Séptimo Mensaje

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—Parece que tenemos a una virgen entre nosotros—la diversión era claramente perceptible en aquellas palabras

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—Parece que tenemos a una virgen entre nosotros—la diversión era claramente perceptible en aquellas palabras. 

 Sintió como el calor iba inundando sus mejillas poco a poco, por cada risotada y mirada burlona que le dirigían. Aquello no era lo que tenía planeado, se suponía que beber del vaso era bueno, o al menos eso parecía, puesto que la mayoría lo habían hecho, y por una ronda en la que podría beber un sorbo le salía todo patas arriba. 

 Sus ojos se desplazaron hacia Luka, que en lugar de estar riendo, miraba su teléfono despreocupadamente, como si  todo aquel asunto no le importase en absoluto. 

 «Él tampoco había bebido del vaso» 

 Lo que confirmaba que Luka había estado con otras chicas. De hecho, todos habían practicado algún tipo de relación con otra persona, y al parecer ella era la rara que jamás se había comido un rosco. 

 Las risas no cesaban y por un momento deseó desaparecer. Se sentía pequeña, muy pequeña, como un animalillo pequeño que se ha ido a meter a una manada de leones. Ellos era las fieras y ella la presa que se encontraba donde no debía y ellos en cambio disfrutaban aquel entorno. Un entorno repleto de hábitos y costumbres que habían estado prohibidos en su día a día. Como le gustaba decir a su padre: Era tabú y no eran temas de los que la hija del alcalde debiese tratar. 

  No. No debía dejarse aplastar. 

 Iba a salir de allí, pero con la cabeza bien alta y digna de una joven de su categoría. 

  Sin decir nada se puso en pié. 

  —No entiendo que es lo que os hace tanta gracia—gruñó ella, cogió su bolso y se dispuso a alejarse de ellos, pero entonces, la mano de Agnés la detuvo. 

  —Ey ¿Dónde vas?—preguntó—tranquila, no es para tanto—se levantó para obligarla a sentarse nuevamente—ser virgen no es tan malo, al contrario, yo diría que a los chicos les atraen más. 

 Chloe no dijo nada, tan solo se dedicó a escrutarla con la mirada, con la desconfianza reflejada en sus ojos. No se fiaba de aquella chica, y algo le decía que aquello lo había planeado para humillarla. 

  —Jamás me rebajaría a algo tan bajo—espetó la joven de cabellos dorados y de nuevo intentó levantarse. 

  —Intentas fingir que no te afecta, pero sé que en el fondo te duele esa situación—la interrumpió Agnés—por alguna razón te sientes mal de ser la única que está fuera de lugar—Agnés posó ambas manos en los hombros de Chloe—no estés triste, cada uno va a su ritmo, el sexo no es lo más importante. No obstante a ti te falta una cosa. 

Objetivo: La Hija Del Alcalde. {Lukloe}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora