¡Ya no mas,por favor!

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Las semanas han transcurrido de manera lenta para mi,durante días estuve llorando bajo una sabana,arrepintiendo me de dejar San Fransokio,de dejar a mi tía,de haber confiado ciegamente en Miguel.

Hay días donde me pregunto si fui yo el que hizo algo mal,si algo en mi disgusto a Miguel y por eso cambio de forma tan drástica.

Me he pasado días enteros pensando en eso,lamentando me,culpando me,ya ni siquiera puedo llorar,llore tanto los últimos días que mis ojos ya no aguantan mas,se sienten cansados pero no puedo dormir pues el recuerdo de Miguel tocando mi cuerpo de una manera tan asquerosa me atormenta todas las noches.

Mentiría se dijera que no tengo miedo,por ya ni siquiera es tanta la decepción de ver el monstruo que es Miguel,es el miedo de saber que en cualquier momento me puede hacer algo peor y que yo no voy a poder evitarlo.



-¡Ya Miguel! ¡Perdon! Solo ya no me golpes mas!-me cubría el rostro con uno de mis brazos

-Mira Hiro,si te digo que voy a salir tu no dices nada y menos te me pones al tiro,cuando llegue quiero lista la comida-

Antes solo eran uno o dos golpes,ahora Miguel me golpeaba como si su intención fuera matarme.

Un ultimo golpe y Miguel salió,mientras tanto yo quede tirado en el piso con la boca y la nariz cubiertas de sangre y mas moretones en mi rostro y en mis brazos.

Ni siquiera me levante del suelo,pues no tenia la fuerza necesaria,solo me quede ahí mientras cerraba mis ojos lentamente...

Quizás sea bueno que duerma un rato...







-¡Hijo de la chingada,que fue lo que te dije!-

Grito Miguel mientras me tomaba del cabello y estampaba mi cara contra una pared. Valla forma de despertar.

-¡¡Te dije que quería lista la comida y te encuentro dormido!! Eres un pendejo-

Mas sangre comenzó a salir de mi boca,al igual que las lágrimas,me siento tan inútil,el que llore o no no va a resolver nada pero es lo único que puedo hacer.

-Mira Hiro,la única razón por la que aun no te he matado es por que todavía me eres útil- me aventó al suelo y levanto su mano indicando que vendría otro golpe.

Antes de que eso pasara como pude me fui a encerrar en el primer lugar que fuera posible. Quizás aun puedo hacer algo para salir con vida.

Tome mi celular y me encerré dentro del baño de la habitación,lo que fuera a hacer tenia que hacerlo ya.

-¡Hiro,abre la maldita puerta!-

Busque el contacto de mi tía Cass lo mas rápido que pude,seria mas fácil llamar a la policía,pero no quiero que se arme todo un escandalo...oh es que simplemente me da miedo pedir ayuda...

Hola tía Cass, quizás te preguntes por que no te he hablado en estos últimos años,pero las cosas aquí están un poco feas...

-Hiro,es enserio ¡Abre la puerta!-

Miguel forzaba la puerta para poder abrirla,sabia que una vez que lo hiciera algo malo iba a pasarme así que tenía que apresurar me.

Perdón por irme...y perdón por mentirte,la cosas con Miguel no son tan lindas como te contaba...

Ya no mas por favor (higuel) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora