21. Entrega

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El viaje despejó la mente de Hyukjae, haciendo que cada presentación cambie sus malas energías por ganas de bailar. Al llegar a casa después de un mes, lo esperaba una buena cena y su novio, con una copa de vino en la mano.

-Hey..

-Bienvenido.. ¿cómo estuvo eso?

-Todas las funciones a sala llena! Pronto repetiremos porque quedó gente fuera ¿Puedes creerlo? - la alegría dominaba su expresión. Realmente amaba lo que hacía. - ¿Que tal tú?

-Extrañándote la mayor parte del tiempo. Ensayamos bastante, creo que pronto lanzaremos nuestro disco.

-Wow. Espero que sea rápido. Tienes tu primer fanboy aquí. - dijo sugerentemente.

- Ah, ¿sí?

El bailarín se acercó a su novio y enredó sus brazos a su cintura. - Si me cantas algo, puede que te muestre cómo sería el festejo.

Empezó a recitarle en el oído una serie de estrofas que lo llevaron al paraíso, cuando terminó de cantar se encontró tirado en el sillón, siendo desvestido rápidamente.

-Oye, si que me extrañaste eh.. ¿pasó algo mientras no estuve?

-Mm.. puede ser, pero no hablemos ahora.. ¿puede ser?

-Vale.. ven aquí.. - los besos entre ellos se volvieron más necesitados y la poca ropa que le quedaba fue arrancada de un solo tirón, quedando a horcajadas del otro. Masajeando cada parte de su cuerpo, pudo sentir como poco a poco el mayor se apoderaba de sus sentidos. Percibía el amor que emanaba.

Él le había dado tiempo, lo había comprendido, soportado sus lágrimas a diario. No podía pedir más. Yesung había ganado, no podía seguir negándose. Cuando sintió la presión dolorosa en su entrada se relajó y permitió que los dedos ajenos se introduzcan uno a uno, mientras su cuello era marcado una y otra vez. Una vez que acostumbró a la sensación, quería más. Solo sus dedos no era suficiente. Quería sentirlo dentro de él. Tomando la erección del mayor, empezó a jugar con sus dedos, volviéndolo loco.

-Ye..Yeye.. hazlo..

- ¿Q-qué?

-Ya reclama lo que es tuyo. Querías que grite tu nombre.. prue ba que no era puras palaah bras.. - no tuvo que decir mucho más para ver como los dedos abandonaban su agujero, para ser llenado por algo más contundente. De a poco, acompasando su respiración estuvo listo para todo y se lo hizo saber con un leve mordisco en sus mofletes. Adoraba los cachetes rellenos que estaban frente a él.

La sensación de dolor se calmó rápidamente. Sus pequeñas quejas fueron cambiando a pequeños gemidos y luego de un rato sentía que iba a explotar. Era demasiado bueno, sentir como ese punto de su cuerpo era golpeado con furia, era simplemente maravilloso. Podría hacerse adicto.

-Más.. ah.. si, ahí.. ahí.. - en un arrebato de pasión acercó su boca a la oreja del mayor y luego de morder su lóbulo, empezó a llamarlo por su nombre - Yesung.. Yesung.. Ye..SUNG - terminó gritando cuando finalmente pudo liberarse. Un par de golpes más, sumadas a las contracciones en el cuerpo del bailarín también lo llevaron al final.

-Te amo Hyuk. En verdad te amo. 

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Apareció la Yeyeconda y se apoderó de Hyuk, que se entregó al amor de Yesung y sigue sin arreglar las cosas con Donghae..   

SálvameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora