Tiempo

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Elisa y Jeremy, como cualquier pareja al comenzar su romance no se separaban, paseaban, viajaban, lo hacían todo juntos, él no era nadie sin ella, y eso a Elisa la enamoraba cada vez más.

Paso un año y su vínculo se hizo tan fuerte que comenzaron a soñar en una larga vida juntos, no eran un par de adolecentes sabían lo que querían y comenzaron a ponerse metas, un auto, una casa, una familia.

Jeremy destacaba en su trabajo, por lo que obtuvo un ascenso y Elisa por su parte postulo para el cargo que anhelaba, y aunque fueron muchas las noches de estudio lo logro.

La pareja no tenía límites, podía superarlo todo, cualquier obstáculo era insignificante ante su amor. O eso es lo que creían, de esto les contare más adelante, sigamos.

A pesar de que Jeremy nunca fue muy romántico, le propuso matrimonio a Elisa al cumplir el año cuatro meses, lo planeo de una forma simple pero especial, mientras caminaban él se arrodillo, y dejo a la vista un hermoso y delicado anillo, para Elisa fue perfecto, y un mes después se celebró su matrimonio, su vida era tranquila y se complementaban.

Dos meses después Elisa estaba esperando su primer hijo, aunque aún no lo sabía, algo en ella le decía que estaba cambiando, fue así que al año nueve meses, cuando Jeremy llegaba de la oficina Elisa le dio la noticia, no se puede describir su felicidad, nada más y solo las paredes de la pequeña casa fueron testigas de lo que ambos sintieron.

Y así paso el tiempo su primer eco, los antojos, la noticia de que sería una niña, las pataditas y la larga platica por escoger el nombre… Samanta la pequeña que crecía en el vientre de Elisa estaba a punto de nacer, en dos semanas serian tres.

Era una noche en la que compartían un momento juntos entre mimos e imaginando que su bebe ya nació, Elisa dijo:

-Espero que tenga tus ojos.

-¡No!

La respuesta de Jeremy y el tono tan duro en que lo dijo, causo en Elisa tristeza la cual Jeremy pudo ver en sus ojos.

-No es que no quiero que tenga mis ojos, pero prefiero que se parezca a ti.

-Mi amor tus ojos son hermosos, sé que se debe a una anomalía genética y esas cosas, pero son hermosos, me pierdo en ellos cada vez que te miro, y desearía que nuestra niña heredara eso.

-No Elisa, créeme no es lo que deseas. Más bien vamos a descansar y que sea lo que tenga que ser.

-No entiendo, porque te pones así, no he dicho nada malo – sus ojos se cristalizaron.

-Elisa, Mi querida Elisa perdóname pero es por su bien, solo confía en mí.

Esas palabras, ¿Qué significan? ¿Qué quiere decir?, Elisa notaba que cada vez que se acercaba el nacimiento de Samanta, Jeremy parecía más nervioso.

En esa misma semana una tarde en la que Elisa salió temprano del trabajo y Jeremy no pudo pasar a recogerla se dio cuenta que la seguía una mujer vestida con un abrigo largo y de cabello corto. Su fisionomía no era común por lo que se sospechaba era extrajera además de su gran altura que era poco común. La siguió hasta llegar a casa, Elisa entro lo más rápido que pudo, estaba muy nerviosa, la mujer se detuvo por un segundo en la casa, si un segundo ni siquiera regreso a ver hacia la puerta, quizá solo quería causar miedo y siguió su camino.

En la noche le conto a Jeremy de la extraña mujer, el rostro de Jeremy demostraba miedo e inseguridad, lo cual no ayudo a que Elisa se sintiera mejor.

Sin más tomo la mano de Elisa y la llevo a la habitación para que descansara. Él se ofreció a preparar un té, y le dijo que todo iba a estar bien, mientras depositaba un tierno beso en su frente.

El secreto de sus ojosWhere stories live. Discover now