17 de Agosto de 1999.
Sigo sin creer que ya no estamos juntos, cada vez que lo pienso el llanto comienza y la única forma que encuentro para estar más cerca contigo es escribiendote esta carta.
Aun recuerdo tus besos de cada mañana a escondidas de tus padres, las salidas en las madrugadas sobre el parque y el olor de tu cabello por las mañanas. La manera en a llegabas a cualquier lugar y llenabas de energía, a mis ojos tu eras el ser más perfecto que haya conocido en este jodido mundo y te extrañó tanto Paulette Krugman, pero soy tan cobarde para provocar mi propia muerte, pero prometo que pronto estaremos juntos, cuando más me hagas falta y el miedo a morir no me llene de dolor.
Dejó caer el lápiz sobre el escritorio y su lágrimas comenzaban a caer no entendí porque su pequeña Paulette lo había dejado en un mundo tan malvado, donde su amor ya no existe, pero su alma permanece.
Ella miraba al chico, deseaba con todo su corazón poder abrazarlo y besarlo, decirle que lo ama, y desea estar a su lado, pero no sería así porque un mundo los separa.