THE NANNY |T.H| [1] COMPLETA.

"Nine"

____:

–Bueno...– observo el suelo por un momento y me miro con una pequeña sonrisa– te muestro mi habitación– yo asentí–

–De acuerdo– lo seguí–

Al llegar a su habitación, tomo el pomo y lo giro abriendo la puerta, había una cama bastante grande, una televisión, su escritorio y un armario gigantesco.

– Que linda...–murmuré,–

– Es muy cómoda–dijo recogiendo algunas prendas que se encontraban encima de su cama– aquí puedes pasar la noche–

–Gracias...– sonreí, sonrisa que se desapareció cuando sonó mi celular– Disculpa– el asintio

Contesté:

«Querida, dentro de 10 horas estaré haya, ¡ya te quiero ver!»

«Si, ¿pero no podrá ser hasta en la noche?, estoy de niñera y mi horario termina a las 7»

«No importa amor, con tal de que te vea, es más, no te preocupes yo te puedo ir a ver a tu trabajo»

«¿A la escuela?»

«Esta claro que sí»

«De acuerdo»

«Descansa, nos vemos mañana»

Colgué.

–Si quieres puedes tomarte el día– frunció el ceño

–No, está bien— sonreí— me importa más mi trabajo–

–¿Te puedo hacer una pregunta?–me miró dando un paso hacia mi–

–Claro–

–¿Si te quieres casar con el?— baje la mirada un tanto incomoda, cosa que el noto al instante— Digo, no me incumbe en lo absoluto, pero...—guardo silencio por un par de segundos, los cuales parecieron eternos, ansiaba saber lo que pensaba— A lo que me refiero es, que debes casarte voluntariamente, no porque no quieras lastimar a la otra persona, tu tengas que ser infeliz—

–Entiendo— asentí— Lo pensare, he estado muy confundida estos días– lo mire, sus ojos se posaron en los míos, mis manos comenzaron a temblar y mi boca poco a poco se resecaba ante su análisis—

–Nadie te puede obligar a casar, esa es tu decisión–Se acercó a mí–

–Si lo sé– dije aun observando su rostro—

–Entonces ¿Por qué no le dices que te dé un tiempo?– pregunto

– Todos sabemos que en "ese tiempo" no volveremos a hablarnos— suspire

–Es tu decisión– Se encogió de hombros— Pero no dejes que la empatía te lleve al camino del arrepentimiento–

– Gracias...— 

–¿Por qué?– frunció el ceño–

–Por preocuparte por mí, de dejarme dormir en tu habitación, de darme la oportunidad de cuidar a tu hermano... de todo— sonreí