Reversos Paralelos [Nagi No Asukara] [Kaname y Chisaki]

CAPÍTULO VI: LOS RECUERDOS DEL PASADO.

Hay recuerdos que el tiempo no borra. El tiempo no hace la pérdida olvidable, solo superable. 

-Cassandra Clare.

•••

Las risas inundaban el lugar, revivir recuerdos trae consigo muchas sonrisas.

—Profesor, tengo una pregunta.

—Si.— dijo intentando imitar al profesor —Kaname~ ¿qué pasa?

—El profesor no lo dice así.— comentó entre risas Manaka.

—Cierto, ¿qué pasa?— continuó con la imitación.

—¿Qué siente por Manaka?

Un breve silencio.

El sonrojo en los rostros de ambos aludidos no se hizo esperar.

—¿Por qué dices eso?— preguntó Hikari nervioso.

—Esto no puede seguir así.

—¿Eh?

Hikari se confundió por aquello.

—Aunque comas mucho, nuestro Ena sigue desarrollándose, cuando hibernemos no hay garantía de que despertemos juntos.

—Eso ya lo se.— habló seguro de aquello.

—No, no lo sabes .— contestó de inmediato —Quizás no volvamos a vernos.

El menor de los Sakishima mostró su sorpresa.

—No, nos veremos.— intentó convencer.

—Si ni siquiera sabemos si de verdad despertaremos.

El silencio acompañó la sala.

—Yo...— empezó a hablar Hikari, consiente de el impacto que esto podría acarrear.

Chisaki se levantó abruptamente de su asiento.

—¡Hikari!— lo llamó, intentando que este dejase de hablar.

—Yo...— observó fijamente a la castaña, ambas orbes azules se encontraron por unos instantes, aquello fue suficiente para darle ese empujón de coraje — quiero a Manaka.

Ella abrió los ojos bastante sorprendida.

—Hi-kun, vamos no bromees.

—No es una broma.— confesó Hikari —Me gustas, aunque te guste Tsumugu, yo...

El sonido sordo de la silla al caer, sorprendió a todos.

—No entiendo.— soltó Manaka—¡No entiendo nada de eso!

Manaka salió corriendo de aquel salón.

—¡Manaka!

—¡Manaka! ¡Eso fue horrible Kaname!, te pasaste haciendo eso— le gritó entre lágrimas Hiradaira.

Después salió corriendo en dirección de ambos.

—Yo también hago lo mejor que puedo.

.
.
.

Y los colores se fueron distorsionado para dar lugar a un negro profundo.

El de cabellos claros se despertó con una opresión en el pecho.
Jaló la frazada para tapar sus hombros, la abrazo intentando entrar en calor.
Se sintió un poco mejor después de un rato, sin embargo el sueño parecía haberse esfumado.