Capítulo 3: Expectation.

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Escuchaba a lo lejos la conversación que su madre mantenía con su hermana, sin prestarle atención en lo más mínimo, después de todo, no era un tema que le incluyera a él. Continuó garabateando en su cuaderno de bocetos, su profesor le había enviado de tarea hacer un retrato de cualquier persona, resaltando sus rasgos en su totalidad. JongHyun había escogido a uno de sus tantos ídolos musicales, sin embargo lo único que dibujaban sus manos eran ojos más grandes de lo normal y labios abultados.

¿Cómo podía ser posible? Solo le había visto una vez, durante un par de segundos, y ya parecía que el tipo se había armado una carpa en su cerebro, dispuesto a instalarse allí por un largo tiempo. Se sentía como una maldita colegiala enamorada y aquello no le gustaba ni un poco, de hecho, le daba rabia.

- ¿Quién es ese? - Preguntó DongHae, sentándose a su lado en la mesa e intentando ver aquel retrato que JongHyun había dibujado casi a la perfección de aquel extraño.

- Nadie importante. Solo una persona que vi una vez. - Respondió, con total sinceridad, ya que aquella era la verdad. Sin embargo, cuando vio la sonrisa de DongHae, supo que se venía algo que le iba a hacer enojar.

- Claro, lo viste una sola vez y le dibujaste hasta ese lunar. - Murmuró con burla el menor, esquivando un golpe que JongHyun le lanzó antes de levantarse refunfuñando en voz baja, con su cuaderno y su cartuchera en brazos.

- DongHae, no te metas en mis asuntos. - Respondió, realmente molesto, antes de dirigirse a su habitación y encerrarse allí.

¿Qué demonios le pasaba? No era como si su hermano le hubiese acusado de estar viéndose a escondidas con aquel tipo. Ni con ese tipo ni con nadie, JongHyun de momento no estaba con tiempo para vivir una de esas caóticas historias de amor adolescentes en las que el menor terminaba sufriendo porque el mayor le dejaba por una mujer o por alguien con más experiencia.

Definitivamente, no sería uno de esos idiotas.

~*~

Finalmente había presentado aquel trabajo al profesor de arte, quien lo había recibido con los brazos abiertos e incluso le había subido la nota más de lo necesario. Al parecer el ''extraño'' había sido del gusto artístico del hombre, quien había elogiado su modo de captar cada pequeño detalle y rasgo. JongHyun prefirió omitir el hecho de que solo con haberle visto un par de segundos había captado completamente su rostro, cuando aún no podía dibujar de memoria el rostro de su hermana.

Aquella tarde, su padre pasó por él a la salida del colegio, insistiéndole en que necesitaba ayuda con algunos diseños para el nuevo slogan de la empresa. JongHyun, luego de pensar que su padre por fin había encontrado como sacarle provecho a su próxima carrera, decidió aceptar porque después de todo, el arte era arte y no iba a rechazarla ni aunque fuera para hacer algo tan trillado como un logo.

Mientras escuchaba a su padre hablar sobre lo que quería en el nuevo dibujo del logo, se apoyó contra la pared del ascensor, fingiendo interés en cada una de sus palabras aunque lo único que quería realmente era tirarse en el mullido sofá de la oficina de su progenitor para dormir tranquilo. Estaba mentalmente agotado. Aquel hombre de ojos grandes le tenía agotado. Madre mía. Una colegiala enamorada, eso parecía. Se horrorizaba de sí mismo.

Cuando el ascensor se detuvo en el piso 12, JongHyun cerró los ojos, consciente de que aún le quedaban por subir más de 20 pisos en aquel enorme edificio que era en parte suyo. Escuchó los pasos de una persona adentrándose en el ascensor, seguido de la voz de su padre hablando con aquel empleado.

Abrió sus ojos con curiosidad al notar ¿afecto? En la voz de su padre. Parecía incluso orgulloso de aquel estúpido que le daba la espalda, por lo que no podía verle el rostro. Finalmente se rindió y observó los números del ascensor, comprendiendo con el paso de los segundos que aquel joven empleado iría con ellos a la oficina de su padre. No le sería muy difícil ignorarlo de todos modos.

The First Temptation {HoHyun}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora