Capítulo 14

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不信の涙 •

Lágrimas de Incredulidad.



Cuando Gaaara llamó por teléfono a Minato para comunicarle que ya había vuelto a casa y que Naruto estaba bien y tranquilo, le pareció que la voz del hombre denotaba cansancio.


-¿Por qué no viene para estar con nosotros unos cuantos días nee? - le pidió Gaara.

-No, gracias, Gaara; mejor no. Ustedes tienen que disfrutar y estarán mejor sin que yo ande alrededor - dijo, en un tono pícaro.

-E-eso no es cierto y usted lo sabe - respondió sonrojado - Nos preocupamos por usted, lo extrañamos mucho mucho, y queremos verlo. Oneigan, Minato, venga, o permítame ir a buscarlo en mi auto.

-jaja no, no, de veras; por ahora no - su tono era decidido, determinado a salirse con la suya.

-Hum... ¿Cuándo podemos ir a verlo?

-Cuando regresen al trabajo, pasen a verme una noche ¿sí? Pero no quiero verlos ni asomando sus narices antes de entonces, quiero que ustedes disfruten su tiempo ¿está bien?

-No, no está bien, pero si así lo quiere usted, no hay nada que pueda hacer; en ese sentido es igual a Naruto. Comprendo que usted piensa que está haciendo lo adecuado, que hay que dejarnos solos, pero está en un error, ¿sabe? A Naruto y a mí nos gusta verlo...

-Cuando regresen al trabajo, no antes- hubo una pequeña pausa; luego su voz volvió a dejarse oír, esta vez cambiada, más débil y lejana. Suspiro - ¿Y cómo esta Naruto, Gaara? ¿Está bien? ¿Es realmente feliz? ¿Hicimos lo correcto, verdad? ¿Ahora se siente mejor? ¿Tenía razón Umino San, cierto?

Gaara se daba cuenta, o mejor dicho, sabía que Minato, aunque intentara parecer feliz y en un buen estado, y en una pequeña parte de su ser lo era, la mayor parte de él seguía sufriendo por la pérdida de Kushina. Ese hombre, con esa voz tan fuerte y bondadosa, con un carisma y personalidad que te hacían quererlo cada vez más; ese, Minato, se seguía consumiendo por la partida de su primer amor. Y Gaara no podía evitar pensar, aunque fuera inconscientemente, que pronto Naruto y él se quedarían sin un padre.

Minato luchaba, trataba de ver todo lo bueno que estaba ocurriendo frente a sus narices, pero todo era muy difícil. Todo era muy borroso.

¿Cómo puedes ver lo bueno de la vida, si tu vida se fue con el último suspiro de la persona que amas? Con cada palabra... con cada "Te Amo"

Si. Minato luchaba. Pero deseaba tanto volver a ese diciembre de hace tantos años ya, donde la vio por primera vez; donde se animó a hablarle a la pelirroja con el carácter más fuerte de la región, la más temible y la más hermosa. Ese diciembre donde se animó a tomarle de la mano por primera vez y ella casi lo manda a volar por los cielos estrellados con una sola cachetada. Ese diciembre donde le robo un beso... Ese diciembre en el que se unieron y decidieron enfrentar los que le quedaba de vida juntos... Juntos.

Pero ya no estaban juntos. Kushina: su compañera, su amante, su amiga, su amor y sobre todo, su esposa; ella ya no estaba viva, ya no respiraba ni reía, ya no lloraba y podía escuchar sus bromas, ya no veía la lluvia caer junto a él desde la ventana de su habitación, ya no le preparaba esas riquísimas tortas de chocolate, ya no le ofrecía té para evitar cualquier discusión; Kushina ya no estaba. ¿Y que era él sin Kushina? Solo un hombre. Un hombre sin ganas de vivir.

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⏰ Última actualización: Jul 29, 2018 ⏰

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