Rodé los ojos después de haber respondido la pregunta de la profesora. Me la sabía de memoria, en todas las clases la preguntaba, y yo era casi el único que la respondía. Estaba acostumbrado a tener la mayor nota del salón, algo que me enorgullecía y fortalecía mi futuro.
El timbre sonó, la hora de salida había llegado. Solté un suspiro, eso significaba volver a casa y tener que seguir con mi aburrida vida donde no era nada mas que el simple hijo menor de la familia. Guardé mis cuadernos en la mochila, me la colgué en el hombro y salí.
Al poco tiempo sentí un cuerpo caminando al lado mío. Giré Encontrándome con el perfil de Simón, quien caminaba revisando su celular y esbozando una contagiosa sonrisa. Ese idiota era mi amigo desde el primer ciclo, nuestra amistad comenzó desde el examen de admisión, donde por cosas del destino, lo dimos juntos y después, nos tocaron clases compartidas.
Y no puedo quejarme, era un gran amigo, quizá no de la misma posición económica que yo, pero eso no me importaba, al menos no a mí.
—¿Que planes para el fin de semana? — preguntó, luego de haber guardado el aparato en el fondo de su bolsillo.
— Supongo que nada. — respondí, alzándome de hombros.
— Las chicas planean hacer una fiesta, la cosa sería donde — y sé que con "chicas" incluía a Emilia, por lo tanto, sabía que no tardaría en preguntar por ella — de verdad ¿Aun sigues peleado con Emilia?
— No estamos peleados. Terminamos, lo sabes. — dije de forma tajante mientras continuaba caminando, esta vez, con un poco de mas prisa.
— Uh, veo que hablaste en serio. Pero vamos Matteo, ella te quiere, abofeteó a Benicio después que te fueras, la escuché hablando con una de sus amigas y realmente está arrepentida, deberías considerar darle una oportunidad — bajé la cabeza, quizá tenia razón, quizá debía hablar con ella y aclarar como pasaron las cosas.
Sin embargo, Luna llegó a mi mente. Recordé su sonrisa, sus tacones resonando por todo el edificio, sus caderas contorneandose con cada paso que daba, la forma en como me habló. Era imposible no dejar de pensarla, ¿me había flechado?
— Al menos que ya hayas conocido a otra chica — comentó Simón, como si me hubiera leído los pensamientos. Inconscientemente Sonreí, lo cual hizo que confirmara sus sospechas — wow, que rápido eres. ¿Quien es? ¿La conozco? ¿Esta buena?
— No la conoces, y sí está buena — respondí entre risas.
— Entonces no estudia acá.
— No. Es mayor — dije.
Silenció por breves segundos, pero eso no hizo cesar sus preguntas y continuar con el típico cuestionario. No respondía a casi nada, era demasiado exagerado cuando a Luna ni siquiera le interesaba.
Llegamos hasta el estacionamiento de la universidad y cada uno tomó rumbos distintos. Subi a mi auto mientras que él monto su moto. Lo vi irse y arranqué, pise el acelerador con fuerza y la adrenalina no tardo en apoderarse de mí. Amaba ir rápido, pese a que papá nunca le gusto la velocidad, él era mas lento, cauteloso, le gustaba que todo saliese con precisión.
El murió de un ataque al corazón, y desde entonces la familia no volvió a ser la misma de antes. Mamá comenzó a estar mas fuera de casa, andando de fiesta en fiesta, de casino en casino, aunque claro, sin exceder, no repasaba los límites. Frank, por ser el mayor, se puso a la cabeza de la familia y la empresa, siendo él el nuevo amo y señor.
Dejé mis pensamientos a un lado y estacione el auto frente al edificio, tomé mi mochila y bajé de este. Ya no le veía sentido ir a las típicas charlas que Frank me daba después de clases, pues siempre, terminaba esperándolo por mas de treinta minutos, y contando.
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Ambiciosa |Lutteo|
Fiksi PenggemarEl dinero es lo que a la mujeres les gusta, o ese era el caso de Luna Valente. Una mujer fria y calculadora, amante de los lujos y las joyas de oro. Acostumbrada a vivir como una princesa en su castillo, esperando ser atendida y tener a cualquier ho...