314

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En su mochila se concentraban diferentes tipos de bolsas, los olores eran distintos, pastillas de colores lo acompañaban en la universidad, al entrar y al salir.

No había reglas en su instituto, a los profesores les importaba poco si tú asistías a sus clases o no, ellos contestaban lo típico "como quiera yo gano, si les enseño o no" los alumnos se salían de clases y Jimin era uno de esos, no tanto lo hacía por no estudiar, salía a repartir la mercancía que días antes se la piden para que llegue a buena hora y con el dueño indicado.

Los precios no son altos, son algo accesibles para la mayoría de los estudiantes en especial esos de ojos rojos que no dejan de mover su nariz de un lado a otro.

Hoy entregaría unas bolsas con pastillas en la parte de arriba, donde se ubica la parte alta de la universidad, viene siendo la azotea de uno de los edificios, los cuales están abandonados por falta de recursos, aparte por qué amenazan con caer algún día.

Antes de que la chicharra sonará, el rubio comenzó a caminar por los pasillos pasando la cancha y algunos profesores que no dudaron en hablarle, su cara era muy tierna y al parecer su cuerpo no desprendía maldad alguna o eso el hacía creer a las personas que lo rodeaban, su imagen de niño bueno está presente y no por tener una cara dulce y esas regordetas mejillas que te dan ganas de presionarlas y acariciarlas, lleva buenas notas, todos los trabajos los entregaba a tiempo nunca se retrasaba con uno, solo con lo que no cumplía era en llegar temprano a sus respectivas horas.

Subió las escaleras llenas de polvo al igual que de empaques de botanas y botes de refrescos, varios de los drogadictos del colegio se meten hacer de las suyas, hasta llegan a dormir ahí sin que nadie se de cuenta, los prefectos no suben a ese lugar por pereza y aparté por qué el director lo prohíbe.

Se metió a uno de los salones el cual marcaba el número 314, con desconfianza y miedo fue abriendo su mochila para sacar el pedido, el chico al que tanto detestaba se encontraba en una esquina con cigarrillo en boca, antes de acercarse soltó un suspiro de irritación mostrando las pastillas.

- Pensé que no vendrías cariño..- sonrió ladino acariciando un mechón de su cabello.

Jimin se hizo hacia atrás deteniendo la mano que quería bajar a su rostro.

- Deja de llamarme ¿Donde esta el dinero?- de mala gana estiró su mano para recibir la paga y después dar el contenido.

Se las sabía de todas a todas, no entregaba la mercancía antes por qué salían corriendo causando que no pudiera alcanzarlos por qué sus piernas son demasiado cortas como para dar una zancada de ese tamaño.

- Bien.. ¿Cómo quieres que te llame? Tengo otros..- acorraló su cuerpo contra la pared mientras susurraba cerca de su oído- ¿Mi amor? ¿Bombón? O ¿Mi puta?.

El rubio dirigió su pie hasta el muslo del pelinegro soltando esa patada que desde hace tiempo tiene guardada para el cómo regalo.

- Jodete Min, eres un perdedor cual quiera.- subió su tono de voz dispuesto a marcharse, solo lo hacían perder su tiempo, debe de llegar a casa antes de la comida si no su madre lo regañara nuevamente.

- ¿Estás seguro? Déjame decirte que con este perdedor saliste por más de dos años.- sonrió sarcástico olvidando las punzadas que ahora su pierna mandaba a todo su cuerpo.

Rodó sus ojos, aferrandose a los tirantes de la mochila.

- Superalo.. eres un idiota - alzó su barbilla repugnado el cuerpo que tenía enfrenté.

- ¿Qué yo lo supere? Vamos deja de complicar las cosas..- sus manos se dirigieron muy rápido al pecho del menor, desabrochando dos de sus botones para después ser empujado contra un pupitre en mal estado.

One Shots Lemon  ➸YoonMin ❪✓❫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora