VI

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Inasa estaba sentado en una banca escuchando de Camie como Seiji había convencido a los profesores de que había sucumbido a una crisis hormonal que le obligo a marcharse de allí antes de perder el control y causar problemas. La risa escapó absoluta de la boca de Inasa, solo Shishikura haría que una tontería así sonará creíble para los maestros de Shiketsu.

– ¡Le debo una! Ese pequeño es terrible.

Camie sonrió divertida – ¡Es un actor consumado! Si no le sale lo de héroe Hollywood estaría feliz de recibirlo ¿Crees que a Todoroki-kun le gusten las películas americanas? Deberías invitarlo a una.

Yoarashi no entendió la pregunta, aunque si su intención – Creo que a todos nos gustan ciertas películas americanas, Camie.

– Parece un japonés bastante tradicional, a mi abuelo no le gusta nada occidental... Sin contar la Coca-Cola, claro.

– Sigue sin tener sentido para mí, seguro que si le gustan.

– ¿Entonces lo vas a invitar? Yo puedo ayudarte a escoger, seguro que Seiji también.

Inasa solo pudo volver sus recuerdos a unas cuantas horas atrás, cuando Shoto aún estaba entre sus brazos, sollozando suavemente, vulnerable pero más tranquilo, relajando su cuerpo y bajando las alertas de su instinto con su cuello a la vista... Era la señal más íntima de confianza que un omega podía ofrecer... Y a cambio casi le había mal pagado.

Espantó rápidamente la idea de su cabeza, no quería pensar en lo que su instinto estuvo por guiarle a hacer, así que opto por cambiar de tema. – ¿Y Seiji? Pensé que me esperaríais los dos.

La sonría de Camie flaqueo, hizo un puchero y junto sus piernas – No me cambies de tema ¿Quieres ayuda con la película? Escuche de unos estrenos buenísimos.

Inasa humedeció sus labios y fruncio sus cejas, su sonrisa debía verse retadora – Ya lo pensaré, no es tan importante ¿Sus padres le querían de vuelta a tiempo? Venga, dime, Seiji no se iría así no más.

El tono de Utsushimi se volvió defensivo – ¿Por qué deberías pensarlo? Solo di que sí y será todo más rápido, ya hablarás con Seiji mañana.

– Pero no quiero esperar hasta mañana así que, por favor, dime Camie, después veremos lo del cine.

– ¡N-no puedes alargarlo! Es una carrera contra reloj Inasa, debes ser más rápido que tus rivales ¿Tienes el número de Todoroki? Porque si no te lo paso y lo invitas de una, venga.

– Está reponiéndose de una crisis Camie, no lo invitaré ahora, además no quiero que suene... Indecoroso, si Seiji estuviera aquí seguro que sabría cómo hacerlo sonar casual.

– No, no lo sabría porque Seiji es malísimo en cuanto a romance se trata, me necesitas más a mí que a él, así que no insistas.

En ese punto de la discusión ambos estaban ceñudos y a la defensiva, de no haber sido por la condición beta de Camie las feromonas de Inasa le habrían hecho perder toda su seguridad.

– ¿¡Shishikura Seiji malo en algo!? No te lo crees ni tú.

Camie resopló con fuerza cruzándose de brazos a la altura del pecho – ¡No es perfecto! Es un omega pretencioso y excesivamente orgulloso ¡Por eso no puede ayudarte con Todoroki! ¡Así que deja de molestar!

– ¡Él mismo se ofreció! Confió completamente en su palabra ¡No creeré que tengo oportunidad con Todoroki al menos que él lo diga!

– ¡Por todos los cielos! ¡Es un simple omega! Ni siquiera puede sentir las feromonas de los alfas poco dominantes ¡No hables de él como si fuera todopoderoso!

– ¡Es un excelente superior y un grandioso omega! Retráctate – Haberse levantado de golpe solo hizo que los transeúntes les miraran con temor.

Camie respondió igual, parándose furibunda y ceñudisima – ¿¡Y SI ES TAN BUENO PORQUE NO LO TOMASTE!?

Un policía se acercó a ambos con un tranquilizador en mano, pero no supo realmente qué hacer cuando vio a la chica disculparse como poseída y al grandote rehuirle ofendido. Era una escena novelesca muy... Chocante.

Camie siguió persiguiendo suavecito a su amigo mientras este le daba la espalda, había tocado un asunto delicado y no sabía cómo excusarse, tenía ese defecto de decir las cosas totalmente erróneas en los momentos menos adecuados – Perdón, perdón, perdón, yo no quise, venga, me ofusque, es que... Lo siento tanto, tanto ¿Yoa? Porfis, no me odies, santo cielo.

Inasa no le respondió nada, solo siguió dándole la espalda, Camie se sentía tan ansiosa que empezó a llorar, eso ablando a su amigo (Era un alfa demasiado permisivo), se dio la vuelta y seco el rostro de su amiga toscamente, le había dejado todos sus pañuelos a Shoto.

– Ya, ya, tranquila... Lo lamento, no quería... Yo continúe la pelea, fue mi culpa. Ya, para.

Camie se sorbió la nariz y se quitó el pelo de la cara con un manotazo, acto seguido le grito al policía que no era asunto suyo y regresó su atención a Inasa – Fueron sus padres, le organizaron otra de esas... Esas tonterías de matrimonios arreglados.

– ¿Omiai? – Camie asintió.

– No me quiso decir para que era hasta que ya se hubo ido... Me pidió que no te dijera nada porque te ibas a enojar y... Eso.

Seiji tenía esa mala costumbre de hacer cosas que no le gustaban a espaldas de ellos, por más que detestará la idea de que sus padres no terminarán de considerarle un objeto canjeable no se oponía a ese tipo de cosas que le habían inculcado como "tradicionales".

A Inasa le entraban ganas de desaparecer a los señores Shishikura de la faz de Japón ¿Todos los ancianos ricos de Japón pensaban así o solo eran ellos? ¿Los padres de Shoto pensarían así? Inasa espanto de inmediato la idea, no podía soportar el imaginarse a Shoto en un Omiai, arreglado con un kimono y sus respectivos adornos solo para agradar a un desconocido que seguro ni bien le trataría una vez embolsillado.

Un escalofrió culposo subió por su espalda, necesita hablar de lo que había sucedido con alguien, y sabía bien que Camie no era – Cam... ¿Sabes dónde pueden hacer echo el Omiai?

– Sus padres casi siempre lo organizan en Shibuya ¿Recuerdas? En ese restaurante de los tatamis bordeados con seda.

– ¿Eso no era una casa de té?

– ¡Yo que sé! No soy rica.

Inasa asintió, sabía a donde llegar, así que se despidió de Camie sin mayores explicaciones y corrió a por su amigo, no solo necesitaba sacarle de las garras de sus exasperantes padres sino que también requería urgente de su consejo, no dejaba de ser el único omega cercano que tenía.

Y si quería estar cerca de Shoto debía aprender a controlarse o volvería a tener el mismo desliz, y quizás la próxima vez con contaría con las fuerzas para dominarse.

Si lastimaba a Shoto jamás se lo perdonaría.

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⏰ Última actualización: Jul 15, 2019 ⏰

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Sacudidas de juventud (InaTodo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora