Ella (Led Zeppelin)

Devorarte

       Jim ingresaba por la puerta grande a su casa, en la que vivía con su esposa e hija, quería verlas, necesitaba a su pequeña, la extrañaba, no resistiría que le niegue su esposa esa oportunidad. Hace varios meses Jim había tratado de explicar a su esposa lo que le estaba pasando, su cónyuge no comprendió y por esa razón, ella echó a Jim de su propia casa.

Jim golpeó la puerta y salió Charlotte.

— Vete. —dijo directamente.

— No me puedes hacer esto, no puedes echarme una vez más de mi casa.

— Esta casa le pertenece a mi esposo James Page, no a mi esposa, yo no me casé con una mujer.

— Jim y James son la misma persona, claro que físicamente no pero espiritualmente sí. —se acercó a Charlotte — Aún sigo enamorado de ti, te amo. —trató de besar a su esposa pero inmediatamente ella lo evitó.

— ¿Qué te pasa? No vuelvas a hacer eso hasta que seas otra vez hombre.

— Quiero ver a mi hija.

— No puedes, le dije que te fuiste de viaje por un largo tiempo, lo siento. —habló, con tono desafiante.

— ¿Por qué hiciste eso? —sintió que el mundo se caía. —Tú sabes que la amo y es un motivo para seguir vivo.

— Lo hice por ella, no soportaría tener un padre mujer, y yo no soporto tener una esposa. ¿Te imaginas qué diría la gente si me ven contigo?

— Pero eso no tiene nada de malo, yo te amo y tú me amas.

— Yo amo a James no a Jim.

— Dile a Scarlet que la extraño.

— Ádios.

Jim salió de su casa, muy apenada, tenía la esperanza de poder ver a su hija, pero ya se había dado cuenta que su esposa se avergonzaba. Jim planeaba un encuentro con su hija, pero debía convencer a Charlotte, eso era la parte más dura del plan. Page caminaba hacia la casa de John Paul, se sentía muy mal, su vida era diferente, la banda estaba en crisis, Robert estaba superando la muerte de su hijo, Bonzo estaba cada día más ebrio, Charlotte estaba diferente emocionalmente, no podía ver a su hija, no había tenido sexo por mucho tiempo, tampoco se había drogado o embriagado. Creyó que lo mejor sería dejar de vivir, pero recordó a su única razón para estar de pie cada día, Scarlet, quería verla crecer y vivir, no se quería perder eso.

— Jim ¿Cómo te fue? —habló Maureen mientras Jim ingresaba a la sala de estar

— Muy mal, no pude verla Maureen, —se sentó al costado de la esposa de John Paul—Me duele, ya no quiero seguir así, quiero volver a ser James, he perdido tanto siendo mujer, no he ganado nada —varias lagrimas salían de sus ojos verdes— No soporto más, no puedo hacer nada porque si hago todo lo que quiero hacer, me van a criticar porque soy mujer, me van a decir que debería estar cocinando, barriendo, y cuidando bebés, yo no quiero hacer eso. Si me quedo así para toda la vida, quisiera vivir haciendo música pero tengo miedo Maureen.

— Jim... Si te gusta algo lucha por ello, vas a sufrir pero cuando llegues a tu meta, vas a estar feliz de haberlo logrado y de cómo lo hiciste. Tener miedo es natural de un ser humano.

— Es que no quiero que nadie me mire con desprecio, me van a ver con ojos de que yo no tengo la capacidad.

— Tú eres consciente del talento que tienes, los vas a dejar callados al demostrar tu talento. Lucha, vuelve a reunir a la banda, hazlo tú y saca la cara por nosotras las mujeres.