Confesión

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Para cuando la peliazul despertó la nave ya estaba en marcha a través del espacio, abrió sus ojos lentamente reparando en la figura del Príncipe que dormía tranquilo su lado, suavemente se irguió para quedar sentada al borde de la cama y bostezó estirando sus brazos hacia arriba para relajar sus músculos entumecidos ¿Tan cansada estaba que ni siquiera sintió el despegue? Se puso de pie moviendo su cuello de un lado a otro tratando de aliviar la tensión que sentía, giró su cabeza para ver al heredero que vestía solo el pantalón spandex, su armadura, capa y camisa estaban tiradas en el piso al igual que los guantes junto a las botas, miró alrededor escudriñando el lugar notando a un lado de las paredes una ventanilla por donde podía verse una pequeña porción del espacio, inmediatamente pensó que desde la sala de controles podría admirar el exterior en todo su esplendor pues cuando se adentró a la nave pudo notar que ahí se encontraba un gran ventanal que seguramente dejaría ver el universo, sonrió para sí misma y en silencio se puso de pie caminado hasta la puerta abriéndola despacio para salir cerrando suavemente, marchó a través del pasillo a paso apresurado, su corazón latía emocionado, era su primer viaje fuera de Vegitasei y tenía muchas ganas de admirar el hermoso paisaje que seguramente la galaxia ofrecía. Cuando estaba por doblar el pasaje hacia la sala central vio a un soldado que venía desde el otro lado a lo que se detuvo en seco posando sus ojos en el sujeto que se paró a un metro frente a ella.

- ¿Necesitas ayuda?- preguntó detallando a la exótica hembra frente a él que lo miraba fijamente como una criatura asustadiza, sonrió gentil ante su expresión temerosa para transmitirle confianza. La miró negar con la cabeza y esbozar una leve sonrisa que la hizo lucir más bella de lo que ya la encontraba.

- Voy a la sala de control, gracias.- respondió cortés retomando su andar girando hacia la derecha, Broly que fue tras ella la observó por un momento desde atrás, esa si era una mujer, tenía un hermoso cuerpo que pudo admirar más desde esa posición, ese ropaje que ella traía la hacía resaltar sus hermosas curvas que no se cansó de ver hasta que llegaron a la sala principal. Bulma se sintió un poco incómoda al sentir los pasos del soldado a sus espaldas pero no pudo evitar que la siguiera, estaban en una nave y correrlo no podía, no había muchos lugares adonde ir a excepción de las recámaras. Cuando la pareja entró al lugar los sujetos que se encontraban ahí posaron inmediatamente su atención en la muchacha que se acercó al panel observando los botones que emitían diferentes luces, conocía muy bien la tecnología usada en esa nave pues ella misma había diseñado los circuitos para ésta.

- ¡Tú chiquilla insolente vete de aquí! ¡Éste no es lugar para una mujer!- aseveró el alienígena que si bien no era Saiyajin estaba sentado en la silla principal desde donde se comandaba el galeón.

- ¿¡Qué!?- gritó colérica la peliazul arrugando sus cejas incrédula de que ese majadero le hablara en ese tono.- ¡Yo sé más que tú sobre el manejo de esta nave idiota!- añadió en el mismo tono alzado poniendo sus manos en su cadera con altanería sin apartar la vista del tipo de piel grisácea.

- Es mejor que midas tus palabras soldado.- increpó Broly acercándose mientras observaba con expresión dura al sujeto que bajó su mirada al estar frente al élite.- No querrás que el Príncipe te elimine por hablarle así a su hembra.- terminó de decir poniéndose al lado de la muchacha que alzó su vista posándola en él, ella solo sonrió con triunfo cuando el hombre no respondió absolutamente nada. La peliazul ignoró al tipo e hizo lo que su espíritu aventurero demandaba, observar el espacio en todo su esplendor desde la ventana ovalada gigante que ocupaba la mitad de una de las paredes, miró una silla cerca del panel de control y se subió sobre ésta arrodillándose en el asiento e inclinándose hacia adelante sosteniéndose del vidrio del ventanal donde acercó su rostro para mirar a través del cristal, la vista era realmente maravillosa, abrió sus labios ligeramente al igual que sus ojos totalmente perdida en lo que sus pupilas detallaban, sonrió para sí misma dándose cuenta de la belleza de la inmensidad del universo. Broly que se quedó un par de pasos tras ella pudo disfrutar del espectáculo que el cuerpo de la femenina estaba regalándole a sus orbes obscuras, su trasero amelocotonado se notaba apetecible y él no pudo hacer más que sonreír ante el panorama.

Esclava de tu amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora