❥Novio de Alquiler | ➳[GyuWoo]

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SungGyu despertó en medio de la noche al sentir movimiento en su cama, a su lado, y abrió los ojos de forma perezosa, creyendo que su madre lo estaría despertando para quién sabe qué.

No esperaba encontrarse con el rostro lloroso de WooHyun al frente suyo, acostado, con una expresión tímida y nerviosa.

Frunció el ceño levemente, confundido, sin saber qué decir.

—Hyunnie... —susurró un tanto atónito.

—SungGyu —murmuró WooHyun para luego apoyar su cabeza contra el hombro de SungGyu, y sintió entonces sus ropas húmedas. Como si alguien estuviera llorando—. SungGyu, lo... lo si-siento... tanto...

Se quedó quieto al principio, sin saber cómo reaccionar ante esa extraña situación. Horas antes, WooHyun le había dicho que no podían besarse, pero ahora...

¿Qué estaba ocurriendo?

—Está bien —titubeó acariciándole la nuca a WooHyun—. Tranquilo, Hyunnie...

—Te quiero tanto —murmuró WooHyun—. Te amo tanto que duele, SungGyu —cuidadosamente, WooHyun llevó la mano del rubio a su pecho—. Es como si... como si me estuvieras enterrando un cuchillo aquí, mi amor.

SungGyu cerró sus ojos, sintiendo los labios de WooHyun acariciar su cuello superficialmente, y escalofríos recorrieron su cuerpo entero cuando el chico pasó una pierna por su cintura, quedando casi sentado sobre su cintura.

WooHyun era tan precioso. Tan bello bajo la luz de la luna que se colaba por la ventana, con sus ojos llenos de lágrimas, esas mejillas con unos hoyuelos tan preciosos que sentía unas ganas enormes de apretarlos, de besarlos todo el tiempo.

—Eres hermoso, Nam —le dijo con seriedad.

Y WooHyun le creía, porque SungGyu nunca iba a mentirle.

SungGyu nunca iba a decir algo que no sintiera. SungGyu nunca iba a ilusionarlo, a decirle mentiras sólo para hacerlo feliz. No como había hecho él.

—Perdóname —siguió susurrando WooHyun antes de inclinarse y quedar a pocos centímetros de su rostro, comenzando a mover su cadera—. Te quiero, te amo...

SungGyu quería decir algo, pero entonces WooHyun lo besó con suavidad, sin dejar de frotarse contra él, sus labios acariciando los suyos con fuerza, transmitiéndole un montón de cosas con ese simple gesto. Diciéndole lo mucho que lo necesitaba con ese beso.

Jadeó cuando las manos de WooHyun acariciaron su cintura para luego quitarle la camisa del pijama. SungGyu hizo lo mismo, besando ahora el cuello de WooHyun, dejando que las sensaciones placenteras inundaran su cuerpo.

WooHyun se alejó unos centímetros, mordiendo su labio inferior, sintiendo las manos de SungGyu acariciando su trasero por debajo de su ropa interior, apretándolo, amasando sus nalgas, y gimió contra su oído al sentir un dedo contra su agujero, rozándolo, presionándose con suavidad.

SungGyu soltó una maldición entre sus dientes cuando la mano de WooHyun acarició su miembro endurecido, y en modo de venganza, metió un dedo en su interior.

El gemido de WooHyun lo volvió loco por completo.

WooHyun comenzó a mover su cadera contra la mano de SungGyu, con el rostro completamente ruborizado, humedeciendo sus labios, abriendo su boca en señal de placer total.

WooHyun lo miró, sonriendo temblorosamente.

—Te amo... —susurró de forma expectante.

SungGyu mordió su labio inferior.

—Sí... sí... sí...

Notó el momento exacto en que los labios de WooHyun se fruncieron en una mueca.

—Dilo, SungGyu —pidió de forma lastimosa, moviéndose con más fuerza.

—¿Qué? —detuvo sus movimientos, sintiéndose repentinamente helado.

WooHyun lo besó, pero no respondió el beso.

—Di que me amas —susurró de manera exigente—. Dilo, dilo.

SungGyu se alejó con el corazón roto, sintiendo de pronto ganas de vomitar, quitando sus manos del cuerpo de WooHyun.

—WooHyun, vuelve a tu cuarto —ordenó con la voz temblando.

—No —el tono de WooHyun era furioso—. No hasta que lo digas.

—¡No lo diré, WooHyun! —de pronto, ya no podía hablar en voz baja—. ¡No lo diré, ¿me oíste?!

Los ojos del chico brillaron con odio.

—¡Tenía razón, yo tenía toda la maldita razón!

SungGyu lo empujó y WooHyun tropezó, cayendo al suelo.

—¡No es así, WooHyun! —las palabras salían de su boca sin control alguno—. ¡¿Sabes qué más, WooHyun?! ¡Te amo, te amo maldito bastardo! ¡¿Era eso lo que querías oír?! —WooHyun retrocedió—. ¡AHORA VETE A LA MIERDA, WooHyun, NO QUIERO VERTE NUNCA MÁS EN MI PUTA VIDA!

WooHyun se puso de pie, saliendo del cuarto con un portazo.

SungGyu se sentó sobre la cama y soltó un jadeo de dolor, y antes de poder procesar lo que estaba pasando, comenzó a llorar.

Comenzó a llorar y no pudo detenerse por el resto de la noche.

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