2- Propuesta

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La luz del sol, se cuela por la persiana de mi habitación. Tanteo para encontrar el móvil y veo la hora; son las 07:30 am. Me refriego los ojos y estiró mis brazos. En mi país estamos en invierno, y el frío ciertamente, nos condena a estar otro rato mas entre el calor de las sabanas y las acolchas. Me digno a salir de ese ambiente placentero, y me levantó. Mientras me cepillo los dientes, abró el grifo del agua caliente, así el baño se llena de vapor. Luego de bañarme bien, voy y me preparo el desayuno. Prendó la TV, como todos los días buscando algo interesante para informarme o escuchar. Pongo en las noticias y me fijo la temperatura. Hace bastante frío. Así que me abrigué. 

Cerré bien las puertas, y saqué el auto del garaje. En el camino iba escuchando música del pendrai enchufado en el puerto USB, que tenía mi automóvil. 

Bebe, danza, sueña 

Siente que el viento 

Ha sido echo para ti 

Vive, escucha y habla 

Usando para ello 

el corazón.

Aquella canción de Mago de oz, Molinos de viento. Se transformaba en una catarsis liberadora de toda energía negativa. Una buena canción para comenzar el día. Eran las 9:00 am y recién el Banco abría sus puertas. Después de estacionar el auto en la cochera, subí las escaleras. Salude a todos mis compañeros del piso, y me senté frente a mi computador. 

Unas horas después, saqué de la heladera el yogurt con cereales y comí. 

Hoy había sido un día tranquilo, ya que en general las personas hicieron los tramites a principio de mes y la mitad del mes que restaba, en general tendía a ser mas leve. 

Son las 14:30 pm, ya casi me voy a casa a relajarme. Miro mi móvil y tenía 2 mensajes:

Santi [+542477524890] 12:00 am

Linda, ¿tomamos algo hoy?

Yo 14:30 pm

Estoy ocupada, sigo en el trabajo. 

Santi [+542477524890]  14:33 pm

Te espero en el café de la avenida, apenas salgas de tu trabajo.

Yo 14:37 pm

Mejor a la noche, tipo 21:30 pm ¿te parece?

Santi [+542477524890]  14:41 pm

Ok, te paso a buscar por tu casa. Nos vemos a la noche linda, besos. 

Después de recibir el último mensaje, ya estaban cerrando el Banco, así que fui apagando la pc y me dirigí a mi auto. 

Prendí la música, busqué mi celular en el bolso y llame a una amiga:

- Lizzy, ¿todo bien?- respondió de la otra linea. 

- Sí, ¿estás ocupada?- le pregunté

- No, va estaba limpiando los muebles. Nada importante- aseguró. 

- ¿Te paso a buscar y vamos a tomar un café?- le pregunté. Se sintió el ruido de algo que se cayó. - ¿todo bien, por ahí?- insistí. 

- Sí, todo bien. Se me cayó la tapa del blem-. - Dale te espero- contestó.

- Dale, estoy saliendo- contesté y corte la llamada. 

Melisa, es una amiga que fue a la secundaria conmigo. Terminamos los estudios juntas. Ambas somos secretarias, nada mas que ella consiguió en otro Banco. 

Somos las típicas amigas, que seguimos en contacto luego de tanto tiempo. Cuando tenemos vacaciones, generalmente, nos vamos juntas, con otros amigos y amigas. En un semáforo de la avenida había un muchacho, de los que venden rosas o tulipanes, los cuales están dentro de una gran canasta. Le hice seña y le compre una rosa roja. Me agradeció con una sonrisa, y fue muy grato ese momento. Hacer caridad, nunca hace mal. 

Doble por una calle y me estacione. Baje con el bolso, y toqué el portero, así me abría la puerta de abajo. Esperé el ascensor y subí. 

- Hola, gorda- le dije. Le dí un beso y le tendí la mano para alcanzarle la rosa, que había comprado. 

- Hola- dijo sonriente. - ¿Es para mi?- preguntó.

- Sí, no veo a otra persona- dije y reí.

- No te tenía así, los hombres regalan rosas, para luego clavarte sus espinas- acotó con cierto grado de dulzura decreciendo a un odio. 

- Típico- le contesté riendo.

Nos dirigimos a la cocina, y puso la cafetera. Mientras platicamos, y le comente lo de Santiago. Ella con los ojos como platos, no podía creerlo. 

- ¿De enserio?- cuestionó. 

- Sí- conteste. 

- Se ve que es buen chico, aprovéchalo- sugirió.

- Ya sabes lo que quiero, y en eso no está una relación estable- le contesté mirándola fijamente, y tomando un sorbo de café.

- Lo sé, creo que deberías tenerlo, como amigo con derecho- al mismo tiempo me guiño el ojo. - Sin embargo, es una buena oportunidad. Para sacar de a poco la mierda, que te provocó él- acotó. La miré furiosa, odiaba que se refiriera a él tan tranquilamente, pero si, tenía algo de razón, no podía negarlo. 

- Ok, veré que hago- le conteste. Ella rió y se dio vuelta a prender la tv.

- ¿Miramos una película?- preguntó. Asentí sonriendo. 

 

Diario de un dolarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora