Luz y oscuridad, ambos iguales, ambos distintos

Capítulo-2: Guardián

La primera criatura saltó al cuello de el cazador, este se agachó en una fracción de segundo y abrió en canal a la criatura.
Sus tripas cayeron sobre él tiñendo su túnica con el rojo carmesí de la sangre. Mientras la primera criatura caía al suelo, el cazador se levantó y le cortó la cabeza a la segunda criatura. La tercera trató de huir, pero el cazador la aferró con un lazo telequinético, y a lanzó contra un árbol, haciéndola trizas contra el mismo. En ese momento, una neblina empezó a elevarse de los cadáveres, que volvieron a adoptar una forma más humana.

El cazador se giró hacia la chica que tenía los ojos abiertos como platos, se acercó a ella, con gestos lentos para no asustarla, le tendió su mano. Ella, un poco asustada, se la codo y aceptó su ayuda para levantarse, pero se alejó un par de pasos en cuanto estuvo de pie.
El cazador recordó de pronto la máscara que cubría su rostro, y retirándose tanto la máscara como la capucha de cuero negro que le cubrían el rostro, desveló unas facciones sorprendentemente jóvenes, el cazador no pasaría de los diecisiete, pero tenía una constitución que lo hacía parecer un adulto.
La chica se relajó un poco ante el joven rostro del cazador, y se aproximó un poco a él. -¿Qué eran esas criaturas?-. Preguntó ella, señalando los cuerpos de lo que a ella le habían parecido una especie de vampiros.
El cazador se la quedó mirando un rato antes de responder.-Comúnmente, Dr las conoce como "esclavos de la oscuridad" aunque muchos los llaman, erróneamente, Vampiros Inferiores. De echo, si los Inferiores lo oyesen, montarían en cólera, ya que los "esclavos" no les llegan a la suela de los zapatos-.
La chica analizó un poco la información que acababa de recibir. Vampiros, "esclavos"... Todo esto le sonaba a cuentos de vieja.

Adivinando los pensamientos de la chica, el joven se acercó un poco más a ella, la tomó de las manos y la miró a los ojos con una intensidad que dejó a la chica sin aliento. El cazador mantuvo esa mirada un rato más, sondeando la mente de la chica.
Reduciendo la intensidad de su mirada, el cazador pareció tener una pequeña disputa interna, que zanjó con un gesto de resolución. Soltó a la chica y se apartó un par de pasos. -No tengas miedo-. Dijo levantando las manos. Dicho esto, comenzó a trazar una serie de símbolos en el aire entre ellos dos. De repente, esos símbolos se dividieron en dos, el que se asemejaba a un círculo con un escudo en su interior, se dirigió hacia la chica, y fue reduciendo su tamaño y hasta llegar a ella y adherirse a su muñeca con un ligero destello, solo que en vez de dejar el escudo, dejó un par de alas negras con una calavera enmedio. Al cazador le apareció el mismo tatuaje en la muñeca, solo que él hizo una mueca de dolor. La chica se extrañó de eso, porque a ella no le había dolido, ni mucho menos. El cazador se la volvió a quedar mirando un rato, al final sonrió, se le acercó y le dijo a la chica.- Hola, no me conoces, pero creo que ahora tendrás que hacerme un poco de caso, o ellos volverán-.Dijo señalando a los cadáveres.
La chica, un tanto asustada, asintió varias veces con nerviosismo.
El cazador le puso una mano en la cabeza y cerró los ojos concentrándose en un lugar. De repente, un remolino empezó a formarse a su alrededor y, con un destello, desaparecieron.

La chica levantó la cabeza, mirando a su alrededor. Se encontraban en una especie de capilla, el cazador se erguía sobre ella, sonriendo.-Bienvenida a la Capilla, me llaman Shinigami, aunque puedes llamarme Shini. Pertenezco a una orden que se dedica a luchar contra el Mundo de las Sombras, soy un cazador, y ahora, soy tu guardián-.