Cherry

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Se llevó el pedazo de pastel a los labios, mientras saboreaba detenidamente el relleno. Se relamió los sabios, soltando un sonido de satisfacción. Debía darle el mérito al inventor de esas delicias. Aunque en ocasiones tenían un precio un tanto elevado, valía la pena poder probarlos. Era una delicia de la cual el no podía negarse el lujo de tener.

Una de sus cosas favoritas es las fiestas.

Alzó sus ojos oscuros de su mano embarrada, viendo como su amigo se acercaba, la levantó sobre sí, agitándola de un lado a otro en aviso de que estaba allí. Dejó el resto del pastel en el pequeño plato sobre la mesa y se volvió para ver al castaño.

—¿Has visto a Yoon Gi?— preguntó Nam Joon observando a Ho Seok, que se limpiaba las comisuras con el pulgar y se lo chupaba el mismo dedo después.

—No. ¿Lo invitaste a la fiesta?— preguntó el pelirrojo emocionado, con una sonrisa de oreja a oreja. Nam Joon le respondió de igual manera, dejando ver su hoyuelo marcado. Ho Seok era una de esas personas que siempre con esa actitud positiva y viva le dama ánimos, en el no existía razón para estar triste o sentirse sólo. Complementaba a la perfección su amistad. Y  eso le reconfortaba sobremanera al menor. 

—Si. ¿Qué te ha parecido todo?— preguntó, tomando uno de los bocadillos en la mesa para llevarlo a su boca, introdujo su mano libre en el bolsillo de su pantalón.

—Es muy divertido. Me gusta.— aprobó con un asentimiento  —¿Acaso fuiste tú quien planeo esto solo?

—Por supuesto. Es lo de menos que puedo hacer por uno de mis mejores amigos. ¿Cómo olvidaría tu cumpleaños, Hyeong?— soltó el más alto, extendiendo más su sonrisa. Ho Seok se lanzó a él, apretándolo en un abrazo, que casi le saca el aire de los pulmones. Demostrando en la acción su alegría y característico entusiasmo.

—Gracias— murmuró en sus oídos. Y se separó despacio para seguir comiendo el resto pastel en su plato. Nam Joon asintió para luego disculparse y seguir buscando al mayor de cabello azabache.

La fiesta estaba en su apogeo. No conocía a todas las personas, pero pensaba que posiblemente eran relacionados con Nam Joon, compañeros de Clan y demás. Sentía que su corazón explotaría por la ansiedad y la dicha de ver un día más, un año más vivo junto a su gente más querida.

Desbordaba de alegría. Se animó a tomar un trago, para luego acercarse a la pista.

Nam Joon, como todo protector, le advertía de no tomar en exceso, pues tendía a tener una actitud bastante infantil cuando estaba borracho. Él en cambio, le respondía con un bufido leve y volvía a tomar otro trago. Era su cumpleaños, así que no estaba de más aprovechar el momento y celebrarlo como se merecía.

Se dejó llevar por el sonido de la música. En medio de la pista, removía su cuerpo de un lado a otro con pasos rítmicos, sintiendo el drum retumbar en sus oídos y en la planta de sus pies. Saboreo la sensación de libertad en cada movimiento.

Unas manos se aferraron a sus hombros, haciéndolo caer en la realidad. Se volvió lentamente, encontrándose a una hermosa chica de piel un tanto bronceada. Su cabello y labios en el mismo color. Rojos y atrayentes como llamas de fuego. Sus ojos lo miraron con una pizca de osadía. No sabía si eran los tragos o que, pero no había pensado en que ella le estaba faltando el respeto. Solo estaba sumergido en la idea de besar esos labios que parecían apetecibles y tentativos con ese color.

Ambos jóvenes seguían el ritmo de las notas sensuales. El ambiente se cargo de una tensión para nada molesta. Más bien excitante y embriagadora que hacía que Ho Seok se sintiera más atraído por la mujer delante suyo.

Observó sus ojos que le miraban fijo en un destello dorado y luego sin ninguna clase de vergüenza, otra vez, se fijo en su boca.

Me gustan las cerezas.

Pensó, pasando su lengua por su labio inferior. La duda de conocer el sabor de esos labios lo aturdió, dándole vueltas en la cabeza. La chica se pegó más a él. ¿Qué estaba haciéndole?

Provocadora.

La palabra se intenrnó en su mente sin disimulo. Era un atrevimiento de su parte hacer tal acción. Muy arriesgada y eso empezaba a encantarle.

Las manos de la chica viajaron de sus hombros a la nuca, donde su cabello estaba corto y tocó con sus dedos esa parte, haciéndole sentir un estremecimiento que le recorrió desprevenidamente.

¡Rayos!

Cerró los ojos con desconcierto, para luego abrirlos. Y sin poder soportar más, tanteo la posibilidad de besarla. Se colocó a centímetros de la boca ajena, cual se extendió en una simple sonrisa. Las manos de Ho Seok se aferraron a las caderas que se restregaban a él. Estaba siendo manipulado cruelmente por las sensaciones. Y creía que el alcohol era el principal culpable de su creciente excitación. Porque, ¿quién en su sano juicio se acercaría de esa manera? ¿Estaba alucinando?

La tentación estaba frente a el y cedió. Si se creía loco, entonces debía corroborar que no era solo un producto del pasarse de copas. Que su mente no estaba fallando.  se dejó atraer como ratón tras el queso.

Cayó en el precipicio que se había formado a su alrededor, tanteando los labios ajenos con los suyos en un suave cosquilleo. El beso empezó tortuosamente lento, dándole la oportunidad de deleitarse en la boca contraria. No sabía exactamente cuál era el sabor. Cereza, frambuesa... le daba lo mismo cuál era. Solo sentía que era agridulce y delicioso. Acariciaba con suavidad, temiendo romper el contacto con un mal movimiento.

La realidad estaba allí y lo sentía. Ese tacto era tan vivo como la verdad de que su sangre corría por sus venas. Ella era real. Necesitaba saber quién era y la razón de acercarse a él así. Parecía creer que él le correspondría.

Un ultimo chasquido hizo que sus labios se separaran sin premura. Dejándole al pelirrojo un sabor entremezclado con el alcohol y los labios de la chica. La miró tambaleante ante el inminente ataque a sus sentidos. Al fin la chica se separó dejándolo totalmente perdido en medio de la pista. Evaporándose entre las personas cual niebla. 

¿Qué fue eso?

Pestañeo confundido. Si parecía ser una ilusión, ¿porqué sus labios delataban completamente lo contrario?

Su mente inició una retahíla de preguntas.
¿Quién era ella? ¿Porqué lo beso? ¿Porqué fue tan atrevida?
Extrañamente, aunque no tenía respuesta solo pensaba en volver a encontrarla, en repetir el momento. Aunque sabía de ante mano que si lo hacía se estaba metiendo en un terreno peligroso. Sacudió su cabeza y volvió al área de las bebidas.

Una mujer nunca se había acercado a él de esa manera. Siempre fue cuidadoso en ese aspecto. Muchas lo atrajeron en el pasado y lógicamente había tenido deseos pasionales hacia ellas por su atractivo. Pero siempre pensaba antes en los sentimientos que los propios deseos. Soñaba con tener una familia, con amar, valorar y apreciar a la mujer que fuese dueña de su corazón, pero en ese preciso instante estaban siendo revocados a sus ideales. Por un simple beso de aquella chica.

Intentó sacar esas ideas de su cabeza. Sólo fue un segundo de deseo y nada más. Cosa que les pasa a todos, ¿no? Si. Eso era.

Sorbió otro trago y miró a todos lados en busca de Nam Joon, quizá de Yoon Gi que no lo había visto llegar en todo ese tiempo. Cuando sus ojos se posaron en una esquina, notó su peculiar silueta pálida de cabellos oscuros. Llevaba una vestimenta impecable color negro. Con un vaso en mano, caminó hasta él y lo saludó con una sacudida en su cabello y dándole una suave sonrisa de medio lado, iniciaron una conversación amena.

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Sigo diciendo que Ho Seok es un amor, pero también tiene su lado sexy.

Gracias por sus votos y comentarios. Por apreciar el esfuerzo que hago al escribir estas historias. Hasta el próximo cap!

Destiny - Jeon Heo SeokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora