veintitrés; cuanto sin verte Daryus.

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Eran las dos de la mañana y Daryus solamente daba vueltas en su espaciosa cama, extrañaba a Ruki, a hamburgueso, quería que Reiji le hablara, quería volver a ser un pendejo de secundaria, quizá y no haber nacido tampoco.

Eso y mucho más atrapaba sus pensamientos, aunque el sonido de su estómago lo interrumpió.

Agradecía que había hecho las compras, siempre un mes era Ruki y uno él, aunque estuviesen peleados siguió aquello, entonces solamente seguía en la cama y bajó de la comodidad de esta y solamente utilizaba la camisa de Ruki y sus boxers, adoraba el perfume de Ruki, solamente por eso la usaba.

Bajó al segundo piso y fue a la cocina en sumo cuidado, Ruki dormido en el sofá, qué bueno que los sofás eran cómodos, así su novio no sufriría tanto dormir ahí.

Tomó un par de manzanas, y subió con el mismo sigilo y las lavo en el baño del cuarto, mientras le daba una mordida a esta, mientras se quedó mirando a la ventana, pensando en muchas cosas, siempre estaba perdido entre recuerdos, algunos cortos y sin sentido de su infancia, su adolescencia y hasta actualmente, era todo un mundo su cabeza.

Siguió comiendo, como si su vida dependiera de ello, no había comido muy bien últimamente, odiaba todo, sus ojeras, su falta de sueño y apetito.

Lo que le reconfortaba era que por la mañana iría con sus niños, los amaba mucho aunque todos eran muy diferentes entre sí, algunos incluso ya le decían papá o algo así, le partía el corazón no poder adoptar a todos pero, daba dinero suficiente como para que tuviesen buenas condiciones y, así era, incluso iban a la escuela, se aseguraba que nada le faltara a ninguno, en ámbito material en realidad, pues sabía que todos querían o deseaban en un futuro que alguna pareja les adoptara.

Se quedó después mirando a la luz de la lámpara, mordiendo unos segundos sus labios, un nuevo pensamiento llegó a su cabeza, ¿Porque tenía que pensar tanto? Qué se jodan todos, estaba dispuesto a ir al psicólogo, si, quería ser alguien normal, hasta cierto punto.

...( Gay )...

Cuando llegó la mañana, Daryus no quería levantarse de la cama, por alguna razón le daba más sueño por las mañanas o tardes que la noche.

Pero intentó recordarse a sí mismo lo que haría, se levantó de mala gana, tomando una ducha primero, luego colocándose su traje favorito, luego bajó y Ruki ya no estaba, entonces le dió igual nuevamente desayunar, así que tomó sus llaves y se fue.

Cuando llegó al orfanato, miró como los niños que jugaban dejaban de hacerlo y fueron directamente con él.

Todos lo recibían contándole cosas, mostrándole alguna que otra cosa que hacían en la escuela, siempre iba a aquél lugar una vez al mes, entonces los niños ya sabían un poco del como comportarse, siempre se quedaba a inspeccionar y jugar o a hablar con los pequeños, los más grandes tenían 9 años.

Duraba su visita casi 7 horas, eran muchos pequeños en realidad, así que cuando quedaba poco tiempo para irse se despedia de todos e iba con las personas quienes se encargaban del lugar.

—¿Necesitan algo en particular? ¿Más materiales, dinero, qué?

Preguntó Daryus directamente mirando a las 7 mujeres.

—Se necesita más ropa para los niños, camas, sábanas, medicina...

—También comida.

Gay. » ʀ̶̶ᴇ̶̶ɪ̶̶ᴊ̶̶ɪ̶̶ s̶̶ᴀ̶̶ᴋ̶̶ᴀ̶̶ᴍ̶̶ᴀ̶̶ᴋ̶̶ɪ̶̶ «Donde viven las historias. Descúbrelo ahora