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Tenya y Tsuyu se encontraban en la habitación del delegado tratando de convencer a un histérico Shoto de ir a enfermería, pero el omega no solo se negaba rotundamente sino que tampoco permitía que nadie se le acercara, estaba sentado en la cama de Iida con la espalda apoyada sobre la pared, desde ahí miraba a los únicos dos presentes con cara de que les prendería fuego si daban un paso más.

El alfa y la beta por su parte rogaban porque Uraraka y Midoriya regresaran rápido con el chico de Shiketsu que habían llamado. Tenya había tratado de acercarse a Todoroki para forzarlo a ir a enfermería, pero el omega estaba tan alterado (Emocional y hormonalmente) que el corazón se le estrujo a Iida.

No era lo suficientemente cruel como para atosigarlo más.


Midoriya rellenaba rápidamente un formulario de visita extracurricular para que Inasa pudiera ingresar a la zona residencial de la UA, mientras tanto Uraraka le explicaba a Yoarashi la situación actual en la que se encontraba Shoto y por qué le había llamado específicamente a él.

– ¿No les ha dicho más nada? ¿Alguna pista de porque se puso así?

La omega negó mientras echaba una que otra ojeada hacía atrás para ver cuando Deku terminara con la hoja de permiso. – Solo empezó a llorar histéricamente, conseguimos llevarlo hasta el cuarto de Iida para que no llamara la atención del resto, se encuentra muy... Inestable.

Yoarashi asintió rudamente mientras el corazón le palpitaba a mil, le había pedido a Camie y a Seiji específicamente que lo excusaran de alguna manera con los profesores, se suponía que estaría en una clase de deporte intensiva, pero algo harían sus amigos para que le perdonaran esa falta.

Midoriya levantó la mano para darles luz verde. Uraraka guio lo más rápido que pudo a Inasa por el lugar para llegar hasta donde se encontraba Shoto, pero Izuku fue al final quien lo llevo hasta la habitación de Iida, Ochako no tenía la suficiente velocidad para seguirle el paso a Yoarashi.

Inasa se detuvo en seco delante de la puerta que Midoriya golpeaba. – ¿Es aquí?

– Si. Está con Tsuyu e Iida.

La omega rana fue quién les abrió, sus ojos no denotaban ninguna expresión sobresaliente, casi podrían haberle resultado inquietantes a Inasa de no ser por lo preocupado que estaba, y la chica debió sentirlo pues sus hombros se encogieron instintivamente – Esta adentro, ya no nos grita pero esta igual de histérico, Gero.

– ¿Puedo pasar?

Asui asintió, entro primero para sacar a Iida, que miraba dudosamente a Yoarashi, no era que el chico le hubiera dado razones para desconfiar de él, pero al no conocer la causa de esa crisis repentina de Todoroki mantenía a ese alfa como posible causa en su lista de probables culpables.

Dentro de la organizada habitación Shoto seguía sentado en la cama, que era lo único que no estaba pulcramente colocado, incluso el omega se encontraba aferrado a la almohada en completo silencio mientras lloraba a mares, sus hormonas estaban lo suficientemente alteradas como para que el instinto alfa de Inasa las detectara a la primera... Le transmitían odio y miedo.

Mucho de ambas partes.


Los pensamientos de Shoto eran un verdadero torbellino, recuerdos se entremezclaban con sentimientos negativos que había tratado de enterrar en lo más profundo de su ser, pero que de alguna u otra forma habían salido a la luz luego de aquella conversación con sus amigos.

Creyó que podría suprimirlo todo por sí solo, como lo había hecho muchas veces antes, pero esta vez su instinto omega se negaba a obedecer a la su lado racional imponiendo todos sus temores en su cuerpo. Temblaba y sudaba frío, sus nervios estaban de punta, casi tanto como cuando se había enfrentado al Asesino de Héroes.

Tsuyu trato de ayudarlo, pero le causo repelús. Tenya trato de ayudarlo, pero le provoco pavor.

Se odiaba por sentir aquello hacía sus amigos.

Pero contrario a lo que había estado esperando (Que trajeran a Aizawa para que hiciera algo como suprimirlo) Inasa apareció por la puerta casi inmediatamente después de que sus amigos salieran, la parte medio-racional de sí mismo se alegró inmensamente de verlo mientras su omega interno, muy contradictoriamente, se revolvió aún más aterrado de lo que lo había estado cuando percibió la cercanía de Iida anteriormente.

– ¡NO TE ACERQUES! – La piel se le había puesto de gallina y su Quirk presentaba señales de ir a salirse de control.

Inasa por su parte siguió callado, con su propio alfa interno al completo acecho, Shoto lo sabía por su olor, curiosamente su propia alteración había afinado sus instintos omega.

– No te haré daño, Todoroki-kun.

Las palabras sonaron sinceras, pero el pavor seguía ahí en su pecho, no causado por Yoarashi, pero si dirigido a él... O más bien, a su casta.


A Inasa jamás le había dolido tanto ver a Shoto, parecía abatido y vulnerable, completamente preso del miedo. Podía percibirlo en el aire, sus palabras no le habían llegado, y no lo harían.

– No... No te acerques – La voz se le quebraba, casi podía ver unas cuantas flamas que despedía su lado izquierdo.

Tomo mucho aire y dio un paso extremadamente largo aprovechando su altura, antes de que Shoto pudiera siquiera reaccionar a sus movimientos lo tenía atrapado en un firme abrazo. Si no podía alcanzarlo con palabras lo haría con acciones ¡No se daría por vencido!


Muy extraño a lo que había esperado o sentido alguna vez, el tacto fue cálido.

Como una caricia al corazón.

Sacudidas de juventud (InaTodo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora