THE NANNY |T.H| [1] COMPLETA.

T r e i n t a & d o s.

Emma:

La verdad, me sentía muy mal, como si me faltarán vitaminas o algo parecido. Así que decidí ir al doctor y pedir una cita para ver si era algo normal.

—Disculpe– llamé la atención de una enfermera.

— ¿En qué le soy de ayuda?— preguntó mirándome

— Quiero una consulta– contesté, ella enseguida comenzó a anotar en unas hojas—

—Claro, permítame, son 15 libras– comentó y yo le entregué la cantidad de dinero–  Es la ficha número dos– me entregó un cuadro pequeño de cartón con el número de color rojo

—Gracias– agradecí y me fui a sentar

Habían pasado aproximadamente 10 minutos cuando una mujer salió por la puerta, le agradeció a la doctora y se marchó.

—Siguiente– avisó la doctora

Me levanté y me dirigí a ella. Ambas entramos al consultorio y yo tomé asiento.

—Muy bien, cuénteme ¿Qué es lo que tiene?– preguntó cerrando la puerta y acercándose a su escritorio.

—Quiero saber si me pude recetar unas vitaminas. Siendo honesta, me da mucha hambre y cuando consumo algo, al poco rato me dan ganas de vomitar la comida, como si de bulimia se tratase— hice una mueca

—Muy bien— comenzó a anotar— ¿Cuándo fue el último día de su regla?— preguntó y yo me confundí, traté de recordar.

— Creo que fue el 13 del mes pasado— murmuré. Ambas miramos el calendario, ya había tardado mi regla. Ella me miró y se levantó tomando su un carrito con un respectivo monitor.

—Muy bien, recuéstate en la camilla— la señaló y yo lo hice mirando hacia el techo— Dejé a la vista su estómago– ordenó la doctora y yo alcé mi blusa

Prendió un monitor y derrepente sentí algo helado en mi estómago. Era un gel especial para realizar ultrasonido. Pasaron unos cuantos minutos cuando ví que la mujer sonrió.

—¡Oh!–exclamo– qué maravilla señorita, está usted embarazada– me miró y yo me exalte— Tiene un mes de embarazo

—¡¿Qué?!— pregunté alterada. Realmente no esperaba tener un hijo y menos a estás alturas

— Sí querida, aquí se ve claramente en la pantalla— la señaló, yo solo suspiré

— Ésto no puede estar pasando— susurré y ma mujer quito el instrumental dejándome levantar. Iba a decir algo pero me levanté rápido de la camilla— Gracias, me tengo que ir...– salí del consultorio

Salí del lugar, y unas cuantas lágrimas mojaron mis mejillas. Yo no podía estar embarazada, no podía y menos ahora, la prensa me seguiría, toda mi carrera se iría a la basura, y lo que me causaba algo de incertidumbre era la reacción de Andrew.