CAPÍTULO IV: SOBRE EL MAR

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"La vida es como un piano. Las teclas blancas representan la felicidad y las negras la tristeza. Y mientras recorras el camino nunca olvides que las negras también crean música."

-Anónimo


—Kaname.— se escuchó una voz masculina —Despierta.— dijo mientras lo zarandeaba.

El adormilado joven poco a poco iba abriendo los ojos.

—Di-discúlpa.— bostezó el castaño.

—No hay problema— le dedicó una mirada comprensiva con sus gastados ojos, era contradictorio con el rostro que tenía, su voz áspera se había tornado cálida ante esas palabras —Descansa.

El menor de la sala se enderezó de su asiento, en el cual minutos antes se encontraba durmiendo.

—Estoy aquí para visitarlo.— se excusó

—Pero, el cansancio te venció, y eso solo indica que debes descansar.

—Aún así, me encuentro bien, no debes preocuparte— sonrió.

—¿Hace cuánto que no descansas bien?— preguntó Isamu.

Kaname no respondió.

—Te aconsejo que vayas a descansar.

El castaño bajo la mirada, alzó la cabeza mostrándole una sonrisa más deslumbrante que la anterior.

—No hay problema.— musitó con calma —Estoy bien.

Esta vez fue el turno de Tsumugu de guardar silencio por unos segundos.

—No necesito ser doctor para saber que si continuas así, pronto te enfermarás.— soltó preocupado el de cabellos grises.

Kaname se levantó de la cama.

Con calma, se dirigió a la ventana que se encontraba a espaldas de ellos y corrió las cortinas.

A través de ella se podía apreciar el cielo y parte del congelado mar.

—Hoy parece que también será un buen día.— comentó afable, con una sonrisa.

• • •

Kaname caminaba presuroso, pues al no medir el tiempo se había hecho tarde.

La razón por la que Isamu despertó del profundo sueño al menor, fue por que necesitaba que este entregase un libro a Tsumugu.

—Pensé que había escuchado mal la hora al Abuelo.— se escuchó decir a Tsumugu, quien se encontraba fuera del lugar —Entra.

—Disculpa, por la demora.— entró al acogedor hogar que compartía con Tsumugu. —Oh, buenas noches.— saludó al percatarse de otra presencia.

—Buenas noches.— respondió Satoru Mihashi.

Satoru Mihashi, profesor de oceanografía, junto con Tsumugu se encuentran investigando acerca de los pueblos del mar y su relación con los cambios climáticos de la superficie.

Isaki se sacó el abrigo y la bufanda, pues dentro del lugar era innecesario traerlos.

Con calma, subió las escaleras y depositó sus pertenencias sobre la repisa. 

Esta noche era su turno de preparar la cena.

Al vivir juntos, Tsumugu y Kaname habían establecido un orden de hacer las actividades: como el cocinar y el aseo.

Siendo el orden, el primer día, Kaname, el siguiente Tsumugu y así sucesivamente.

Bajó las escaleras y se encaminó hacia la cocina.

Reversos Paralelos [Nagi No Asukara] [Kaname y Chisaki]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora