Capítulo 4

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- Salut! Petite sorcière - dijo él.

Una enorme sonrisa se formó en mi rostro cuando me di cuenta de quienes eran. Hace demasiado tiempo que no los veía.

- Hola, Connor – le respondo al saludo Con una enorme sonrisa mientras me acerco a ellos – Asher - lo miró, pues no ha dicho ni una sola palabra desde que llegaron junto a nosotros.

- Hola, Alexa - murmura Asher, sin quitarme la mirada de encima.

Asher ha cambiado demasiado desde la última vez que lo vi. Estaba mucho más alto, recuerdo que antes yo era la más alta de los tres, era muy gracioso; su cabello castaño se encontraba desordenado, antes solía tenerlo muy corto y con el mismo peinado siempre, yo solía burlarme demasiado de su peinado, tenía el cuerpo más fornido pero no de sobremanera. Aún con las diferencias lo que de verdad me hizo identificarlo fueron sus ojos, aquellos ojos de color avellana con detalles dorados como dos grandes y hermosos soles con pequeños detalles verdes en el centro cerca de su pupila.

Unos fuertes brazos me rodean sacándome de mis pensamientos. Connor me está abrazando en este momento, le dedico una sonrisa y le devuelvo el abrazo, dejando mi cabeza oculta en su pecho.

- No sabes cuánto te extrañamos, pequeña - Connor dejó un beso en mi frente para luego revolver mi pelo rubio con su mano derecha.

- Yo también los extrañé demasiado, chicos - digo separándome de él.

Connor y Asher están frente a mí, ninguno dice nada, en especial Asher, él no ha dicho ni una sola palabra, solo se dedica a mirarnos a Nolan y a mí.

- ¿Por qué te fuiste? – pregunto Connor.

- Tenía que hacerlo – suspire y los mire a ambos – Necesitaba aprender a controlar mis poderes.

- Ni siquiera te despediste – dice Asher. Su voz es grave y algo rasposa, otra cosa que ha cambiado mucho en él. Antes su voz era muy aguda y era algo de lo que yo siempre me burlaba de él– Recuerdo que un día estábamos los tres juntos y al siguiente ni tú ni tu familia estaba el pueblo.

- Lo siento – digo bajando la mirada y poniéndome a jugar con el dobladillo de mi camisa.

- Solo nos fuimos dos días – continuo Connor – nos fuimos para mi ceremonia de cambio. El día que nos fuimos, dijiste que te hubiera gustado mucho ir con nosotros, pero que no podías – Pasa sus manos por su cabello algo enojado – ¿En ese momento ya tenías planeado irte? – yo solo asiento mientras muerdo mi labio inferior nerviosa.

Ya sabía que se iban a enfadar conmigo, pero pensé que con el tiempo comprenderían porque decidí irme del pueblo. Al parecer no lo hacen y eso me pone mal. Ellos son mis mejores amigos de toda la vida, los que me acompañaron tanto en los buenos momentos como en los malos. Ellos me aceptaron desde el momento en el que llegue aquí, ellos fueron de las primeras personas en acogerme y tratarme bien, aun cuando habían personas que no me querían aquí. Siempre me lleve mejor con Connor, ya que Asher era un poco más callado cuando se trataba de estar los tres juntos, y cuanto se dignaba a hablar más, bueno... La mayoría del tiempo terminábamos discutiendo, ya que ambos teníamos ideologías muy diferentes.

Me pregunto si seguirá teniendo la misma actitud que tenía antes de irme.

- ¿Por qué no nos dijiste entonces? – pregunta Asher bajando la voz y mirándome muy fijamente, con una mirada que no puedo descifrar – podíamos habernos despedido como se debía.

- Además – Reprochó Connor dando un paso más cerca de mí – Si nos lo hubieras dicho, te hubiéramos entendido.

- Ustedes saben que eso no es cierto – digo mirándolos a ambos – si se los hubiera dicho, no me hubieran dejado ir. Y ustedes no entienden cuán importante era eso para mí. Aprender a controlar todas mis habilidades es para mí lo que es la primera transformación y ceremonia de cambio para ustedes.

La voz de la Naturaleza |PAUSADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora