Capítulo 7

36 9 0
                                    



- ¿Cómo es eso posible?

- Es la primera vez que escucho algo parecido. Todos tienen un rastro.

- Es muy poco probable, pero si existen algunos seres que no tienen ni consciencia ni alma, por lo que no poseen un rastro ni una esencia. Pero son leyendas, no creo que se trate de ellos, es imposible. - Dice mi tío mirando a la nada.

- ¿Qué quiere decir con que es imposible? - Pregunta Nolan.

- Las únicas creaturas que no tienen rastro no están en este mundo sino que se encuentran en el mundo espiritual o en la bruma. Tales seres son aquellos que se conocen como los fantasmas, almas en pena, los seres de la oscuridad, demonios, ángeles, ángeles mayores, Arcángeles, entre otros más. Y la única forma que alguna de estas creaturas estén en este mundo es que alguien abriera una brecha en la montaña de los puros, pero eso no puede ser posible ya que nadie sabe dónde está dicha montaña.

- ¿Por qué nadie sabe dónde está la montaña de los puros? – Pregunté frunciendo el ceño, confundida, mi padre había mencionado algo parecido, pero nunca me lo explico con mayor claridad.

- Dicen que la única forma de que se pueda entrar a Ilinthia, la ciudadela de los puros, es si se tienen buenas intenciones o si uno de sus habitantes te invita a entrar. - Dice Connor. - de cualquier otra forma no es posible su entrada. Además de que es muy difícil encontrar el Monte Lux, ya que este se encuentra en constante movimiento para que nadie con malas intenciones, encuentre Ilinthia.

- ¿Por qué los puros no nos ayudan a acabar con estas muertes? - Pregunta Nolan, interesado en la conversación.

- Los Puros son una leyenda, eso todos lo saben, nadie está seguro si de verdad existen. – Responde Connor, él se había transformado mientras nos encontrábamos distraídos, tenía un pantalón negro cubriendo sus piernas y el pecho descubierto, Nolan le dio una mirada y un sonrojo se formó en sus mejillas, aparto la mirada de él. – algunas personas aseguran que ellos estuvieron junto a nosotros hasta el siglo IX a partir de ahí, nadie sabe nada de ellos. Están desaparecidos y no podemos confiar en que después de tantos años se dignen a ayudarnos. – Connor le dedica una mirada de disculpa a su padre para continuar hablando. – Aunque, yo creo que ellos son una simple invención de nuestros ancestros y que realmente no existen.

- Hijo~. - Lo reprocha mi tío. - Puede que si sean una leyenda, pero tienen que aprender a tener fe y paciencia. Los puros son como nuestros dioses, aquellas personas que se jugaron la vida por ayudarnos a llegar a la paz. No podemos ser desagradecidos con las personas que nos ayudaron, eso no está en nuestra naturaleza. - Dice mirando tanto a Connor como a Asher. Asher estaba junto a Connor aún en su forma canina, su pelaje blanco brillaba con los últimos destellos de la luz del sol - Lo puros siempre han estado con y para nosotros, solo que de maneras en las que no notamos su sola presencia, sólo que tienen prohibido hacer contacto directo con nosotros, a no ser que sea algo de gran importancia.

- Pero ¿Y los niños que están asesinando? ¿Ellos no son importantes? - Pregunta Connor.

- Hijo, tienes que entender que en todo el mundo pueden estar sucediendo cosas muy similares o hasta iguales a las que están sucediendo aquí. Si los Puros están ayudándonos, podemos no darnos cuenta. He escuchado algunas cosas que dicen que ellos nos mandan pequeñas señales para que, nosotros mismos, sepamos lo que está pasando o descubramos y acabemos con el mal que siempre está a nuestro alrededor.

El silencio del lugar se vuelven presente, el único ruido que se escucha es el sonido de los lobos caminando por todo el lugar pisando las ramas y hojas secas que se encuentran en el suelo y el sonido de las voces de los brujos pronunciando diversos hechizos de localización, tratando de encontrar el rastro del asesino.

La voz de la Naturaleza |PAUSADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora