Oh Chicos, ¡Por Favor!

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Me levante con un ligero dolor de cabeza por lo de anoche, de lo cual no recuerdo mucho. De hecho, no recuerdo algo bastante preocupante, ¿De quién es esta cama?

Me giro para ver quien fue mi acompañante aquella noche y casi me caigo de la cama del espanto.

Kato.

El parece sentir que lo observo y se despierta, abre los ojos y al verme se queda con los ojos como platos y la boca entreabierta.

-¿Qué haces aquí?-pregunto él, confundido.

-¿Qué haces TU aquí?-le respondí.

El se lo pensó un tiempo y luego, al recordarlo, puso cara de pocos amigos.

-me echaron de casa, y como soy el vecino de Luke…me metí a su casa por la ventana, ahora, ¿Cuál es tu escusa para estar en casa de Luke?

Toda esta situación era un poco rara, aunque por lo menos ahora sabia en casa de quien me encontraba. Luke.

Momentos casi olvidados de la noche anterior volvieron a mi memoria, causándome un gran dolor de cabeza. Lo bese, bailamos, nos reímos. Y luego me dijo que le gustaba Hanna. Es lo único que recuerdo y ya es demasiado como para mi pobre cabeza con resaca. Me imagino que Luke está así ahora, multiplicado por un millón.

-¿y bien? Hola, Tierra llamando a Kendall…-dijo Kato. Me había quedado pensando y lo miraba con esa cara tonta que todos hacen cuando piensan.

-yo, salve a Luke de morir de intoxicación por alcohol en una fiesta, lo traje aquí y… pues me dio flojera irme a mi casa, estaba muy cansada.-el se rio por lo floja que había sido pero, ¡eran las dos de la mañana!, yo no iba a resistir más tiempo de pie.

Su risa, a pesar de ser la risa más encantadora y perfecta que había oído, me provocó dolor de cabeza, así que le tape la boca con la mano. Su expresión de confusión me hizo sonreír, el es simplemente guapo.

Kato dejó de reír y se sentó bien en la cama, desperezándose. No llevaba la camisa puesta y les mentiría si les dijera que tenía shorts puestos, el muchacho solo andaba en calzoncillos.

-¿te gusta lo que ves Kendall?-dijo volviendo a reír. Me había quedado mirándolo. Lo empuje juguetonamente y él se cayó de la cama, y los dos comenzamos a reír.

Alguien abrió la puerta de la pieza, un chico con su rubio pelo desordenado y el seño fruncido, pero lo más aterrador, llevaba un bate de beisbol en mano.

-¿pero qué?-grito Luke-¿Qué mierda hacen ustedes dos en mi casa?-miro a Kato y luego me miró a mí en busca de una explicación-¿y porque él esta medio desnudo?

Kato y yo cruzamos miradas y luego él le sonrió con inocencia a Luke.

-tranquilo, vinimos por separado y dormimos con quince centímetros de distancia-me apunto con el dedo u fingió compartir un secreto con Luke- aunque por cómo me mira, yo creería que ella no lo quería así.-yo le di una bofetada burlona y fingí estar indignada.

-¡Shhh! ¡Dejen de reír mierda!, que me duele la cabeza…Kendall, ¿Qué paso ayer?

-no es algo que me permitirías decir frente a Kato pero, fuimos a una fiesta y tomaste un poco mucho de mas.-lo miré confundido-¿no le preguntaras a Kato que hace aquí?

-no, el siempre hace lo mismo.

Bajamos a desayunar y luego de despedirme de los chicos me fui a casa. El auto de mi madre estaba en la entrada y corrí adentro a saludarla. Casi nunca la veo, ni a ella ni a papá, ya que su trabajo de modelaje suele llevarlos a pasarelas al otro lado del mundo y casi nunca están en casa.

Esa Chica Sin CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora