Capitulo dos: La familia es lo primero.

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*I'm a barbie girl, in a barbie world. Life in plastic, it's fantastic* Sonó el despertador, otro día en la vida de Lydia Martin, pero no era un día cualquiera, era el último día de vacaciones. 

El día siguiente empezaría su último año en la preparatoria.

Lydia apagó el despertador y se levantó de la cama, fue directo a su baño personal, se bañó.

Luego de bañarse fue a su vestidor y se puso un vestido color celeste con un fino cinturón rosa, acompañado de sus tacones rosa.

Se peino con una trenza en forma de diadema y se encaminó hacia la cocina donde ya estaban sus padres y su hermano desayunando.

-Papá, mamá, Isaac, buenos días.- Saludó a su familia mientras se sentaba en la mesa.

-Hija, buen día.- Saludó su mamá mientras se servía un poco de café.

-Hija, que bueno que ya estés despierta porque tengo que hablar con ustedes.- Dijo su padre, tenía cara de preocupación, cosa que a Lydia le pareció raro ya que el siempre estaba felíz.

-Claro papá, ¿está todo bien?- Preguntó Lydia.

-No hija, nada está bien. Las cosas están empezando a cambiar, y no para bien.- Respondió el.

-Ay papá, ya deja de dar vueltas y dinos que pasa.- Dijo Isaac. El mellizo de Lydia.

A pesar de haber nacido el mismo día, el chico de ojos azules no era nada que ver a su hermana, este era malhumorado y antisocial, mientras Lydia, la linda chica de ojos verdes era graciosa y sociable. Pero igual se amaban, aunque el no lo reconociese tenían un lazo indestructible.

-Callate Isaac, di lo que quieras papá.- Lo calló Lydia.

-Okay... la textil no está funcionando muy bien, nada bien la verdad, así que... hasta que no tengamos nuevos socios de otros países, tendremos que recortar gastos.- Finalizó su padre.

-¿Qué tipo de gastos?- Dijeron los dos adolescentes al unísono.

-Todos los gastos.

-Lo que su padre quiere decir...- Interrumpió su madre. -Es que... nos tendremos que mudar, tendrán que ir a una preparatoria pública, tendrán que ahorrar el dinero y...

-¿Y?- Preguntaron los jóvenes.

-Nos vamos hoy mismo.

-¿QUÉ?- Gritó Isaac.- Yo no me pienso ir de aquí, no me pueden hacer esto.

-¿A dónde nos iremos papá?- Preguntó Lydia, que a diferencia de su mellizo, ella estaba más tranquila.

-Iremos a un pequeño pueblo en California, de hecho es donde conocí a tu madre, se llama Beacon Hills.

-¿QUÉ? ¿ME SACARÁN DE LA CIUDAD PARA IR A UN PUEBLO QUE NADIE CONOCE?- Volvió a gritar Isaac. -ESTO ES PEOR QUE SI SACARAN A LAS BUFANDAS DE LA VESTIMENTA DE INVIERNO.- Su obsesión por las bufandas nunca se iría.

-Isaac tranquilo, papá quiere lo mejor para nosotros.- Lydia le extendió las manos a sus padres por encima de la mesa.

-Claro hijo, a parte no estamos sin dinero, solo no lo podemos gastar así porque sí.- Respondió su mamá.

-Y recuerden que lo importante es el amor que nos tenemos, no el dinero, se los hemos enseñado desde pequeños.- Siguió su padre.

-Si Isaac, a parte míralo de esta forma, conoceremos nuevas personas, nuevas formas de ver la vida.- Dijo Lydia, ella tampoco estaba encantada con la idea de dejar a sus amigos, la preparatoria privada, las fiestas que hacía en su mansión de la playa, pero si sus padres necesitaban ayuda, no se negaría. Todo sea por su familia.

A parte no sería tan malo ¿No?

A ella nunca le costó hacer amigos, era bastante agradable a los ojos de otros.

Isaac soltó un bufido pero asintió.

-Ahora vayan a despedirse de sus amigos y hacer sus maletas.- Dijo su madre.

-Si, y muchas gracias por entender hijos, recuerden que la familia es lo primero.- Siguió su padre.

Lydia se levantó y abrazó a sus padres, si había algo que quería en este mundo, era a ellos. Isaac puso una mala cara al ver que lo unían al abrazo pero no tardó en corresponderles.

...

-¿Te vas?- Preguntó Elena, una de sus mejores amigas, llorando, era realmente muy dramática.

-Si, lo siento tanto, los voy a echar de menos a todos, pero por favor despídete de nuestros amigos por mi ¿Si?

-Está bien Lydia, pero llámame y vuelve el verano que viene, te voy a extrañar mucho.- Abrazó a Lydia, mejor dicho, casi asfixia a Lydia.

-Te quiero, nos vamos a volver a ver.- Respondió Lydia.

...

Habían pasado seis horas desde que se despidió de su mejor amiga, no tuvo el coraje de despedirse de sus otros amigos, odiaba las despedidas, pero los llamaría cada día.

Ahora estaba de camino a su nuevo ¿hogar? Si es que se podía llamar así.

Pero no se desanimaría, no podía dejar que sus padres la vean triste, su vida -ahora antigua vida- había quedado atrás y lo tenía que aceptar.

Clase de ECA. || StydiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora