Atrapados en Ávalon

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Los personajes no me pertenecen, son del mundo Supernatural. No espero ofender a nadie, solo escribo por diversión y son fantasías mías.

Advertencia: smut.

—¿Estás seguro que es aquí la entrada? —preguntó Dean por segunda vez.

—Aquí es —aseguró Castiel.

Castiel quedó callado sin mirar a los chicos.

—¿Qué pasa Cas? —preguntó Sam

—Debo decirles algo.

—Pues dilo —dijo Dean.

Hizo una mueca de incomodidad.

—Cuando cruce el umbral hacia Ávalon, estaré indefenso. No tendré poderes —anunció.

—¿A qué te refieres? —preguntó Dean.

Castiel dio un suspiro.

—Ávalon bloquea a los ángeles es todo lo que sé.

—No sabes mucho, ¿eh? —picó Dean.

—Al menos sé dónde dejo mi arma —contestó Castiel.

—¡Hey! ¡Yo sé dónde dejé la Colt! ¡El problema es...!

—... que te la robaron los duendes —completó Sam—. Lo has dicho un montón de veces, por eso estamos aquí. La pregunta es si en verdad quieres buscarla en ese lugar. Es peligroso y no sabemos qué encontraremos.

Dean se movió incómodo en su puesto.

—No podemos dejar esa arma en manos de cualquiera.

—Ese cualquiera es Oberón, el Rey de las Hadas y gobierna Ávalon. Debe tenerla él en su poder y no creo que debamos meternos en sus fauces —explicó Sam.

—No nos meteremos en las fauces de nadie. Iremos, tomamos la Colt y nos volvemos.

Sam rodó los ojos. Su hermano era un cabezota cuando se le metía una idea.

—Si la Colt la tiene Oberón, nos devolvemos de inmediato.

—Pero...

—Además, ¿cómo volveremos si Cas está bloqueado? —preguntó Sam.

Buena pregunta.

—La presencia de un ángel puede abrir el portal a ese país, sin importar si tengo poderes o no, seré un ángel de todas maneras —explicó Castiel.

—OK —aseguró Dean.

Estaban parados frente a una cueva bastante extraña en un montículo cerca del bosque. El Impala se veía desde ahí aparcado en un claro. La cueva era chica y podían pasar doblados. Castiel metió la mano en la cueva y abrió el portal hacia ese mundo desconocido. Una tela luminosa anunció que estaba activada y entraron los tres a ese lugar.

Detrás de ellos estaba un árbol gigante, en cuyo tronco estaba el agujero del portal por donde llegaron. Incluso las raíces gigantes salían del suelo como tentáculos de pulpo. En ese instante, Dean se preocupó de Castiel, porque si estaba anulado o sin poderes, podrían perderlo en ese mundo. Sin embargo, era demasiado tarde para devolverse.

El mundo de Ávalon era muy frondoso. Parados al lado de un enorme árbol milenario, vieron ese mundo maravilloso de solo bosques y verdes de todos los matices existentes.

—¡Dean! —gritó Castiel.

Sam y Dean voltearon a verlo. La impresión quedó reflejado en sus rostros. Frente a ellos, una figura luminosa alada los hipnotizó con su presencia.

Atrapados en Ávalon (Destiel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora