12. Una pesadilla llamada Donghae

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Por unos cuantos días la actitud caprichosa del menor siguió, haciéndose cada vez más insoportable para el bailarín. Lo mensajeaba varias veces al día, proponía actividades en grupo y lo había arrastrado varias veces a su cama con la excusa de no lograr conciliar el sueño. 

Hyukjae luchaba por resistirse pero sabía que ese puchero destruida todas sus defensas.

Yesung se reía ante el patético actuar de Donghae. No lo culpaba, él era quien lo había provocado en un principio y no podía parar de hacerlo sufrir todos los días un rato. Si iban a tomar algo, se sentaba junto a Hyuk, dejando poco espacio entre ellos. Si decidían visitar a Kyuhyun para jugar videojuegos hacía pareja con él, festejando las victorias exageradamente.

Nunca iba a olvidar la salida al cine y como había protestado infantilmente por ver que su amigo compartía los pochoclos con alguien que no era él. Definitivamente esta competencia le resultaba de lo más entretenida. No tenía nada que perder y mientras tanto, lo disfrutaba con sus amigos. En verdad lo pasaban bien todos juntos entre los berrinches divertidos del menor.

Una mañana con la excusa de salir de compras con la excusa de encontrar el regalo perfecto para la madre de Donghae, que cumplía años en los próximos días, el chico había logrado un preciado tiempo a solas con su mejor amigo y la sorpresa que le tenía preparada. El menor le había implorado que lo acompañe a Mokpo para la celebración, pero Hyuk lo había convencido de que ya era hora de presentar a su novia.

Cuando consiguieron un vestido lo suficientemente lindo lo compraron y corrieron al patio de comidas buscando algo tentador para matar el hambre del mediodía.

-Mira Hyuk! Es Irene - dijo sonriendo inocentemente.

-Vaya, si.. es ella. Ven, vamos a saludarla.

-Hola amor - se acercó - hola Hyuk. Ella es Yeri, mi amiga. No creo que la recuerdes de mi cumpleaños.

-Hola - respondieron los tres a coro.

-Ya que estamos todos por que no comemos juntos los cuatro.

-emm.. yo no se.. creo que volveré a casa. - murmuró el bailarín, sintiendo la falta de espontaneidad del momento.

-Vamos, nunca hacemos nada juntos - otra vez ese puchero. Otra vez perdiendo su voluntad en sus manos.

La chica se sentó frente a él y le sonreía aleatoriamente. Es bonita, pensó. Sin embargo, estaba muy lejos de querer algo con ella o algo que se le parezca. Ya demasiado tenía con su situación actual. Se había obligado a ser amable, a responderle galante, pero demonios, eso si que era agotador.

Al llegar no pudo más que acostarse a dormir, no tenía energías para seguir fingiendo felicidad, más aún, cuando en el camino de regreso lo habían obligado a acompañar a la chica a su casa, ya que ellos improvisaron una cita, con la "idea" de buscar ropa para el bendito cumpleaños.

Nota mental: dejar de seguir los caprichos de Lee Donghae.

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Hola hola! Yo otra vez!! 

Es que nadie le enseño a Donghae el significado de la palabra SOLTAR? Vamos chico, déjalo en paz..

SálvameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora