Tres

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LAUREN

Me había pasado el día con los pensamientos yendo y viniendo, y no entendía el por qué, ya que jamás le daba tantas vueltas al hecho de salir con una mujer.

Estaba en el vestidor de mi casa acabando de arreglarme para ir a recoger a Camila mientras conjeturaba, y llegué a la conclusión de que me sentía así porque nunca invitaba a ninguna mujer a una cita, y eso parecía eso.

Joder, mi instinto era mi mejor aliado y tendría que hacerle caso; sin embargo, en ese momento era consciente de que me estaba dejando llevar y, aunque mi instinto siempre había sido brillante, ese día no iba a hacerle caso, aunque estuviera siendo un verdadero idiota; definitivamente no debería ir a por ella, no debería querer con tantas ganas follármela.

«Nunca asumo riesgos de los que sé que no podré zafarme, así que, ¿por qué hacerlo ahora? Un momento —me miré en el espejo y fruncí el ceño—, ¿por qué mierda creo que tirarme a Camz es un riesgo?

CAMILA

Estaba echada en el sofá mirando el techo, sin saber en qué ocupar mi vida. Había llamado a mis amigas para que nos reuniéramos en mi casa para cenar, pero... Dinah, tenía una cita misteriosa y no había querido desvelar con quién; me dijo que era por trabajo, pero ella no tiene cenas de trabajo, así que no la creí. Ally me explicó que ya había quedado para ir al cine no sé con quién, según ella iba a encontrarse con una antigua compañera de oficina, pero sabía muy bien que ella no había mantenido el contacto con nadie de la época en la que trabajaba en la empresa inmobiliaria de Steve. Y Normani esa noche cenaba con sus padres. Asique deslizándome por mis contactos, abrí el WhatsApp y le envié un mensaje a John Júnior.

Yo: ¿Me llevas a alguna parte? Estoy aburrida.

Shawn: Pensaba que la otra noche te habías quedado bastante cabreada conmigo.

Yo: Debemos trabajar juntos, así que será mejor que nos entendamos, por el bien del negocio. ¿O quieres que me busque otro maldito representante?

Shawn: ¿Estás amenazándome con largarte a otra agencia? Haz lo que quieras, no voy a rogarte; quizá me quite un dolor de cabeza si te marchas. Mi padre y el tuyo son amigos desde hace años, pero yo no le debo nada a Alejandro, así que, si te quieres ir, vete.

Yo: Idiota.

Me levanté del sillón, arrojé mi móvil sobre éste y después de zamparme el contenido de la copa de una vez la volví a rellenar y empecé a desvestirme para buscar ropa más acorde; me iba a ir de gira, a recorrer todos los nightclubs de la zona.

Mi móvil sonó.

Shawn: ¿Estás lista? Paso a buscarte en quince minutos.

Me sonreí al leer el mensaje, le contesté de inmediato.

Yo: Estaré a tiempo.

Preparada para salir, reforcé mi perfume, lo metí en el clutch y empecé a apagar las luces cuando el sonido del telefonillo de conserjería me interrumpió.

—¿Qué ocurre, Manning?

—La señora Jauregui  la está esperando en conserjería, ¿lo dejo entrar?

Me sonreí casi sin que pudiera evitar soltar una carcajada; me había olvidado por completo de las patéticas flores que había enviado junto con la nota en la que me decía que pasaría ese día a buscarme;, pero en ese instante estaba saboreando la dulzura de la venganza... ese placer que sólo experimentan los dioses era perfecto; me sentí de pronto como Helena disputada por Menelao y el príncipe Paris de Troya.

Devuélveme el corazón | Camren G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora