"El Gen. Las ruinas de Magerit", de Covadonga González-Pola Jaquete

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     En verano a todos nos apetecen lecturas “fresquitas y livianas”, de esas que no pretenden que pienses demasiado, ni buscar el sentido de la vida, o agobiarte con historias largas y pesadas. Leer una obra catalogada como “Juvenil” sería la elección adecuada, y encontrarte que es una joya de la literatura que te arrastra hasta un mundo fascinante que da miedo imaginar, donde la acción no te deja respirar un segundo y los personajes se vuelven reales a tu alrededor, es una auténtica sorpresa.

     “El Gen. Las ruinas de Magerit” (Mundibook, 2013), arranca en un mundo post-apocalíptico, maltratado y gris. Nada nuevo y nada original, excepto… Excepto que incluso en ese mundo destruido la autora encuentra  la esperanza, en forma de gen mutante, y retrata todo su idealismo y su confianza en la juventud portadora de él. Covadonga González-Pola es una autora prácticamente recién llegada –ésta es su segunda novela–, que demuestra que se puede hacer buena literatura sin convencionalismos ni lenguaje afectado.

     Quizá por su formación en Ciencias Ambientales y Sostenibilidad –entre otras muchas cosas–, la visión del Apocalipsis que nos presenta  no viene de Dioses furiosos, de zombies sangrientos o de aliens viscosos, sino que viene del hombre mismo. Del afán de las grandes corporaciones por controlar el planeta y a millones de almas, y de la necesidad imperiosa de algunas de ellas de impartir justicia, aunque a veces no salga tan bien como esperaban. Con un germen de los mejores comics de Marvel , DC o Dark Horse, El Gen irrumpe en ese mundo inhóspito y prácticamente inhabitable para traer la esperanza a la maltrecha raza humana. No esperemos superhéroes que se hacen invisibles, que vuelan o que lanzan rayos laser por los ojos. Los niños reunidos por un extraño personaje apodado El Bávaro son algo más que X-Men, son humanos.

     Precisamente en la humanidad reside el gran acierto de esta novela. Puede que estemos en un mundo post-apocalíptico, con mutaciones y lucha constante por la supervivencia… pero los personajes son humanos hasta sus últimas consecuencias. Entran tímidamente en la trama principal para quedarse, para crecer en ella y con ella. No son planos, meros espectadores o simplemente algo necesario, sino que cobran vida. Cuando leas “El Gen. Las ruinas de Magerit”, te atrapará la forma de describirlos, de desarrollarlos, y las relaciones que se establecen entre ellos. Por eso, aunque la novela pueda– o deba– catalogarse en el género de la Fantasía, es el aspecto humano lo que le da fuerza. Tampoco esperemos un personaje principal  y protagonista que acapare la atención, aquí todos ponen su granito de arena a la trama y sacan lo mejor y lo peor de nuestra raza. “¿Crees que vale la pena cambiar a un dictador por un emperador? ¿Cuál sería la diferencia, aparte de toda la sangre derramada en el camino?”. Ellos nos llevarán a profundas reflexiones que nos harán plantearnos de qué bando formaríamos parte, y hasta dónde estaríamos dispuestos a luchar.

     En este punto tengo que destacar dos personajes que en principio pueden pasar desapercibidos, pero que son imprescindibles: el Gen y Magerit. Y es que el mismo título los contempla, sin ellos no hay historia. El Gen en sí mismo es la luz entre las tinieblas, la evolución puesta al día que permite a un reducido grupo de chicos adaptarse mejor al frío y gris mundo posterior a El Martes –el día en que todo acabó y comenzó al mismo tiempo– es un regalo pero también una maldición, marca el destino y la vida de cada personaje, tanto si lo posee como si no. Y por otro lado Magerit, antiguo nombre de la ciudad de Madrid, que actúa de escenario de toda la trama y le da forma. La novela nos lleva por las calles desconocidas y conocidas a la vez de Magerit, usando su maltrecha red suburbana como refugio, escape y campo de batalla. Caminaremos por una Gran Vía llena de escombros y entraremos en derrumbadas estaciones de metro que miles de personas utilizamos a diario.

     La acción es trepidante, no te dará tiempo a respirar. Sus casi quinientas páginas se te harán cortas, y el final abierto te dejará con ganas de una segunda parte– que por cierto, y esto es para poneos la miel en los labios, está gestándose–.

“W&H ha secuestrado las sedes de SALIF y lanzará estratégicamente todo su armamento sobre pueblos y ciudades. Todo está calculado para que se acabe por fin el dolor y el sufrimiento, para todos. Por fin. De modo que ya no hay nada más de qué preocuparse...”

Bueno, puede que sí.

Enlaces de interés:

-Página web de la autora:

http://www.covadongagonzalezpola.com/

-Página en Facebook de la novela:

https://www.facebook.com/pages/El-Gen-Las-Ruinas-de-Magerit

-La novela:

http://www.mundibook.com/covadonga-gonzalez-pola-jaquete/

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