¡Conviviendo con los parásitos! [Golddy]

❖ Una conversación incómoda.

Al día siguiente Freddy se presentó en la escuela. Como siempre acostumbran, Fred le seguía de cerca haciendo sus usuales comentarios burlescos de cada cosa o ser que se le atravesaba y Freddy le sonreía divertido o le reprendía por ser tan pesado. Hubieran seguido así de no ser porque Freddy se detuvo de forma tosca y con la mirada inquieta observó por una de las tantas ventanas del pasillo.

"Está aquí." se dijo el castaño. Fred detuvo su andar al escuchar aquel pensamiento, iba a reclamarle a Freddy por no prestarle atención pero el rostro afligido del contrario le hizo cambiar de opinión.

- ¿La lámpara? - el tono en su voz delató la molestia que le causaba aquel chico. Freddy asintió. - No creo que sea bueno seguir entrometiéndose, Freddy. - le advirtió el azabache. - Menos ahora que sabe nuestro secreto.

Freddy arrugo la nariz y observó indignado a su hermano. ¿Qué estaba sugiriendo? ¿Golden extorsionandolo con esa información? - Él nunca haría tal cosa. - le aseguró al mayor. Fred suspiró resignado, no le quedó de otra mas que seguir a Freddy de vuelta a la entrada del instituto para encontrarse con el rubio.

"Eres demasiado ingenuo, Freddy. Deberías tener más cuidado."

Freddy optó por ignorar aquel pensamiento.

[...]

- ¡Freddy! Que gusto verte. - le saludó Golden con una ligera sonrisa. - Aún falta para que inicien las clases, ¿qué haces aquí?

- Pues... - se rascó la nuca, dejando sus nervios a flote. Fue bastante impulsivo al acercarse a Golden sin siquiera pensar en lo que haría. Ahora estaba incómodo y el hecho de que Golden actuara cómo si nada hubiese pasado, no le ayudaba en absoluto. - Yo vivo algo lejos de aquí, por eso tengo que llegar temprano. - explicó el castaño. Golden asintió satisfecho con su respuesta y fue el turno de Freddy para interrogarlo. - ¿Tú qué haces aquí? Hoy no toca ensayo.

"Y en dado caso siempre son después de clases." completó Fred, a sabiendas de que el rubio no podía oírlo.

- Vine a encontrarme con alguien, pero parece que no se presentará hoy.

"Oh..." pronunció Freddy, pero fue tan bajo que seguro Golden no lo había escuchado. ¿Y ahora qué? El chico parecía no querer contarle sobre ese "alguien" así que...

"Ya me quiero ir."

- Entonces... ¿Recuerdas todo lo que ocurrió ayer? - Golden se quedó pensativo durante unos largos minutos, debatiéndose internamente de si mentirle o contarle la verdad. Al final optó por lo segundo.

- ¿Por qué no iba a acordarme?

Freddy observó fijamente al rubio sin estar seguro de qué hacer. El platicar con otra persona que tenía los mismos problemas que él era completamente nuevo, por ello estaba nervioso y, en parte, ansioso. ¿Contarle o no contarle? ¿Qué debía hacer? ¿Podía confiar en él? No dudaba de las intenciones de su amigo, pero tampoco se sentía cómodo hablándole de sus problemas con Fred. Y hablando de Fred... Este permanecía callado, ni siquiera se estaba quejando. ¿Era esa su forma de darle la afirmación para hablar con Golden? Uhg...

"Qué problema." pensó Freddy.

Respiró un par de veces para tratar de calmarse y suspiró. No se sentía cómodo hablando de eso pero igual y le ayudaba a su amigo al compartir sus experiencias, porque era obvio que Golden era un inexperto con respecto a su parásito. - A mí solía pasarme bastante con Fred. - murmuró lo suficientemente alto para que el rubio lo escuchara. Golden asintió curioso, casi pidiéndole con la mirada que continuase explicando. - Cuando tomaba el control por la fuerza yo me desconectaba. Todo se volvía negro y no recordaba nada de lo que Fred había hecho... Era aterrador.

"¡Oye, no le cuentes eso!" se quejó el mayor. Freddy sonrió apenado y dirigió su mirada hacia el rubio, quién miraba distraído algún punto en la cancha donde otros alumnos estaban.

- No me ha pasado. - admitió Golden y sonrió ante la mirada incrédula de su compañero. - Gold no es así. Él suele aparecer cuando el trabajo es muy pesado o cuando tengo desacuerdos con algunas personas... Él se encarga de todo eso pero siempre estando yo consiente.

- Ya veo... - se llevó una mano al mentón, pensando. - ¿Y te llevas bien con él?

Golden hizo un gesto de asco y negó al instante, provocando un par de risas en los hermanos Fazbear. Golden sonrió al escuchar la risa del castaño, le encantaba por lo contagiosa que llegaba a ser. Era una de esas risas que, no importaba si estabas de mal humor, escucharla siempre te hace sentir aliviado. Con Freddy, Chica y Bonnie podía olvidarse de sus problemas, aunque sea por un corto periodo de tiempo. Estaba agradecido de tenerlos como amigos.

- Por cierto, ¿donde está Gold?

La sonrisa de Golden se esfumó con la mención del de piel grisácea. - No lo sé y tampoco me interesa saberlo. Por mi, puede desaparecer cuando quiera. - contestó molesto. Freddy hizo una mueca al escuchar las palabras de Golden pues estas lograron remover algo en Freddy, algo desagradable.

- ¡Fazbear!

Sus recuerdos.

Porque Freddy también estuvo ahí. Podía recordar con lujo de detalle cada palabra de odio que soltaba hacia el azabache y esas eran unas tantas del montón. Ya se veía ahí sentado frente al psicólogo, dentro de esa asfixiante habitación y murmurando: "No lo sé y no me importa, sólo quiero que desaparezca de una vez."

"Freddy..."

- ¡Fazbear, te estoy hablando!

- ¿Ah? - Freddy ladeó la cabeza, interrogante. Una maestra se acercaba a ambos chicos con pasos apresurados y el entrecejo fruncido.

- Todos los estudiantes deben permanecer dentro de la institución.

- El patio es parte de la institución. - alegó el rubio. Freddy sonrió por tal gesto. La maestra estaba a punto de armar un escándalo pero Freddy le interrumpió a tiempo.

- Pero aún faltan 20 minutos para que inicien las clases.

- No importa, los quiero a todos adentro. - se cruzó de brazos y observó con disgusto a ambos muchachos. Lo sabía, esa mestra no se iría sin él. A Freddy no le quedó más opción que despedirse.

- Bien, supongo que nos veremos luego. - Golden asintió con una sonrisa ladina.

- Adiós Freddy.