Paulette caminaba por las calles de New York, tenia la mirada perdida, no podía creer que había destruido la vida del chico que tanto amaba.
Las lágrimas comenzaron a caer de sus mejillas, todo estaba mal para ella, quería solucionar la vida de Julian, pero era dificil siendo sólo un alma solitaria.
Pero su suerte cambio al chocar con alguien. Eso le había sorprendido demasiado. Por otra parte Miriam sólo sintió fastidio por la rubia.
-No puedo creerlo- dijo con emoción. Sentía esperanza después de mucho tiempo.
-¿Qué estamos atrapadas en este mundo? Yo si lo creo- rodó los ojos.
El comportamiento de la morena había decepcionado mucho a Paulette, era el tipo de gente que siempre la molesto. Odiaba sentirse patética.
