Adam

Parte 4

Caminamos rumbo a la entrada del cerro, Adam me llevo de su mano todo el tiempo me mira y con cara de asustado y me dice:
-Estoy un poco nervioso de tu reacción.
-¿Mi reacción a que?
Nos adentramos a subir el cerro, caminamos muchos kilómetros arriba estaba demasiado cansada.
-Ahora necesito que camines lo más silenciosa posible, que no hagas ruido y si ves algo por favor no grites.
-Bueno -contesté un poco preocupada.

Caminamos un poco más ahora más despacio, llegamos a unos árboles y nos agachando en unos troncos botados. En aquel lugar había una fogata de un tamaño grande, mucha gente alrededor entre todos, adultos, jóvenes y niños. Los jóvenes la mayoría vestía como Adam más o menos del mismo estilo. lo mire e hizo un gesto para que yo volviera a mirar. Hablaban algo, no lograba escuchar, solo oía murmullos. Luego un hombre comenzó hablar en un tono más alto, todos lo miraron y tomaron atención a lo que él decia, aún así no logre escuchar bien, solo cuando dijo -están listos- y todos contestaron muy fuerte -si- gran parte de los adultos y los jóvenes comenzaron a gruñir, cuando dan saltos, pensé que caerían pero mágicamente su cuerpo comenzó a cambiar en cosa de segundos su cara comenzó a deformarse y su boca se hizo un poco más puntiagudas, su ropa desapareció para convertirse en un abrigo de pelos, sus manos se volvieron patas y su tamaño cambio, eran mucho más grande de lo normal. No hice más que taparme la boca para no gritar en mi mente pensaba -son lobos, son hombres lobos-.
Adam espero que todos se fueran, luego tomó de mi mano y me llevo a un lugar alejado de ahí. Llegamos a un acantilado el cual tenía una banca justo en la punta, desde ahí se podía contemplar la luna y las estrellas, nos sentamos y dice:
-Nunca nadie me a mordido, es hereditario, mi papá y mamá lo son.

No podía hacer más que mirarlo sorprendida, en ese momento no tenía palabras para saber que decir, que preguntar. El continuó diciendo:

-Desde que eres niño te enseñan a transformarte por eso fue tan fácil como ves, muchas noches sobre todo cuando hay luna llena ellos salen a cazar con Alfa el lobo más grande. Tienen presas como te dijo Rom, muchos las seleccionan y después la hacen sufrir. -En ese momento quería llorar, me preguntaba ¿por que me está contando esto? ¿seré su presa?, No quiero serlo, ¿me estará preparando?, No sabía cómo comenzar a correr.
-Yo no soy así, no me gusta cazar y matar gente, por la necesidad de cazar solo lo hago con animales, no tienes que temer, puedo oler tu miedo -me miro y me dio una sonrisa cálida - siempre tengo problemas por eso y trato de huir cambiarme de liceo o de casa no puedo ir más lejos, mi familia lo sigue a él y una vez cumpla los 18 años puedo hacer lo que quiera con mi vida sin deberle nada a nadie - continuo con tristeza en su rostro.
-¿Entonces tienes la misma edad que yo? - lo único que supe decir.
-¿16? -pregunto
-Si -dije apresurada.
Respondió dándome un si con su cabeza.
-¿Yo que soy para ti? -pregunté con miedo.
-Me gustas, eres reservada y se que esto solo quedará para ti, cuando te mire el primer día me llamaste mucho la atención, pero no me acerque quería saber cómo realmente eras...y bueno tengo orejas de lobos -sonrió- puedo escuchar todo hasta los susurros.
-O que genial -dije torpemente
-A Fer le gustas mucho, él me dio a entender que eras perfecta para mí -
Me ruborize- me gustaría que no te alejaras de mi después de esto.
-Tranquilo no lo haré...¿que hacemos ahora?.-definitivamente no quería alejarme de él, por algo extraño quería pertenecer a su vida.
-Te iré a dejar a tu casa y nos vemos mañana en el Liceo.
Caminamos rumbo a la entrada del cerro callados sin decirnos nada, solo nos preocupamos de no pisar alguna piedra y algo que nos hiciera caer cerro abajo. Cuando llegamos a mi casa volvimos a escalar el árbol del patio, no podía entrar por la puerta y menos a esta hora, entramos por la ventana a mi habitación y me dice.
-Nos vemos mañana en el Liceo, descansa.
-Buenas noches -dije.
Se despide de mi con un beso en la mejilla, un beso apretado y cálido que duró unos segundos los segundos mas largos, se apartó de mí tomo mi cara con sus dos manos me mira fijamente a los ojos y dice
-Descansa.