Capítulo 9: Dueto de mujeres

384 30 2
                                    

Todos nos disfrazamos de Fridas y nos colamos junto al resto de bailarinas. Luego cuando estuvimos solos volvimos con nuestra ropa normal.

- ¿Todos recuerdan el plan?- preguntó Miguel.
- Buscar la foto de Héctor.- dijo tía Victoria.
- Dársela a los niños.- dijo papá Julio.
- Enviarles a casa.- terminó Imelda.
- ¿Tienen sus pétalos?- dijo Héctor.

Todo el mundo sacó el suyo y salimos corriendo por él pasillo.

- Ahora solo hay que encontrar a de la Cruz.- dijo mamá Imelda delante de todos nosotros.
- ¿Si?- dijo Ernesto asustándola.- ¿Te conozco?

Ella se sacó su zapato y le arreó en la cabeza.

- ¡Es por acabar con el amor de mi vida!
- ¿Qué, quién?
- Ella se refiere a mi.- dijo Héctor saliendo de nuestro escondite.- ¿Soy el amor de tu vida?
- ¡No lo sé! ¡Sigo enfadada contigo!
- ¿Héctor?- preguntó extrañado de la Cruz.

Mamá Imelda le volvió a pegar.

- ¡Y eso es por intentar acabar con mis nietos!
- ¡Ella está hablando de nosotros!- dijimos Miguel y yo a la vez.
- ¡Tú...! Aguarda, ¿eres nieto de Héctor?
- ¡La foto!- dije

Todos nos juntamos y el huyo asustado. Corrimos detrás de él, pero rápidamente él tiró unas cabezas para tomar ventaja. Luego llamó a sus guardias, quienes se acercaron a nosotros. Cada uno lucho por su lado, aunque Miguel y yo íbamos juntos contra Ernesto. Al final les sacamos ventaja. Imelda se abalanzó sobre Ernesto y le arrebató la foto. De repente la plataforma bajo sus pies comenzó a elevarse, llevándola al escenario. Todos subimos escaleras arriba.

- ¡Damas y caballeros, el grande, el único! ¡Ernesto de la Cruz! – dijo la voz de presentación.
- ¡Sáquenla de ahí! - Ordenó Ernesto. 

Algunos de seguridad comenzaron a subir los escalones para sacar a Imelda del escenario. A ella casi se le cae el micrófono, nos miró pidiendo ayuda.

- ¡Canta! –grité. 
- ¡Canta!- se me unió Miguel.

"Ay, de mi llorona...
Llorona... de azul celeste."

Miguel fue por una guitarra para dársela a Héctor y que tocará.

"Ay de mi llorona... 
Llorona... de azul celeste."

Comenzó a tener más confianza en el escenario y empezaba a cantar con más fuerza.

"Y aunque la vida me cueste llorona.
No dejare de quererte... 
¡No dejare de quererte!

Vi que los guardias seguían yendo a por ella, por lo que agarré otro micrófono y salí a bailar y cantar con ella.

I: "Me subí al pino más alto llorona...
a ver si te divisaba" 
S: "Me subí al pino más alto llorona...
a ver si te divisaba"

I: "¡Como el pino era tierno llorona!
Al verme llorar, lloraba "
S: "¡Como el pino era tierno llorona!
Al verme llorar, lloraba "

Ambas estábamos sonriendo, lo estábamos pasando realmente bien.

I: "La pena y la que no es pena llorona. 
Todo es pena para mi"
S: "La pena y la que no es pena llorona. 
Todo es pena para mi "

I: "¡Ayer lloraba por verte llorona!
Hoy lloro porque te vi 
S: ¡Ayer lloraba por verte llorona!
¡Hoy! lloro porque te vi"

IyS: "Ay de mi llorona, llorona...
Llorona de azul celeste"

Estábamos a punto de salir del escenario pero Ernesto nos agarró y comenzó a bailar con nosotras.

I,SyE: "Ay de mi llorona, llorona...
Llorona de azul celeste" 

Y aunque la vida me cueste llorona 
No dejare de quererte..."

Paramos de cantar por que estábamos intentando soltarnos de su agarre.

E: "Y aunque la vida me cueste llorona 
No dejare de quererte.

No dejare de quererte. 
No dejare de quererte"

Ambas nos miramos, Imelda le clavó el tacón en el zapato y yo di un pequeño salto para coger la foto.

Ay ay ay ay"

Soltó un grito de dolor que para su suerte sonó como uno mariachi. Volvimos rápidamente con los chicos. Mamá Imelda saltó a los brazos de Héctor y preferimos interrumpir antes de que hicieran una escena.

- Miguel, Sofía, os otorgo mi bendición, para ir a casa, poner nuestras fotos en la ofrenda y nunca más... – dijo mamá Imelda.
- Y nunca más... Volver a tocar música – dijo Miguelin apenado, yo le abrace por los hombros.
- Y nunca más, olvidéis lo mucho que vuestra familia os ama.-sonrió.
- Irán a casa - abrazó Héctor a Mamá Imelda. 

Cuando Miguel estaba a punto de tomar el pétalo, Ernesto interrumpió.

- ¡No irán a ninguna parte!

Agarró a Miguel de la chaqueta y lo tiró al otro lado.

- ¡No! ¡Miguel!- grité.
- Trabajé muy duro Héctor, no puedo dejar que destruya todo.- dijo agarrando a mi hermano.
- ¡Es un niño vivo Ernesto!- dijo él.

Vi como Rosita y Victoria estaban encendiendo el equipo de cámaras.

- ¡Es una amenaza! ¿Crees que los dejaré volver a la tierra de los vivos con tu foto? ¿Y conservar tu memoria con vida? ¡No!- sentenció.
- ¡Eres un cobarde!- le grité.
- ¡Yo soy Ernesto de la Cruz! ¡El mejor músico de todos los tiempos!- dijo acercándose a mi.
- ¡Héctor es el verdadero Músico! ¡Tú eres el hombre que lo asesinó y robó sus canciones!-dijo Miguel para apartarme de él.

Ernesto le agarró de la camiseta, elevándole del suelo.

- Yo soy un hombre dispuesto a hacer lo que sea para vivir mi momento, no importa que sea.- Después lanzó a Miguel al vacío.
- ¡Miguel!- grité desesperada.

Pepita salió disparada a por él, ahora solo podía rezar por que le haya salvado. Ernesto salió al escenario y poco después Pepita dejo a Miguel con nosotros. Salté rápidamente a abrazarle, Pepita se llevó por los aires a Ernesto y todo el público se puso a celebrarlo.

Héctor volvió a caer al suelo y nosotros nos acercamos.

- ¡Héctor! La foto... no la tengo.- dijo Miguel tristemente.
- Descuida amigo, es...- volvió a caer, no le quedaba mucho tiempo.- Coco...

Imelda vino con nosotros y se arrodilló junto a su esposo.

- ¡No! ¡Encontraremos la foto!- lloró Miguel.
- Casi amanece ya.- nos dijo la abuela.
- No, no, no, no te vayas. Te prometí que pondría tu foto en la ofrenda, te prometí que verías a Coco.- dijo llorando mi hermano.
- Se acabó nuestro tiempo amigo.- le dijo colocando su huesuda mano en su cara.
- No, no, no dejes que ella te olvide.

Espera... ¿olvidar? Creo que tengo una idea.

- Solo quería decirle cuanto la ame...- Héctor sacó uno de los pétalos de Cempasúchil.- Tenéis nuestra bendición Miguel, Sofía...
- Sin condiciones.- terminó mamá Imelda.
- ¡No, papá Héctor! ¡Espera...!

No le dejé terminar, agarré su mano y toqué el pétalo. Miles de ellos nos envolvieron y todo desapareció.

||Coco|| Lazos sin sangre🎀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora