CANCELADA/INACTIVA🚫

02

     —¡Empezamos! —Exclamo con emoción la tutora del aula, quería conocer a sus alumnos—

Todos tenían cara de ser buenos amigos y compañeros, seguro Saúl conseguiría muchos amigos ese año. Fueron llamando a cada alumno Paola, Gabriel, Jorge, Rodrigo, María, Nataly, Valentina, Ximena, Abigail, Sebastián, Ruby, Mía, Fabricio, Saúl...

     —H-hola, me llamó Saúl —Se pudo oír un "no me digas" que soltó algunas carcajadas— Tengo 16 años, me gusta mucho jugar fútbol y pasar buenos ratos.

Lo hizo bien, premiaban por tener una presentación buena, así que tenían que dar todo, la tutora miraba interesada a todos los alumnos con los cuales iba a compartir parte de su año de vida.

Parece que Sebastian se había perdido en sus pensamientos de nuevo—

Nuevos compañeros...Saúl, ¿Qué me atrae de él? Todo, ¿oh no?... Mis hormonas están muy alborotadas, esto no puede ser peor, odio pensar en eso, si mis padres se llegaran a enterar morirían de un infarto... Pensándolo bien... No suena tan mal. Aun así, sería la oveja negra de la familia Méndez.

     —Amor, te olvidaste de mí, pero te sigo queriendo —Chilló la castaña con una voz que irrita a Sebastián y a cualquiera—

     —Ojalá no fuera así... Lo siento, ¿te puedo llevar a casa? —Cortés preguntó Sebastian haciendo una mueca de molestia a la menor sin que ella lo notara—

Sebastian no podía ser malo con la menor, ella lo ayudó mucho, en demasiadas cosas, además era linda, muy linda, la quería mucho, aunque no como ella lo hacía, solo era su mejor amiga, tal parece que gracias a ella se hizo "popular", y sí, le molestaba que la menor lo abrazara, ya se lo había comento a una de las nuevas, ella nunca revelaría ese secreto.

     —Si lo pides así, obvio que si —Lo abrazó, cosa que el más alto aprovecho para rodar los ojos, pero sin darse cuenta la castaña ya le había dado otro beso en el día— Es tu regalo... Vamos Sebas!

Realmente el día no podía empeorar para Sebastian, y no podía mejorar para Franccesca.

Saúl veía como chicas salvajes se agredían desde una esquina  

     —Vamos Ximena!! —Regaño una chica con moñitos estilo anime con un pequeño puchero, valla que era muy alta—

     —¡No! Estoy intentando estar tranquila, ¡déjame! —Repite una y otra vez la peli-marrón de lentes morados con su cabello en una cola tapando su rostro—

     —Hola, ¿Qué sucede? —Habló una menor de trenza sonriente acabando de llegar, era una de las nuevas, al igual que la de lentes morados—

     —Hola Abii... —Suspiró la de lentes con cansancio la jalo para susurrarle algo— ¡Sálvame de ella, quiere dinero! —Gritillo con un puchero de leve molestia para oír a la menor que escuchaba todo reír—

     —¡Chicas, hola! —Salió de su escondite el de lentes circulares pasando cerca de donde las chicas, espantándolas un poco— ¿Han visto a Sebastian? No creo que se haya perdido ¿O sí?

     —Que susto, bueno, no se perdió obviamente está en el salón —Respondió la de trenza intentando decir algo más, pero María se adelantó—

     —Él tiene compañía, no te recomiendo ir, podría ser raro lo que veas —Intento ser escalofriante cosa en la que fracaso y frunció su ceño—