Parte 3

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Autocontrol, eso era precisamente lo que no tenía en ese momento, habíamos pasado una tarde agradable recorriendo el pueblo y comiendo gomitas, que delicia, y luego en el lago nos habíamos sentado y hablado y luego ella me beso, al comienzo me sorprendí pero luego la bese sus labios eran cálidos y suaves,la acerque más hacia mí y ella se subió sobre mí en algún momento del beso, este se volvió más profundo, cuando nos separamos me costaba trabajo recuperar mí ritmo normal cardíaco y la mire a los ojos, estaba roja y agitada, fue cuando perdí mí autocontrol, su blusa era blanca y dejaba al descubierto su cuello y parte de sus hombros, varias veces en el viaje me había obligado a mirar hacia otro lado y no a sus pechos, comencé a besar su cuello, su hombro, Mel posó su brazos sobre mis hombros.

- Elías- fue más un suspiro, pero envío una corriente eléctrica por todo mí ser, entonces mordí y chupe su cuello y ella gimió y su espalda se arqueo, esto produjo que mí boca estuviera a la altura de sus pechos y hundí mí cara en ellos, aún con su blusa podía sentirlos, mí mano se movió de su cadera a uno de sus pechos y lo tomé ella volvió a gemir y me miró su rostro estaba rojo y avergonzado, la bese nuevamente y ella correspondió, comencé mí masaje en su pecho y ella gimió sobre mis labios, mí mano en su cadera la presionó hacia abajo y ella cedió, nuestras intimidades se tocaron atreves de nuestra ropa, aún se sentía bien, y rozaron sacándolos gemidos a ambos. Mí mano se trasladó de su cadera hacia el botón de su pantalón y lo desprendió, Mel sostuvo mí mano y se separó del beso y me observó y rostro mostraba inseguridad.

-Elías- su voz estaba entrecortada por su respiración agitada- no creo que...-la corte.

-¿confías en mí?- la mire a los transmitiendo la mayor seguridad posible, ella me observó un momento y luego asintió, la bese y luego moví mí mano está vez ella no puso resistencia, mí mano se deslizó hacia su intimidad, al tocarla en su lugar sensible ella gimió y se arqueó, mis dedos comenzaron a moverse y Mel gimió y posó su rostro en mí hombro, su respiración se aceleró, con sus manos apretó fuertemente mis brazos y mí camisa, mis dedos se resbalaron dentro de ella y ella gimió más fuerte y se mordió el labio y su mirada se clavó en la mía, ella deslizó sus manos por mí pecho, esto se sintió bien y siguió hasta mí pantalón, ella me tocó por encima del pantalón y yo solté un gemido, fue cuando acelere el movimiento de mis dedos, cualquier idea de Mel que hubiera hecho que hiciéramos algo más inapropiado de lo que estábamos haciendo despareció de su mente, ella coloco su mano sobre su boca para ahogar sus gemidos, cosa que me molestó pero al considerar la situación me contuve, mí boca tomó su cuello y mis dedos siguieron a un ritmo más acelerado, sus paredes se contrajeron varias veces anunciando que la princesa estaba por terminar.

-espera un momento yo..- no me detuve y acelere más -yo.. e.. Elías- ella gritó mí nombre mientras se venía, se arqueó y luego se desplomó sobre mí hombro- idiota- susurro, saqué mí mano de su intimidad y abroche su pantalón, ella me beso y yo la ayude a bajarse de mí y se acomodo a mí lado- saca esa estúpida mirada- ya había vuelto a ser la misma.

-no tengo ninguna mirada- sonreí.

-si la tienes- me miró a los ojos- es tu estúpida cara de arrogante.

- tú no conoces mis caras y no la tengo- mire hacia el lago, si la tenía.

-si, es la misma que pusiste cuando salí de tu cuarto ayer-se apoyo sobre mí hombro y yo la abracé- no creo que haya problema en que usé mí baño o ¿Si?

Sonreí-no lo sé -ella me miró con una ceja levantada - aún no te he visto desnuda- su cara se volvió roja.

-idiota- desvío su mirada pero no sé soltó de mí abrazo, pasamos el resto del tiempo que nos quedaba allí.

A las cinco fuimos a la casa de Margot, él la recibió y al darse cuenta de que yo era su prometido no me dejó pasar al cuarto de los vestidos.

-no puedes ver el vestido antes de la boda- había dicho y luego se llevó a Mel hacia otro cuarto, ella volvió en una hora.

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