Sangre de tinta

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Un día, un minuto, un segundo, tal vez una hora, no lo se, nunca me decidí a contar el tiempo que marcaba el reloj y los engranes movían, todo me era inusual, era como estar encerrado en una pequeña caja oscura que no tenia agujeros para respirar, una habitación que me aplicaba un atronador castigo.

Después de que viví recluido en la oscuridad por un tiempo indefinido, me dispuse salir del cuarto al ver al que nunca había visto en esa habitación, dos círculos brillantes como pequeñas linternas que me abrazaban en esa prisión, sin puertas pero ¿Como escapas de un lugar sin puertas ni ventanas?Me volví a sentar en la esquina de la habitación, recordando las pocas palabras que mi mente había aprendido de manera inconsciente: Reclusión, oscuridad…pero que tal…¿Voluntad? Esa siempre fue la respuesta que buscaba…Cuando repetí la palabra con fuerza, las paredes temblaron y me dejaron ciego, atónito ante lo que nunca pude ver, el silencio se transformaba en melodía achigua de un lugar verde y azul…¿Por que me recluyeron aquí? Indague por un lugar desconocido y solo encontré palabras entremezcladas y escondidas en hojas secas. Mientras la oscuridad volvía a invadir el mundo, cerré los ojos y soñé que era valiente.

Cuando desperté, me volví a encontrar con las luces: los ojos de luz y sombra de una mujer cuyo cabello rodeaba su cuerpo y hondeaba como las banderas blancas de paz…

La ilusión de los invidentesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora