Un juego de chicas.

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--Capítulo editado--

Hoy es sábado, mis heridas han mejorado y Calum dijo que me visitaría para compensarme.
Estoy feliz por que intercambiamos números de teléfono, y de que siguiéramos hablando con normalidad. La verdad yo casi nunca se como mantener una conversación, pero al parecer Calum es experto en hablar, por eso no me fue difícil contarle algunas cosas sobre mi, mis gustos y eso.

Dijo que llegaría a las 6:00 pm o algo así. Eso significa que faltan 5 minutos.
Me encuentro nervioso. ¿Que irá a pensar de mi? ¿de mi casa? ¿Sabré de que conversar con el?
No quiero que se aburra de mi y se vaya enseguida.

Por suerte mi familia salió al cine, como cada fin de semana, y no estarán aquí para avergonzarme...

(...)

Son las 6:40 pm y no hay rastro de Calum. No puedo esperar algo mejor... Durante todo este rato he checado la hora cada 5 minutos, incluso abro nuestras conversaciones, pero el no me ha enviado ningún mensaje cancelando o diciendo que ya viene,

Un escalofrío recorre mi cuerpo cuando escuché el timbre sonar.
Enseguida me levanto del sofá y acomodo mi cabello antes de abrir la puerta. Alex tiene razón, parezco una niña miedosa.

Abro la puerta y me encuentro con una sonrisa totalmente hermosa.
Calum trae consigo una pizza y... ¿Una rosa blanca?

—Ho-Hola...— Le digo intentando verle al rostro, pero no lo logro

—¡Hola!¿Que tal tus heridas?

—Están... Mejorando

Me quedo en silencio después de haber dicho lo anterior, fueron unos segundos eternos en los cuales considero entrar a mi casa y cerrarle la puerta en la cara debido al nerviosismo que siento, pero para mi fortuna, el chico frente a mi habla.

—Yo... te traje esto— levanta su mano para mostrarme la flor blanca —Creí que sería un bonito detalle, pero si no te gusta puedes dársela a tu mamá.
El sonríe tiernamente y unas pequeñas lineas se forman en sus mejillas, a los costados de sus labios. Yo grito en gay internamente y tomo la rosa.

—Es muy lindo— Susurro agachando la cabeza

—¿Que?— Levanta una ceja sin dejar de sonreir

—E-Es muy linda ¡la flor! muchas gracias.

—¿Y?¿Puedo pasar?— pregunta él tras otro momento incómodo de silencio

—¡Oh! Si, si. Claro... lo siento, pasa...

Entramos a la sala de estar y lo invito a sentarse. Él pone la pizza y en la mesa de centro y yo me dirijo a la cocina, para buscar algo de soda y también un vaso de agua para la flor.

—T-tu ¿Que quieres hacer? ¿quieres ver alguna película?— Le pregunto y me doy cuenta de que ya está sentado con los pies encima de la mesa. El los baja al percatarse de que lo miro.

—Lo siento— dice mientras suelta una risa nerviosa—Es la costumbre...¿Que te parece si mejor solo hablamos?

—Hmm, está bien ¿acerca de que?— Tomo asiento en la otra orilla del sillón, evitando estar tan cerca suyo

—Pues... Somos amigos ¿verdad? Hablemos de nosotros

—¿A-migos? ¿Nosotros?

—Si si, mira. Yo te pregunto algo a tí y viceversa

—¿Como un juego de chicas?— digo divertido y siento como los nervios van abandonando mi cuerpo lentamente

—¡Exacto! Empieza tu, pregúntame algo

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⏰ Última actualización: May 16, 2019 ⏰

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Mi Estúpida Vida y Calum RayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora