veinte; ¿vienes conmigo?

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6 años más tarde...

6 malditos años, podía decirse así.

Ruki tenía sobre sus piernas a un ocupado Daryus revisando cosas de la empresa en su laptop, pero amaba verlo concentrado en realidad. Le dio algunos mimos puesto que quería que se relajara un poco, pues él hacía lo mismo cuando estaba estresado, ambos se apoyaban y mimaban.

...(Gay)...

En una noche que llegó el padre de Daryus, este estaba cansado de él, que actuara que no existía desde que su madre murió y cuando le daba la gana lo manejaba a su antojo, incluso tenía ganas de llorar, patalear, decirle lo mucho que lo odiaba al igual que lo amaba aunque él no lo hiciera en lo absoluto.

Había en dos meses desobedecido cada cosa que este le prohibió y bueno, fue más que nada porque sabía que lo llevaría a Nueva York y él buscaba eso, pero no le dijo nada, ni siquiera a su casi segundo padre Shu, quería desaparecer en realidad.

Cuando llegó el día de su cometido, él mato a su propio padre, a sangre fría pues sí él no lo hacía, nadie más dejaría que lo hiciera, había hecho primero lo más básico, envenedarlo pero su plan había fallado pues no un solo sorbo dio a su copa, entonces eran incómodos los momentos de "calidad" antes de que se fuera, pero bueno, él ya se sentía morir y bueno, ¿porque no hacerle el favor? Él tenía una mente astuta aunque nunca la usaba, mayormente prefería su instinto.

Ya había planeado todo básicamente y solamente cuando fechoría estaba hecha, desinfecto con tranquilidad y quemó lo que utilizaba para no dejar su ADN ahí, y tenía sus cosas más importantes y documentos en un lugar seguro, cuando ese lugar terminara quemado no quedaría su culpabilidad.


Ya había dejado previamente gasolina en muchas partes de la casa y sobre su padre, entonces el bidón y en cuanto dejó caer el cerillo comenzó la llama, se había encargado también de quitar el tanque de gas pues solamente quería que su mansión se incendiara, entonces se fue, no vivían cerca de personas, quizá a unos 3 kilómetros las habían pero en lo que eso pasaba, ya habrían solamente cenizas, entonces tomó su auto y se fue al aeropuerto puesto que no quería llegar tarde a su vuelo, no sentía remordimiento alguno, solamente ganas de haber hecho más pero sabía que Japón era peligroso y a donde iría... También, pero nadie lo conocía.

Sabía que con solo el apellido Casthellete ya tendría abiertas las puertas de muchos conocidos y tendría que fingir su dolor, para que todo esté como planeó.

Aunque no contaba con este se había retrasado, mierda. Solamente quería irse de una buena vez, el simple Daryus que todos conocían se habían ido junto a su padre, aunque no contaba con que su teléfono ya estaban llenos de llamadas y mensajes de Sarah, Shu, Subaru y Ruki, ¿que estaba pasando? ¿acaso ya llegó tan rápido el chisme que la casa se estaba quemando o se quemó su mansión?

Se mordió los labios evitando todo eso, poniendo en modo avión su teléfono, no quería a nada ni nadie irrumpiera su nuevo destino.

Pero vio a un Ruki jadeante y con su mirada fría que hacía congelar todos tus sentidos, al menos él ya lo lograba pero no quería aceptarlo puesto que Reiji seguía en su corazón a pesar de que él ya se había ido a Estados Unidos aunque sin saber a donde, pero seguramente no se lo toparía, solamente quería llorar.

Gay. » ʀ̶̶ᴇ̶̶ɪ̶̶ᴊ̶̶ɪ̶̶ s̶̶ᴀ̶̶ᴋ̶̶ᴀ̶̶ᴍ̶̶ᴀ̶̶ᴋ̶̶ɪ̶̶ «Donde viven las historias. Descúbrelo ahora