fui a la habitación donde estaba Jack para decirle las buenas noches. Al asomarme por el marco de la puerta pude ver a este sentado en el borde de la cama con el teléfono en su oído y parecía estar hablando con alguien, el ultimo pedazo de pizza estaba en su mano esperando ser comido.

- Después te llamo - dijo cuando se percato de mi presencia - sigues despierta - dijo mientras dejaba su arma en la mesa de noche que estaba al lado de la cama.

- Solo venia a decirte buenas noches - se quitó los zapatos y me miró con una sonrisa.

- Buenas noches - le sonreí y me fui a mi habitación.

JACK

1 MES DESPUÉS

Buscaba las llaves del apartamento, estaba cansado y gracias a la tormenta que caía fuera del edificio también estaba totalmente mojado, no es muy buena idea salir de tu trabajo y llegar a la casa en motocicleta mientras el mar cae del cielo. Intenté llegar lo mas rápido que pude cuando noté que no solo era lluvia sino que también habían truenos y relámpagos viajando por todo el cielo. Abrí la puerta y Alice no estaba en el sofá. Todos los días ella me esperaba sentada en el sofá con algo de comer o muchas veces solo la encontraba dormida en él. Me adentré un poco más y logré ver su figura en un rincón hecha bolita.

- Hola - dije suave para no asustarla, ella levantó la mirada y se abalanzo sobre mi, la abracé y acariciaba su espalda para tranquilizarla.

- Odio las tormentas - dijo abrazándome mas fuerte - quédate aquí hoy, por favor - recordé la primera vez que la vi llorar por una tormenta y tuve que morder mi labio para no acompañarla en su llanto - ¿te quedaras?

- De todos modos es muy tarde para ir a mi casa - recordé la canción que Zack le cantó y que hizo que se durmiera, no recordaba el comienzo, pero si el resto de la canción, me acerqué a su oído y comencé a murmurar - palmas palmitas que viene papá, palmas, palmitas que luego vendrá, palmas palmitas que viene papá, palmas palmitas que en casa ya esta - ella escondió su rostro en mi cuello y se me dificultó cantar, recordaba cada momento con ella, estar ahí sin ser Jack Thompson, para mi, era la tortura mas grande que podía existir - palmas, palmitas, que viene papá, palmas, palmitas que luego vendrá - un trueno retumbó por todo el lugar y un sollozo de Alice lo acompañó. Ella prácticamente se colgó de mi cuello, llevé mis manos a sus muslos y la levante como solía hacer tiempo atrás, la llevé hasta su habitación y la acosté en la cama - buenas noches - ella tomó mi brazo y negó con su cabeza. Me senté al lado de la cama en el suelo, Alice llegó a nuestro lado y se acurruco al lado de una de mis piernas.

La perrita ahora vivía aquí junto con Jack y Alice, por petición de la chica, aunque, esa perrita tiene mucha mejor vida que yo, hasta le tiene un rincón que comparte con el gato donde hay muchos juguetes y una camita para los dos.

- Te iras temprano ¿cierto? Nunca logro verte en las mañanas.

- Mañana es mi día libre y siempre me voy temprano para no hacerte molestia - Alice tomó mi mano y entrelazó sus dedos con los míos.

- Para mi no eres molestia - me acerqué mas a la cama y apoyé mi cabeza en el colchón - sube - la miré confundido - no dejare que lastimes tu cuello solo por mi, sube, te aseguro que no eres molestia.

- No creo que sea correcto.

- Tonterías, vamos sube - me acosté a su lado y para mi mala suerte un rayo ilumino toda la habitación, Alice pegó un grito y se acurrucó en mi. Se sentía bien volver a sentirla de ese modo, pero de todos modos me sentia un poco incómodo con la situación.

***
- Jack, ha pasado un mes, por favor dame buenas noticias.

- Pues... Ayer dormí en su cama porque había una tormenta y estaba asustada.

- Bueno, algo es algo - escuché a Zack suspirar al otro lado de la linea - ¿y como esta ella?

- Bien, supongo. Si no me equivoco le va muy bien en el trabajo - escuché la puerta de su habitación abrirse - después te llamo, adiós - colgué la llamada, tomé mi mochila y salí de mi cuarto. Alice estaba saliendo del suyo cuando me encontré de frente con ella, me sonrió y me miraba fijamente.

- Ya me iba - comencé a caminar hacía la puerta, pero ella me detuvo.

- No te vayas, dijiste que era tu día libre ¿por qué no te quedas? - negué con mi cabeza.

- Tengo muchas cosas que hacer.

- ¿Como qué? - me quedé callado, no sabia ninguna excusa para irme y no lo había preparado - son las cuatro de la mañana ¿adonde irías a estas horas?

- A ningún lado - dije en un suspiro - pensé que te sentirías incomoda.

- ¿Por qué lo estaría?

- Pues, tienes a un desconocido llegando a tu casa todos los días para saber si estas bien o no.

- Se me hace mas incómodo el no encontrarte en las mañanas cuando duermes aquí - reí por lo bajo y acomode mi mochila en mi hombro - ahora dime ¿te quedarás?

- Si tanto insistes - ella sonrió.

La extrañaba tanto.

Entre Amigos, Amor Y ArteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora