•Senos•

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Las clases de pociones eran muy interesantes pero no eran las preferidas de los merodeadores.

Odiaban mucho cuando el profesor elogiaba a Snape, además de que ninguno era muy bueno en esa asignatura.

En ese momento se encontraban en la aula tratando de crear una poción sin explotar todo el colegio.

El profesor había separado a todos en grupos de tres y con el gran dolor de sus corazones habían dejado de lado a Peter (siempre lo hacían) el merodeador se había resignado a sentarse con dos alumnos de Slytherin que solo paraban criticándolo.

Slughorn les había indicado a todos preparar una simple poción, era imposible que se equivocaran pero con los merodeadores nunca se sabía.

-¿Que es esto?-preguntó Sirius con una ceja alzada mientras hincaba una pequeña masa-. ¿Sabes para qué sirve, lunático?

-No

-¿No sabes?-Sirius fingió estar muy asombrado-. ¿Me estás diciendo que podemos morir en esta clase?

Remus no le contestó, solo arqueo las cejas.

-Canuto ¿Vas a ayudarnos?-le pregunto James mientras movía como loco las páginas.

-¿Y tú desde cuando estas tan entusiasmado en las pociones?-le dijo Sirius-. No me digas que intentas impresionar a Evans y si es por eso...déjame decirte que es estúpido.

-Yo no quiero impresionar a nadie-murmuró-. Solo que estoy harto de crear pociones mortales, necesito aprender, en el futuro quiero ser auror y me padre me a dicho que debo mejorar en las asignaturas.

-Te falta mucho para eso, yo aún sigo pensando que intentas mostrar una apariencia madura para que la pelirroja creída te haga caso.

-¿Pelirroja creída?-repitió James con los ojos amenazantes-. ¿Desde cuando hablas así de mi Lily?

Sirius no le contesto, ya estaba harto de que su amigo se avergonzara y dejara su orgullo de lado para poder tratar de conquistar a Evans.

-Dejen de hablar y preparen la poción-les pidió Remus-. Lo único que quiero es terminar esto, además ya no estoy de humor para escucharlos...en dos semanas es luna llena-termino murmurando para evitar que lo oyeran.

James y Sirius se miraron por un momento y se unieron a Remus para poder preparar las pociones.

En poco tiempo muchos alumnos ya habían terminado sus pociones, uno de ellos era Snape que como ya era costumbre había logrado preparar perfectamente todo.

¿Cómo lo hacía? ¿Podía existir algo imposible para el?
La rabia empezaba a dominar el cuerpo de James, su caldero tenía un olor muy repugnante y un color más parecido a un vómito.

No ayudaba para nada la presencia de Canuto que no dejaba de murmurar frases en doble sentido.

Los minutos seguían pasando y cornamenta no podía revertir su creación. Ya no se podía hacer nada, limpiar su caldero y empezar de nuevo era su última alternativa pero no quería hacer eso, sería como una perdida de tiempo.

Sirius por su lado había dejado de murmurar y empezó a mirar a Remus con mucha curiosidad.

-¿Que quieres?

-Nada..

-Entonces procura poner toda tu atención en tu caldero

-Lunático...¿Sabias que ayer cree una poción muy novedosa?

-Que bien...

-No la he probado aún y pensé....¿Te gustaría ser mi conejillo de India?

Remus lo miro con una ceja alzada.

Los MerodeadoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora