Cap. 1

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–¡Adbeeel! Mesa 3.– Dios santo, ya oí. 

 –Oye, no tienes que gritar, estoy al lado tuyo–Le contesté. 

 –Pues muévete si no quieres que mi puño termine al lado tuyo.

Bien. Ella es Abril, mi mejor amiga, la cosita más linda del mundo, el turroncito de azúcar más dulce del universo y no es nada agresiva. 

Su padre la dejó a cargo de una de sus tantas cafeterías, aunque ella no necesita el empleo, sustituyó sus vacaciones para estar junto a mí, que al contrario de ella, si lo necesito. 

 La universidad no se paga sola. 

 Y los tratamientos de mi madre tampoco. 

Caminé hasta la mesa número 3, encontrándome con dos chicas como de 16 años. 

–Hola, mi nombre es Adbel y hoy seré su mesera, que desean pedir? –Me presento, diciendoo mi discurso diario. Mi nimbri is idbil i hii siri si misiri, qui disiin pidir?  Ya hasta me irrita.

–Hola, yo voy a pedir una ensalada caprese y de tomar agua natural. - Vaya, yo a su edad pedía una ración de papas fritas con refresco, pensé.

 –Y yo quiero una ensalada cesar con el aderezo aparte y un té de manzanilla. -Asentí, anotando rápidamente. -No, no, mejor quiero un té verde.–Tache el té manzanilla anotando el verde.

Cuando ya me iba, me dijo "espera" y puso sus manos en su mentón, haciéndose la pensativa.-Creo que me vendría mucho mejor un té de Jamaica. Que opinas Lizzy?  - Su amiga que hasta el momento estaba revisando su iphone, le hizo un ademán de mano, restandole importancia, seguro ya estaba acostumbrada a esa bruja.

-Entonces... verde, manzanilla o jamaica? - Dije ya perdiendo la paciencia.

-Eres lenta o que? Te dije que de canela. - Dijo en un tono irritado y viéndome como si me hubiera salido otro ojo. 

–Claro. - Dije apretando los labios para no decirle nada irrespetuoso. Taché todo lo que había escrito en el bendito papel, sin apartar su mirada - Ya regreso. 

Bruja. Bruja. Y triple bruja.

Me alejé de ellas maldiciendo y escuché que una dijo que a las 5pm se verían en el gimnasio de su padre. Eso es justo lo que necesito. 

Un padre rico. 

Bien, bien...

Me conformo con un padre. 

Me acerque a Abril y le señalé a las mocosas que estaban en la mesa.

 –Oye, una de ellas, tiene un padre con gimnasio, deberías hablar con tu padre para que nos ponga uno. –Dije con sarcasmo. Sabia que Tom, siempre trataba de consentir a Abril, aunque a ella no le gustaba que la mimara tanto, decía que es mejor conseguir las cosas por uno mismo, para que cuando lleguemos al final, entendamos lo duro que fue llegar hasta ahí. Tan linda... 

Debería empezar a pensar como ella.

–Quién dijo que no lo tiene? –Pero que humilde, aunque como no imaginármelo? Ese hombre puede comprar media ciudad. Si es que no lo ha hecho.

–Qué? Y por qué yo no sabía? 

–Siempre te digo para ir al gimnasio Adbel. –Dijo ella mientras pasaba la tarjeta del viejo Frederic, el cual no me había percatado que todo este rato estuvo tratando de lamerse su nariz. Venia cada tarde con su perro Jack. 

–Y yo te digo que no, porque tengo que ahorrar.

- Abril, Adbel, Intentenlo.- Dijo Frederic mientras insistía en que su lengua tocara su nariz. A continuación, Abril también lo estaba intentando y me dije ¿Por qué no? Empecé a hacerlo yo también.

–Y dedpuéd te decía que no teníad que pagag nada. - Dijo ella mientras tenía su lengua tratando de tocar su nariz.

–Podque me daba pena, que tú lo pagadas, aunque ya veo que te lo dejan gratid. –Claro, el rico siempre humillando al pobre.

–Como dea, la ofedta sigue andando, cuando quiedas podemos id, ademád.. 

– Disculpa. – Fue interrumpida por la puberta de la mesa 3. 

– Si? –Respondí dejando mi lengua en su lugar y limpiando un poco de baba que quedó, porque a diferencia de ellos, yo si podía tocarla. Achiné los ojos, haciendo una sonrisa tan falsa como la dentadura de Frederic. 

– Cuántos años tienes? 5? No sé si sepas, pero mi tiempo vale oro y no me sirve que una tonta, este conversando y haciendo - Se detuvo, viéndome con repugnancia.- Lo que sea que estabas haciendo en vez de hacer tu trabajo. –Diosito, dame paciencia por favor, solo es una niñita. Aunque no iba a dejar que una mocosa me hable con ese tono. Ademas, cuántos minutos habían pasado? 4?

– Pues tu irritable tono de voz y tú, se pueden ir a su mesa a esperar que yo termine de conversar, o al menos hasta que tu asqueroso té, esté listo.–Dije señalando la mesa en donde estaba sentada.–Y que tienes que hacer en tu sagrado tiempo? Salir de compras con tu papi? 

– ¡Adbel! – Me regaño Abril y levanté la mano para hacerla callar.

– Eres una idiota y seguro eres una solterona que está necesitada. De ahí tu humor. –Y esta quién se cree? Ni siquiera me veo tan vieja. – Sin embargo soy muy amable y te regalo un pase VIP para que vayas directo al spa de mi madre y te saques ese asqueroso grano que tienes en tu grasosa frente. –Dijo sacando de su cartera prada, que cuesta un ojo de la cara, un ticket en donde se leía:

 SPA MARGARET DT. 

PASE VIP. 

INCLUYE TODOS LOS SERVICIOS.

La oferta se veía muy buena, incluso era uno de los spa mas prestigiosos de la ciudad, siempre había querido ir ahí, hasta Abril me invitaba, pero como dije, me daba pena que me pagaran las cosas. Quien hubiera imaginado que la mama de esta niña castrosa, fuera la dueña. Siguiendo con el tema, no iba a dejar mi dignidad en el piso y menos por una niña de 15 o 16 años. 

– Ah si? Pues tu eres una mocosa, patética en todos los sentidos, que se cree fitness por comer ensalada. Se nota que eres una de esas niñas fáciles. 

– ¡Adbel! –Repitió Abril y seguí ignorándola. 

Sin embargo. –Dije repitiendo sus palabras. –Soy muy amable y te regalo un pase VIP para que te vayas directo a comer mierda, así vemos si subes un poquito de peso. 

– !ADBEL! – ¡oh oh! Jefe a la vista (Bueno al oído). 

Lo que me faltaba, justo a tiempo.
  

-Maj🌺  

Latte pero no VainillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora